Funcionarios de países emergentes advirtieron sobre los “efectos colaterales” del plan de la Reserva Federal para frenar la expansión. Cumbre de organismos monetarios.
Directivos de los bancos centrales más importantes del mundo se enfrentaron el fin de semana en un debate sobre los efectos que tendrá en la economía global la reducción de la política de expansión monetaria de Estados Unidos. Los funcionarios de los países emergentes, donde este cambio de orientación provocó fuga de capitales y devaluaciones, advirtieron que la estabilidad internacional está en riesgo.
Los banqueros centrales de todo el mundo se reunieron el fin de semana en Jackson Hole, Estados Unidos, para participar de la conferencia anual de economía que organiza la Reserva Federal (FED) norteamericana. El cónclave reúne a pesos pesados de la economía internacional y es más exclusivo que el Foro de Davos.
El debate de esta edición se centró en las consecuencias que tendrá el retiro de los estímulos monetarios que dispuso la FED para reactivar la economía estadounidense, luego de la crisis de Lehman Brothers. La reducción de la tasa de interés en Estados Unidos y la compra de bonos del Tesoro por 85.000 millones de dólares mensuales, depreció el dólar y empujó a los capitales especulativos a buscar mayores rendimientos en los mercados emergentes, como Brasil o India.
En aquel momento, muchos s funcionarios de naciones emergentes criticaron a la FED por generar una presión indeseada al alza sobre sus monedas. En una declaración muy recordada, el ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, sugirió que las naciones ricas estaban involucradas en una "guerra cambiaria" para ganar ventaja comercial.
Ahora el organismo monetario considera que la economía del país del Norte se recuperó y planea reducir el programa de estímulos antes de fin de año y ponerle fin a mediados del 2014. Y los mercados reaccionaron de forma brusca, las monedas de los países emergentes comenzaron a desplomarse y existen crecientes temores de una posible crisis.
La rupia india y la lira turca se hundieron a sus mínimos contra el dólar, mientras que la rupia indonesia tocó un piso de cuatro años. México y Corea del Sur enfrentan presiones y Brasil lanzó esta semana un programa de intervención de 60.000 millones de dólares para detener la depreciación del real.
El economista Jean-Pierre Landau, catedrático de la Universidad de Princeton, advirtió durante la conferencia que "la sensibilidad al riesgo complicará la tarea de salida de estímulos", por lo que instó a los bancos centrales a mantener "una cooperación constante".
El gobernador del banco central de Turquía, Erdem Basci, asistió a la reunión de Jackson Hole. Su colega brasileño, Alexandre Tombini, canceló su viaje para quedarse en su país y abordar la crisis.
Tombini fue reemplazado por su segundo al mando, Luiz Pereira, quien argumentó que una reducción de las compras de bonos de la FED podría generar un beneficio neto para las economías emergentes, al final del camino, si indicaba que Estados Unidos se está recuperando. Una economía estadounidense más sólida también podría significar una demanda más fuerte de exportaciones de los emergentes, dijo.
Agustín Carstens, gobernador del Banco Central de México, pidió a los bancos centrales de las economías avanzadas tener en cuenta el riesgo de propagar otra crisis financiera. "Sería deseable que las economías avanzadas implementen una salida más predecible", declaró.
Terrence Checki, vicepresidenta ejecutiva de la Reserva Federal de Nueva York, no se mostró conmovida con los llamados a que la FED preste más atención a los efectos colaterales de sus políticas.
Dennis Lockhart, jefe de la Reserva Federal de Atlanta, completó la idea: "Estamos para establecer la política monetaria en favor de la economía estadounidense y no tenemos demasiado alcance para ir más allá de ese grupo de consideraciones".