Vencen mañana $ 484.000 millones, equivalente al 47% del stock.El BCRA espera amplio nivel de renovación. Privados llaman al “carry trade” y tienen una sola duda: que el Central logre reemplazar los plazos más cortos por los largos. El Gobierno apoya y espera que ayude a la tranquilidad monetaria y financiera hasta el 22 de octubre.
El Gobierno espera, casi ordena, que no haya sorpresas en materia económica en la campaña electoral que comenzó ayer y cuyo proceso termina con las legislativas del 22 de octubre. El macrismo no quiere alteraciones en los ánimos de los votantes provocadas por cuestiones financieras y cambiarias como las que ocurrieron antes de las PASO, cuando desde el 13 de junio comenzó a dispararse la cotización del dólar. Y para esto, la megalicitación de las Lebac de cada mes que se organizó para mañana (la penúltima antes de las elecciones); no debe traer sorpresas y colaborar con la «pax electoral» que busca el Gobierno para el próximo mes. En otras palabras, lo que se desliza es que los movimientos de la operación de mañana sean lo suficientemente conservadores como para que el statu quo actual se mantenga y colabore. Esto se traduciría en un movimiento muy poco violento, casi simbólico, y la continuidad de los niveles actuales en las tasas que ofrecerá el Banco Central. Éstas deberían mantenerse o elevarse levemente. Lo único que podría esperarse es que se persiga la continuidad de la búsqueda de la extensión de los plazos de vencimientos, descomprimiendo las colocaciones más cortas. Esto ayudaría a despejar de liquidez la coyuntura, y a descomprimir eventuales presiones electoralmente sobre el dólar. Lo que se espera entonces entre los operadores es un sostenimiento de los niveles generales, con cambios ascendentes para los plazos más largos. El nivel actual convalidado por el BCRA es de 26,25% anual.
La colocación que comandará la entidad que maneja Federico Sturzenegger implica la renovación de unos $484.000 millones, equivalentes al 47% del stock. En el norte del directorio del Central está la decisión de sostener la pauta de inflación de 1% entre septiembre y diciembre de este año, para cerrar un alza en los precios lo más cercana posible al 17% interanual hacia el último mes de 2017 (el Ministerio de Economía espera, ahora sí, que el incremento no supere el 22% y se ubique por debajo del 21%). De reojo se mira la meta fijada para el Presupuesto de 2018 de 15,7%, meta que para el Central es sensiblemente inferior y llega al 12%. La última licitación de esta magnitud se había celebrado el 15 de agosto pasado, con un Central que mantuvo las tasas de plazos más cortos en el 26,5%, pero con una extensión para las operaciones más largas. Fuentes del BCRA afirmaron a este diario que esperan «bastante expansión» en las colocaciones. Desde el directorio del Central se asegura que en el seguimiento diario del mercado secundario de las Lebac se negoció a un nivel de tasas alto, lo cual indicaría que la percepción que se tiene de la política monetaria de la entidad es de extrema dureza. Dentro del banco se entiende la actitud del sistema financiero como de respeto a la rigidez con que se maneja la entidad y una apuesta a la continuidad hasta que no se perciba una segura relajación de la presión de los agregados monetarios. En otras palabras, según la mirada del central, aún falta para que haya una reducción importante en la presión inflacionaria que amerite una reducción en los intereses.
A diferencia de la situación pre-PASO, el diagnóstico actual es compartido por los hombres de Sturzenegger como por el Ministerio de Hacienda de Nicolás Dujovne. Se entiende que el sostenimiento de las tasas en los actuales niveles conviene no sólo a la estabilidad de la política monetaria, sino que favorece a que estén manejables las principales variables financieras. Para el «ala política» la información también produce un guiño aprobatorio. Aún resuena en la memoria reciente de las huestes macristas, el malhumor que generaron en la provincia de Buenos Aires los días en los que el tipo de cambio crecía superando semana a semana las barreras psicológicas de los 15, 16, 17 y 18 pesos del dólar. La propia gobernadora María Eugenia Vidal había dicho en algún momento que si el dólar continuaba creciendo día a día generando incertidumbre en la clase media «perdemos las elecciones».
Consecuencias
La tranquilidad tiene su contrapartida. El mercado financiero se prepara para una nueva época de tasas altas y dólar bajo (al menos por debajo de los 19,3 pesos hasta fin de año), lo que permitiría una nueva etapa de «carry trade». De hecho, los principales operadores ya no lo ocultan. El viernes pasado circuló una comunicación de uno de éstos, que llamaba a sus clientes con Lebac a una renovación y a sumarse a quienes aún estén afuera, bajo el mensaje «la licitación de Lebac de la semana que viene puede ofrecer una oportunidad para quienes buscan un punto de entrada para ampliar el ‘carry trade’ del peso». Asegurando además que «los rendimientos actuales son altos en términos reales, pero las indicaciones del titular del Banco Central no dejan lugar a dudas: no se prevé que vayan a bajar en el corto plazo». El operador sólo duda de una estrategia del BCRA: «En este contexto, aun después de la reciente suba de rendimientos de las Lebac más largas, éstas todavía no logran igualar el atractivo de la más corta».
Fuente: http://www.ambito.com/897432-lebac-quieren-licitacion-sin-ruido-electoral