En mayo comenzó la llamada liquidación de stock, que se refleja en la mayor faena de hembras, es decir, las futuras madres. Por esta decisión habrá menos terneros en 2015
Los precios de la hacienda están prácticamente congelados en el mercado interno desde el año 2011, al tiempo que los productores ganaderos denuncian una suba de costos que ronda el 30 por ciento.
Más allá de las declaraciones, los números de faena reflejan que, desde mayo, los ganaderos comenzaron a desinvertir. El pulso del negocio se ve en la decisión que toman los productores cada año, entre los meses de marzo y mayo. Cuando le ven futuro a la ganadería, preservan a las hembras del rodeo. Cuando vislumbran tiempos de baja rentabilidad, mandan las “futuras madres” al matadero, para no aguantar el costo de mantenerlas durante el invierno.
Según un informe del especialista Néstor Roulet, la decisión de este año va en el claro sentido de la liquidación de hembras, decisión que va a repercutir en el stock ganadero del país en dos años.
Enviar a faena más cantidad de hembras de las permitidas para recomponer el stock significa que en 2015 nacerán menos terneros y caerá la oferta de carne en el país.
Según Roulet, “cuando la participación de hembras en la faena total supera el 43%, comenzamos sin duda a un ciclo de liquidación en el stock vacuno”. La Argentina ya vivió este ciclo en el año 2007 –que se reflejó en el salto que dieron los precios de la carne tres años después– y en 2010 cuyas consecuencias en los valores de la carne, según Roulet, vendrán en el segundo semestre de 2013.
El precio del ternero, por caso, pasó d $ 3,30 por kilo vivo en enero de 2009 a valer $ 6 por kilo en febrero de 2010, prácticamente duplicando su valor.
Este año, tomando en cuenta la participación de las hembras dentro de la faena total, entre enero y marzo de 2013 (último dato oficial disponible) el porcentaje rondó el 42%, muy cerca de la línea que marca el inicio de la desinversión.
A partir de mayo, según las proyecciones de Roulet, crece la participación, superando el umbral del 43% para las hembras. La perspectiva se basa en el comportamiento de los ganaderos en los últimos seis años.
Mientras comienza el ciclo de desinversión ganadero, los consumidores argentinos viven un “veranito” en los precios de la carne vacuna, que comparativamente con otros productos sustitutos, hoy es más rentable a la economía familiar.
Por eso, el consumo interno absorbió el 93,2% de la producción total de carne vacuna este año, el segundo más elevado desde 1960 según la cámara industrial Ciccra. Esto significa que un argentino promedio consumirá este año poco más de 60 kilos de carne vacuna.