El BCRA decidió establecer un nuevo rango cercano a 21 pesos para el precio mayorista
El convulsionado movimiento cambiario de las últimas ruedas financieras despertó las alarmas de la opinión pública ¿Qué pasa con el dólar? ¿Por qué subió de repente? ¿Por qué el Banco Central decidió desprenderse de miles de millones de dólares? Hay numerosos motivos que convergen en esta dinámica:
1) Rango de precios más alto. Fue el BCRA el que decidió que el dólar subiera. El miércoles vendió en el circuito mayorista casi USD 1.500 millones, un monto récord, a $20,26, para fijar el precio en ese nivel. El jueves recién apareció con ventas a $20,50 y este viernes lo controló cerca de ese precio, tras el sorpresivo anuncio de suba de tasasde referencia sobre el 30%. Como la entidad utiliza las posturas vendedoras para abastecer la demanda y definir el rango de precios, una participación activa obliga a sacrificar muchas reservas, pues de ausentarse de la operatoria, y ante la falta de otros oferentes, el dólar subiría mucho más.
2) Atraso cambiario. Con el reciente repunte, el dólar asciende 10,7% en 2018, unos dos puntos por encima de la inflación estimada entre enero y abril, en torno a un 9% acumulado. Pero el precio del billete verde arrastraba un atraso cercano al 20% de 2016 y 2017, es decir que la inflación de los primeros dos años del gobierno de Macri había sido mucho más alta que la devaluación del peso (o alza del dólar).
3) Alta inflación. El BCRA utilizó la venta de divisas de las reservas como un mecanismo para absorber pesos excedentes del mercado financiero sin incrementar su stock de deuda, las LEBAC. Con el sacrificio de USD 6.700 millones en 2018 por sus intervenciones en el mercado en marzo y abril logró aspirar unos $137.000 millones del circuito financiero, cerca de 13% de la Base Monetaria, como parte de la estrategia para ponerle un límite a la inflación, hoy 10 puntos por encima de la meta del 15% para todo 2018.
4) Política interna. Los operadores de cambio atribuyen la intensa demanda de divisas a que muchos inversores optaron por refugiarse en dólares ante la imposición de un impuesto a la renta financiera, que también afecta a inversores del exterior, y al retraso en el tratamiento de la Ley de Mercado de Capitales, un factor central para que la Argentina abandone el estatus de «frontera» y pase a ser considerado en el mundo como un mercado emergente y mayor receptor de inversión.
5) Cambió el escenario externo. En EEUU la tasa de los bonos del Tesoro a 10 años subió a 3% anual. Semejante rentabilidad en dólares para un activo tan seguro como un bono emitido por el gobierno norteamericano, funge como «aspiradora» de capitales mundiales. Muchos inversores optan por un título soberano de EEUU, que rinde 3%, a uno argentino, que rinde 7% en moneda norteamericana, pero que es considerado más riesgoso o de menos calidad, en un arbitraje conocido como flight to quality.
6) Agotamiento del carry trade. Inversores que habían acumulado ganancias por encima de la inflación doméstica con su apuesta por las LEBAC decidieron abandonar estos títulos en pesos y pasarse a dólares, tanto por el cambio de escenario externo como por el Impuesto a las Ganancias sobre acciones y bonos argentinos. Muchos fondos extranjeros, que ingresaron para especular con esta operatoria, decidieron regresar a sus países de origen con la ganancia realizada en moneda «dura».
7) Fortalecimiento global del dólar. La suba de tasas en EEUU fue el soporte de una revaluación del dólar en el mundo. Por ejemplo, en Brasil el dólar llego a subir en la semana hasta 3,50 reales, el valor más alto en casi dos años. Al ser un socio comercial clave de la Argentina, cuando Brasil devalúa también presiona a una devaluación en nuestro país, para mantener cierto equilibrio en el tipo de cambio bilateral.