La Presidenta llegó a Rusia y adelantó que buscará apoyo en la pelea con los buitre, pese a que el gobierno de Obama desestimó incluirlo en un debate dominado por Siria
El Gobierno logró ayer que el Senado respalde la nueva reapertura del canje, con la intención de enviar una señal de voluntad de pago a la Corte Suprema de los Estados Unidos; pero sufrió un traspié en el plano internacional, ante la negativa del gobierno de Barack Obama a incluir el tema de los fondos buitre en la agenda del G-20. Así lo confirmó la propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien de todas formas aseguró que insistirá para que la cuestión sea discutida en la cumbre.
“Vamos a tratar el tema de los fondos buitre, pese a que hubo una negativa, aparentemente por parte de Estados Unidos. Lo vamos a plantear porque no es un problema que nos aflige solamente a nosotros”, sostuvo la mandataria al arribar al aeropuerto de San Petersburgo.
Cristina puntualizó sobre los “buitres se aprovechan de países que están próximos a defaultear o que están en deuda como nosotros”. Y agregó: “Esto le pasó a los griegos, a los españoles y a Portugal. Los fondos buitre hicieron un trabajo similar al que hicieron con Argentina”, aseguró.
A la cumbre del G-20, hasta allí llegó acompañada de los representantes argentinos en el FMI, Sergio Chodos; y en el Banco Mundial, Guido Forcieri, y la embajadora en Estados Unidos, Cecilia Nahón, Ellos tendrán la misión de instalar el tema de los fondos buitre en una agenda dominada por el conflicto político con Siria, ante la ausencia del ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y del secretario de Finanzas, Adrián Cosentino. Ambos se quedaron en Buenos Aires para estar en comunicación con el estudio neoyorquino Cleary & Gottlieb.
En el plano local, en tanto, el Senado dio el primer paso para reabrir el canje, aunque el oficialismo no pudo demostrar unanimidad en la votación.
La nueva suspensión de la Ley Cerrojo se aprobó anoche por 57 votos a favor, 8 en contra y la abstención de la chubutense Graciela Di Perna. Junto al kirchnerismo y sus aliados habituales, apoyaron la iniciativa la UCR y parte del Peronismo Federal. En contra votaron el Frente Amplio Progresista (FAP) y los peronistas Adolfo Rodríguez Saá, Liliana Negre, Juan Carlos Romero y Sonia Escudero.
El texto incluyó un cambio a la redacción original: ya no es el Ejecutivo el que dispondrá cuándo se cerrará el canje, sino que esa decisión quedará en manos del Congreso.
Aunque con cuestionamientos a la estrategia oficial, el radicalismo definió al tema como “cuestión de Estado” para explicar su respaldo. “Esta no es una cuestión de gobierno. Es una cuestión de Estado. Algunos harán especulaciones políticas, incluso dentro del propio partido de gobierno. Creo que no es el momento”, señaló Mario Cimadevilla. De todas formas, Ernesto Sanz criticó: “Puede ser una herramienta útil pero no se pidió en tiempo oportuno y por sí sola no alcanza. Hay que desandar la errónea estrategia jurídico-política”.
El FAP, a través de Jaime Linares, fustigó el proyecto. “Esto es solo un mensaje que llega tarde y no estamos pensando en un escenario alternativo, que es mucho más probable”, advirtió sobre un eventual fallo adverso. Y la salteña Escudero agregó: “Si querían un gesto, podría haber sido derogar la Ley Cerrojo. Pero esta norma, está haciendo que el Congreso ratifique por ley las declaraciones de la Presidenta en el sentido de que no vamos a obedecer una sentencia contraria”.
El jefe del bloque oficialista, Miguel Pichetto, desestimó las críticas que responsabilizan a las declaraciones de la Presidenta por los fallos judiciales adversos. “Los discursos no cambian absolutamente nada”, enfatizó. “Tenemos una vocación de pago fenomenal”, completó Aníbal Fernández.