Preocupa a emisores provinciales los juicios por el cambio de condiciones de los títulos. El BCRA espera que sea neutral para las Lebac. Para los bancos, se encarece el crédito
Para este mediodía, el Gobierno citó a unos 150 empresarios, gremialistas, jueces, legisladores y gobernadores para anunciarles, en el marco del CCK, los lineamientos de la reforma tributaria, previsional, laboral, con la fuerza lograda en las elecciones legislativas del fin de semana pasado. Y para mañana, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, tiene previsto anunciar la esperada reforma tributaria, que, entre sus capítulos más relevantes incluiría gravar la renta financiera, según explicaron a El Cronista fuentes de Hacienda.
Se espera que la reforma en su conjunto sea gradual y que reduzca impuestos distorsivos para ganar productividad.
El impuesto preocupa al sector financiero, que espera conocer los alcances qué activos y quiénes quedarán sujetos y la profundidad del gravamen sobre la renta financiera. La duda en este caso es si grava la renta nominal o la real, es decir, descontada la inflación.
La cuestión ya había creado un debate entre Hacienda y Finanzas, por el sobrecosto que podría generar en las colocaciones de deuda y los desincentivos a invertir en un sistema financiero aún pequeño.
«Se resolvió lo que quería Hacienda», dijo un funcionario de la cartera de Dujovne.
Clarín publicó durante el fin de semana que el impuesto gravaría la renta financiera sobre inversiones mayores a $ 1,4 millón en bonos, depósitos a plazo fijo y Lebac, pero Hacienda no lo confirmó.
El ministro de Finanzas, Luis Caputo, había declarado que quizá «éste no era el mejor momento para gravar la renta financiera». Esa cartera se ocupa de buscar financiamiento para pagar el déficit fiscal. Y el impuesto generaría nuevos ingresos, pero también engrosaría la cuenta de intereses a pagar.
A las provincias y empresas les preocupa, además, la judicialización que podría abrirse por el cambio de las condiciones de emisión de los títulos públicos ya colocados.
Según coincidieron en dos provincias, el prospecto de emisión de los bonos provinciales y corporativos indica que «los cambios impositivos están a cargo del emisor», así que «el tenedor puede hacer juicio». Y se generaría una deuda de los emisores hacia los tenedores por los nuevos impuestos que tuvieran que pagar.
En tanto, el Banco Central espera que el impuesto se pague sobre la ganancia real y que sea sobre varios activos, para que sea neutral el impacto sobre las Lebac.
«Si el inversor cobra menos, habrá que subir la tasa», explicaron, sobre un activo que se utiliza en la política monetaria para bajar la inflación.
Para los bancos, es importante que se grave la renta real y que sea generalizado, sin exenciones subjetivas, como los jubilados. Pero reconocieron que el impacto es neutro para el negocio.
«Si la gente, para dejar un plazo fijo, pide un grossing up por el impuesto, lo que se logra es que se cargue a la tasa activa de los créditos», explicaron. «No lo vemos en el momento adecuado. El riesgo de que compren dólares es altísimo», dijo un dirigente del sector.
También la medida es considerada una contradicción después de haber impulsado el sinceramiento fiscal y estimular el ingreso de capitales para comprar activos argentinos. Si la inversión en el exterior paga impuestos y ahora los títulos argentinos también, «a riesgo similar y pago impuestos, me quedo afuera», explicaron.
El mercado financiero también teme que la medida ahogue el incipiente impulso de las personas físicas, que se estaban animando a invertir en activos financieros argentinos después del cambio de gobierno. En un mercado financiero que es muy pequeño comparado con los pares de la región y aún necesita desarrollarse.
Según trascendió, la reforma tributaria buscará reducir el impuesto sobre los Ingresos Brutos que cobran las provincias, varias de las cuales ya se adelantaron a los cambios. También se pretende reducir el Impuesto a las Ganancias para las empresas que reinviertan utilidades. Y tomar a cuenta el Impuesto al Cheque sobre otros tributos, aunque de forma gradual, para no afectar la recaudación.