Charla quincenal por Instagram Live de Wenceslao Schimmel, socio de Rosario Finanzas, con Damián Tabakman. Podes encontrar la misma en el Instagram de Rosario Finanzas.
Esta semana, tuvimos la oportunidad de tener una charla con Damian Tabakman, donde tocamos un tema fundamental para el porvenir cercano del mercado inmobiliario argentino: el futuro de los edificios de oficinas.
Hasta antes de la aparición del Covid, invertir en edificios de oficinas de calidad, destinadas a empresas confiables, representaba una inversión conservadora, segura, que garantizaba rentabilidad a los inversionistas casi sin riesgos de mora, ni dificultad en la administración. Pero ante el cambio de paradigma generado por la pandemia, y su posterior cuarentena, las empresas comienzan a replantearse su actual modelo de trabajo. Entre las restricciones sanitarias y económicas, y un nuevo aprecio por el Home office, la utilización de grandes oficinas paso de ser un símbolo de prestigio y sinónimo de éxito, a representar un gasto desmesurado en el actual contexto. Y del otro lado del mostrador, para el propietario, esto genera incertidumbre que se suma a los problemas previos al Covid, como lo eran la pérdida de rentabilidad del valor del alquiler, establecido por lo general en contratos en dólares, valuados al tipo de cambio oficial.
Ante este contexto, asegura Damian, reaparecen con más fuerza los espacios de Coworking, sinónimo de la flexibilización tan necesaria en estos días, donde la supervivencia de muchas empresas está en juego (en un contexto de crisis económica mundial) y las soluciones inmobiliarias pasan a un segundo o tercer plano. La existencia de estos espacios con condiciones más flexibles, permiten a las empresas sortear el problema, aunque sea de manera temporal. También será necesario, analiza Tabakman, que los propios propietarios de edificios de oficinas comiencen a flexibilizar la relación con sus inquilinos y vayan dejando de lado contratos simples y estables en el tiempo, que han quedado obsoletos en la realidad actual.
Como consecuencia de todo esto, ante la consulta final de cuál sería una recomendación para el inversor minorista, la respuesta fue que si bien sigue siendo conveniente invertir en ladrillo, porque construir es barato, lo haría orientado no a locales comerciales ni oficinas (de futuro incierto) sino más bien en viviendas de calidad.
Bonus track:
Se está planteando, desde referentes del mercado inmobiliario, que van desde la Cámara de Desarrolladores Inmobiliarios hasta la UOCRA, un novedoso Blanqueo de Capitales, que se diferenciará de los vistos anteriormente, ya que estará dirigido exclusivamente a proyectos inmobiliarios, con el objetivo de generar trabajo real en obras y construcciones privadas. El tiempo dirá si logrará los consensos necesarios para concretarse, pero parece una idea más que interesante.