No se trata de un cambio en la estrategia sino, por ahora, de un camino inevitable que debió tomar el Banco Central este último mes. Y presionado, en rigor, por un abrupto cambio de tendencia del dólar a nivel global. La apreciación de la divisa estadounidense le quitó competitividad a la región y apuró al organismo oficial a dar impulso a la devaluación. A tal punto que, hoy sí, convendría -si se pudiera- apostar al dólar en reemplazo de cualquier otro activo en pesos: quien hubiera podido acceder al ya ficticio billete oficial en los primeros días de junio, y hubiera logrado atesorarlo hasta hoy, habría obtenido un retorno en pesos del 26% anual. Bastaría, por primera vez en mucho tiempo, para garantizarle al ahorrista cierta supervivencia ante la pérdida de poder de compra que le provoca la inflación.
"Lo que se está viendo ahora en el ritmo de devaluación es el contagio del fortalecimiento del dólar a nivel mundial y la depreciación de nuestros socios comerciales. El Gobierno parece tener una regla de tipo de cambio real multilateral. Es decir, no hay un quiebre en la estrategia del Banco Central, sino una continuidad, que está condicionada por lo que está pasando en el exterior", comentó a este diario el economista Luciano Cohan, de la consultora Elypsis.
El billete volvió a avanzar ayer un centavo más, hasta ubicarse en los $ 5,41. Con esto terminó acumulando una suba del 2,17% en los últimos 30 días (se vendía, el 3 de junio, a $ 5,295) y convalidó una tasa de devaluación (anualizada) del 26%.
El Banco Central pretende levantar el precio del dólar a nivel local de la misma forma que lo hacen sus socios comerciales. "La suba de tasas globales y su impacto en las monedas de los socios es un problema para un país nominalmente inestable como el nuestro. Es el problema de estar tan atado al dólar", completó Cohan.
La tendencia, de prolongarse, podría convertirse en un peligroso condimento para la inflación local. Y esto porque, en general, toda devaluación tiene efecto sobre los precios domésticos, especialmente, sobre los de aquellos productos y servicios que participan en el comercio exterior (los transables). Lo peligroso: que para equiparar los esfuerzos de depreciación que hacen algunos de sus países vecinos, el Central se vea obligado a convalidar una tasa de devaluación creciente. "Si devalúan sin programa antiinflacionario (desaceleración de gasto y emisión), este movimiento va a precios al poco tiempo", advirtió el gerente del BCRA, Hernán Lacunza.
Las reservas ya dan, por sí solas, alguna señal sugestiva sobre estas estimaciones: la relación entre el stock de activos del organismo y los pesos que circulan en el sistema (la base monetaria) refleja ahora un dólar de $ 8,13, que está levemente por encima del "blue" (ayer: $ 7,95).
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=695925