Está en línea con un alza de precios en 2017 del 21%. Los gastos crecerán en torno a 15% (menos que la inflación) para reducir el déficit a 3,2% del PBI. Dólar, en torno a $ 22
Con el avance del Presupuesto 2018 ya enviado al Congreso a comienzos de mes, el equipo económico y la Jefatura de Gabinete trabajan intensamente en lo que será el proyecto de ley de recursos y gastos del año próximo, que deberán enviarle a los legisladores a mediados de septiembre.
Si bien aún falta un mes y medio y todavía no está escrito el articulado, fuentes oficiales dejaron trascender algunos lineamientos de la iniciativa: el crecimiento será de 3,5% y la inflación promedio (sobre la cual se basan las estimaciones de ingresos y gastos), de 17%.
A su vez, la suba de precios a diciembre alcanzará el 15%, por lo que el tipo de cambio también subirá ese porcentaje. Dependerá de la escalada que tenga la divisa en las próximas semanas para determinar cuál será ese valor. Pero oscilará entre $ 21 y $ 22, estiman en el Gobierno.
Más allá de que el Banco Central (BCRA) mantenga sin cambios sus metas en materia inflacionaria, el equipo económico ya proyecta un alza de precios a fin de año de 21%, por encima del objetivo de Federico Sturzenegger de 17%. Ya a junio, el IPC nacional marcó un alza de 11,8% y proyectan para este mes una suba en torno al 2%, por lo que nadie cree que podrá cumplirse con el objetivo del banco.
Entonces, con un incremento de los precios de 21%, para que el dólar no se atrase debería estar a $ 18,15 a fin de año. Si se tomara ese número como parámetro, el tipo de cambio a diciembre del 2018 debería fijarse considerando un IPC de 15% en $ 20,90.
Sin embargo, la rápida escalada que adoptó la divisa norteamericana en el último mes trepó 10% podría modificar esta estimación. Aunque desde el Gobierno sostienen que más allá de esta alta volatilidad, que varios adjudican al escenario preelectoral, la tendencia cambiaria sigue siendo a la apreciación.
No sólo por lo que ocurre con el dólar a nivel mundial, que cae contra todas las monedas, sino porque además de la necesidad de endeudamiento que tiene la Argentina para financiar el déficit, «con una economía en crecimiento, entrarán muchos dólares al país», aseguran cerca del presidente Mauricio Macri.
«El Gobierno tiene un problema para pensar el Presupuesto 2018 por la volatilidad que está teniendo el dólar y la firme decisión del BCRA de no intervenir, además de que no sabe cuánto terminará impactando en precios», sostuvo a El Cronista el presidente de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Público (ASAP), Rafael Flores.
De acuerdo con el último informe de ejecución presupuestaria de la entidad, el crédito vigente para el año, al 30 de junio, alcanzaba los $ 2,1 billones, de los cuales se ejecutó casi el 50%. Sobre ese valor, el Gobierno estimará para el 2018 un crecimiento del gasto algo por debajo de la inflación promedio para cumplir con la meta de reducción del déficit, que bajaría del 4,2% del PBI en 2017 a 3,2% el año próximo. La expectativa es que si la inflación promedio alcanza al 17%, los gastos trepen 15%.
El rubro «subsidios económicos» será el que atacará el Gobierno para avanzar con este objetivo. Este año cerraría con transferencias en torno a los $ 200.000 millones, pero la idea es que en 2018 los subsidios caigan en términos reales, es decir que subirán menos que la inflación prevista.
Además de las nuevas subas de tarifas previstas para luz y gas que ya están programadas, la administración de Macri avanzará con incrementos en el transporte, que este año decidió postergar para evitar mayores impactos en el bolsillo de la población. De todas maneras, los subsidios al transporte apenas representan el 5% del total.
«Entre jubilaciones y pensiones y gasto en personal, el Estado tiene el 50% del gasto. Después hay muchas erogaciones sociales y transferencias a provincias que también son bastante rígidas.
Donde el Gobierno puede tocar es justamente subsidios y luego comenzar a ver de qué manera en los distintos ministerios se puede hacer un gasto más eficiente, pero eso es un proceso más de hormiga», explicó Flores.