Peligra la desinflación: los analistas esperan un alza de precios minoristas por encima del 6% en el acumulado de enero a marzo, similar a la del mismo lapso de 2017
El proceso de desinflación encarado por la Argentina tiende a desacelerarse con el correr de los meses. Si bien es cierto que el IPC del INDEC reflejó en 2017 una caída de casi 15 puntos en comparación a 2016, es probable que la reducción de este año sea mucho más ajustada.
De hecho, el primer trimestre, siempre un período “caliente” en materia de inflación, podría rondar este año el 6% acumulado entre enero y marzo, un guarismo similar al del primer trimestre de 2017.
Los analistas económicos consideran que la relajación de la meta de inflación para 2018, a 15% anual, desde el anterior rango de 8 a 12 por ciento, es producto de un alza de precios más difícil de encarrilar, ante la decisión oficial de habilitar el alza de los precios regulados. Además, estiman en un rango próximo a 20% la inflación para todo el año.
En 2017 el IPC del INDEC finalizó con un incremento acumulado en 12 meses de 24,8%, desde un 40,3% de 2016, según la medición alternativa del IPC Congreso.
Argentina atraviesa una etapa de inflación estructural, generada por un nuevo equilibrio de los precios relativos, después de un largo período de tarifas y tipo de cambio atrasados. Así se dio un aumento directo de los precios de los regulados, como servicios públicos de luz, gas y agua; transporte público, combustibles, medicina privada y peajes, más otro indirecto pues los anteriores integran la composición de costos de los bienes y servicios en general.
Es decir que las propias decisiones del Gobierno, al definir el aumento de precios regulados, dieron velocidad y magnitud a la carestía general de precios, en particular en el tramo final de 2017, que determinaron el incumplimiento de las metas del BCRA.
Invecq Consultora Económica precisó que “el año 2017 fue un año en el que, con dificultades y errores, la política económica logró desacelerar un proceso inflacionario que lleva más de 10 años y, desde este punto de vista, fue exitosa”.
Rodrigo Álvarez, de Analytica, dijo a Infobae que “hay un reconocimiento que la desinflación de la economía con reacomodamiento de los precios regulados va a ser un proceso lento. Por eso empresas, sindicatos y el propio Gobierno deben fijar las expectativas en cuanto a esta realidad. Hoy un 15% para 2018 no es la visión de consenso, si no por arriba, y hay mucho trabajo por hacer para anclar a las expectativas”.
Para Ecolatina, “el principal driver que impulsó la inflación el año pasado en las diversas regiones del el país (el factor común) fue el alza de los precios de los bienes y servicios regulados. Pese a que 2017 fue un año electoral, el Ejecutivo prosiguió con la gradual corrección del atraso tarifario heredado: los precios de bienes y servicios regulados registraron a nivel nacional un incremento de 38,7%”.
“Dicha alza es sensiblemente menor a la registrada en 2016, pero claramente superior al resto de las variables nominales de la economía, ya que el año pasado el tipo de cambio oficial trepó menos de 20% y el alza salarial no superó el 30%”, agregó Ecolatina.
Invecq destacó que la tasa de inflación más baja en seis años “se logró al mismo tiempo que los precios regulados están subiendo a una velocidad del doble que en 2013 y cuatro veces mayor a la de 2015. En otras palabras, se logró bajar la inflación respecto al 2016 no solo sin atrasar tarifas sino actualizándolas por encima del promedio general de precios”.
Balanz Capital evaluó que “en Argentina sería injusto juzgar la eficacia del programa de política monetaria que lleva a cabo el BCRA sólo observando la inflación general de los últimos meses, en los cuales se dio lugar a varios aumentos de servicios administrados como el gas y la electricidad, sumado al aumento masivo de impuestos a la propiedad que buscan cerrar la brecha del déficit fiscal”.
Por eso, Rodrigo Álvarez enfatizó que “comparar las inflaciones entre distintos períodos es siempre difícil porque hay un componente de tarifas en el medio. No fue lo mismo la inflación de 2014, sin actualización de regulados, que la de 2016, con fuerte ajuste. En 2017, por ejemplo, el impacto de tarifas fue como mínimo de 6 puntos sobre el 24,8% anual. Por eso, hay que ir despejando la paja del trigo en este diagnóstico y ver en detalle los componentes de la inflación”.
“La dinámica también es muy distinta para el consumidor en función a la geografía y la suba de los servicios en cada área, como con el transporte que no le va a pegar a todos de la misma manera y cuya suba reciente es mayor en el área metropolitana de Buenos Aires”, añadió el economista de Analytica.
En el cotejo interanual, el 24,8% que arrojó diciembre es la tasa más alta desde mayo de 2017 (27,5%) y una clara aceleración desde el piso de 21,6% de julio de 2017, el registro interanual más bajo en siete años.
Esa tendencia ascendente de los últimos meses significará una sensible inercia inflacionaria en el arranque de 2018, que empujará a la inflación del primer trimestre prácticamente al mismo nivel que el primer trimestre de 2017.
En ese aspecto, el último trimestre de 2016 acumuló un 5,3%, frente al 6,1% que se aceleró en el último trimestre de 2017. Esas ocho décimas más que el año precedente darán un impulso extra a los precios en el arranque de 2018.
En el primer trimestre de 2017, la inflación acumuló un 6,1% (Nacional) y 6,3% (GBA). Los analistas ya sitúan en torno a 6% el alza prevista para el período enero-marzo, tradicionalmente de alta inflación por los gastos en turismo y aquellos vinculados al inicio del ciclo escolar.
Para la consultora Analytica, la inflación núcleo de diciembre (1,7%) quiebra la tendencia de desaceleración. Proyecta que el nivel general acumulará una suba de 6,3% el primer trimestre del año. “Hacia adelante, el cambio de las metas indica más ‘paciencia’ por parte de las autoridades en materia de inflación”, precisó.
“Conocido el dato final de 2017 presentamos la proyecciones, en algo más de 6% para el primer trimestre. Que la inflación se produzca en el arranque del año genera múltiples complicaciones y la construcción de expectativas. Todos están recalculando, cuando el GPS te dejó muy lejos del objetivo”, puntualizó Rodrigo Álvarez.
Un estudio de la Fundación Capital añadió que en los primeros cuatro meses del año se acumularía un aumento del índice de precios en torno al 7%, mientras que Ecolatina lo prevé en 7,5% y a “la mitad de la nueva meta”, dinámica que “recalentará las principales negociaciones paritarias”.
Para Ecolatina, “el escenario más probable es que la inflación a nivel nacional roce el 20% durante 2018. Esto implica el tercer incumplimiento de la meta comprometida y que encima fue recientemente modificada. No obstante, la suba de precios seguiría moderándose y se ubicaría por debajo del 20%, algo que no sucedía desde 2009″.
“Será muy difícil que esté por debajo del 20%”, coincidió Víctor Beker, ex titular de Estadísticas Económicas del INDEC y director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano.
“En el futuro, prevemos que la inflación se moderará gradualmente a lo largo de 2018, pero opinamos que la política monetaria debe mantenerse ajustada”, apuntó un reporte del analista Goldman Sachs Alberto Ramos.
Rodrigo Álvarez señaló que las proyecciones de Analytica apuntan a una inflación en torno al 19% este año, con una reducción de entre 5 y 6 puntos respecto de la de 2017.
“Con su decisión de manejar los plazos y formas del relajamiento monetario, el BCRA está tratando de minimizar el daño reputacional ocasionado por el cambio en las metas de inflación. Por ello es que los próximos movimientos de tasa deberán realizarse con cuidado si se pretende terminar el 2018 con una inflación cerca del nuevo objetivo”, expresó Management & Fit.