Aunque prioriza mostrar a inversores sobrecumplimientos y la baja del rojo fiscal. Podría utilizar el 0,2% para gasto social y, si se consigue financiamiento extra con organismos internacionales, contabilizaría otro 0,2% del PBI
Comenzar 2019 con ciertos gastos ya pagados durante el año en curso jugará un rol importante en cumplir con la meta prometida el FMI de llevar el déficit primario, el que se contabiliza antes del pago de intereses de la deuda, a cero.
No obstante, existen dos cláusulas que implican que el Gobierno podría disminuir el rojo fiscal en menor cuantía. Se trata de la salvaguarda social contenida en el stand-by, con la posibilidad de gastar un equivalente a 0,2% del PBI en Asignación Universal por Hijo (AUH).
La otra cláusula, menos conocida, es la posibilidad de obtener financiamiento extraordinario a través de otros organismos internacionales para proyectos de infraestructura, que otorga otro 0,2 por ciento.
De esta manera, el año próximo, en realidad se podría terminar con un déficit primario de 0,4% del PBI, siempre y cuando se cumplan los parámetros mencionados.
De igual forma, en lo que queda de 2018 se podrían utilizar fondos para contener demandas sociales vía un refuerzo de la AUH, aunque lo que se puede utilizar no es el 0,2% del PBI, sino poco menos de la mitad: el programa con el FMI comenzó a fines de junio, y el 0,2% se contabiliza de manera anual.
Aun así, el Gobierno prioriza por el momento mostrarles a los mercados el fuerte convencimiento de comprimir el gasto para intentar recobrar la confianza de los inversores. Pero el efecto de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios con una inflación que terminaría el año en 48% y el de los «Cuadernos K» en la obra pública, que de hecho ya se está recortando fuerte, podrían modificar el escenario.
En lo que val del año, el déficit primario acumuló $ 153.315 millones a fines de septiembre. La cifra equivale a 1,1% del PBI o el 1,3% cuando se computan ciertas inversiones desde el Estado, el programa de inversiones prioritarias (PIP), número este último que es el que de hecho el que el FMI monitorea de cerca.
Más allá de las diferencias, se sobrecumplió la meta establecida para el período, pautada en 1,9% del PBI. Esta mayor holgura, de cara hacia fin de año, coloca al Gobierno en posición de adelantar ciertos gastos de 2019 y también de cancelar otros, que en general siempre hacen crecer en un mayor ritmo al gasto público en la última parte del año.
«No prevemos sobrecumplir la meta fiscal de 2,7% del PBI este año. Si hay holgura, se utilizará para adelantar gastos», sostuvo una fuente del entorno de Nicolás Dujovne.
En tanto, el FMI se mostró conforme con la evolución de las cuentas fiscales y la media sanción del Presupuesto 2019. «Es cuestión de lograr las metas que el Presupuesto fijó», respondió Roberto Cardarelli, a cargo del caso argentino en el FMI, el sábado, durante un encuentro con periodistas del que participó El Cronista. A su lado estaba Trevor Alleyne, el economista del FMI que se instalará en Buenos Aires a fines de este mes para reestrenar la oficina del organismo en el país.
Piso límite
Los analistas consultados coinciden en que por más de que hasta el tercer trimestre la meta fiscal se haya sobrecumplido, no existen muchas posibilidades de que el año termine muy por debajo del objetivo de 2,7% del PBI.
«Estamos proyectando -2,6% en 2018 y 0% para 2019. Si bien la reducción de subsidios en simultáneo con la caída en la obra pública achica el déficit fiscal desde el lado del gasto, la desaceleración de la recaudación -que por ahora no viene cayendo- sumada a que el déficit del Tesoro se concentra hacia fin de año (por subsidios, salarios) posiblemente aumente el déficit fiscal en torno 2,5/2,6% del PBI», describió Juan Ignacio Paolicchi, de EcoGo.
También Gabriel Caamaño Gómez, de Consultora Ledesma, dijo que observa un «leve sobrecumplimiento» en 2018, y que el déficit primario podría terminar en torno a 2,5% o 2,6% del PBI. «El déficit se acumula en el último trimestre y, sobretodo, en diciembre», recordó.
El economista Rafael Flores, especialista en temas presupuestarios, señaló que como el gasto viene «muy controlado» la van a sobrecumplir a la meta, también por poco. «Y van a tratar de no tener que hacer un ajuste menos fuerte en 2019», razonó, en línea con lo que el Gobierno también evalúa hacer.
En tanto, Cardarelli afirmó:
«El nuevo marco de política monetaria está funcionando en estabilizar. Esperamos una baja de las expectativas de inflación más contundentes en las próximas semanas».
«El programa tiene un piso de reservas internacionales (…). Los dólares la van a aumentar porque es un apoyo al Tesoro, la responsabilidad es con el Tesoro. Los dólares se van a depositar en el BCRA y eso va a aumentar las reservas».
«No va a durar mucho la recesión, dos o tres trimestres. Vemos una recuperación con el campo y una reducción en la tasa de interés, y se sumará el efecto de la confianza. El IV° trimestre va a ser el peor, en el primero empieza a bajar la tasa de manera gradual».