En enero, el ingreso de dinero fresco a fondos comunes de acciones fue muy fuerte, lo que empujó los títulos a un escalón más arriba, con un nuevo récord del índice Merval
En semanas de elevada volatilidad del tipo de cambio y con un mercado que se ve cada vez más presionado por la suba de tasa de los bonos americanos a 10 años, la identificación de riesgos y oportunidades para invertir el dinero en el mercado financiero local se hace cada vez más importante.
El gran dilema de los especialistas financieros es saber si febrero será parecido a enero en lo que respecta al rendimiento de los principales activos. Lo cierto que el mes pasado, las acciones le ganaron al dólar y a los bonos, mientras que febrero es todo un desafío.
Los expertos consultados por Infobae coinciden en varios puntos con respecto al futuro de las inversiones financieras:
— El ingreso de dinero fresco a fondos comunes de acciones en enero fue muy fuerte, lo que empujó las acciones a un escalón más arriba, con un nuevo récord del índice Merval.
— Todo pasa por los flujos de fondos que llegan al mercado financiero y poco por los fundamentos, ya que las valuaciones ya no le importan a casi nadie.
— Coinciden que estas fases de los mercados son así y que se trata de un Bull Market que comenzó en 2014 y ya está en una etapa madura.
— Por el lado de los títulos públicos, a partir de las nuevas metas de inflación del Banco Central, estiman que los bonos ajustables por CER serán los más beneficiados.
— En tanto, para los bonos en dólares que mostraron mayorías de subas, especialmente los más cortos y en el tramo largo, las bajas en las paridades por una suba en la tasa de bonos americanos compensan parcialmente el alza del tipo de cambio.
— El mes pasado, el Gobierno se adelantó a la suba de los bonos americanos a 10 años con una excelente colocación de deuda por USD 9.000 millones en mercados internacionales, con rendimientos de 4,625% en un bono a 5 años por USD 1.750 millones; de 6% a 10 años por USD 4.250 millones; y de 6,95% a 30 años por USD 3.000 millones.
El análisis de Gustavo Neffa, Director de Research For Traders, sugiere mirar muy de cerca la evolución de la tasa de largo plazo en los Estados Unidos. Además, considera que hay que seguir invirtiendo en Lebacs de corto plazo.
Neffa es optimista con respecto a que el mercado argentino dejará de ser mercado de frontera en mayo. «Luego de relajar las metas inflacionarias, el Gobierno dio lugar a un emparejamiento parcial de tasas en pesos y a una suba del tipo de cambio. No vemos hacia adelante que el dólar pueda ganarle a la inflación ni a la tasa corta de Lebacs. Es por eso que recomendamos todavía hacer un posicionamiento estratégico en Lebacs y en algunos bonos en pesos interesantes, como el bono atado a la tasa de política monetaria (TJ20) y el Discount en pesos (DICP) o bonos más cortos como el TC21, o el PR15 atado a la Badlar», dice el especialista.
Con respecto a las inversiones en dólares, aconseja observar «con mucho cuidado» la evolución de las tasas largas de referencia externas, que han tenido una «estampida» en el último mes y que le «pusieron presión» a los bonos en dólares de mayor duración» y se encuentran más cerca de su «piso de corto plazo» en ese rango de fluctuación del último semestre; es decir, que presentarían una «oportunidad de compra (y cobertura) frente a una nueva caída del peso».
«Dependiendo de la tolerancia al riesgo de invertir, sugerimos AY24, DICY o AC17, todos ellos con mínimos para comprar muy bajos», explica.
Al referirse al mercado de acciones o de renta variables, el especialista recomienda: «A pesar de la caída de las últimas ruedas, el comienzo del año fue más que satisfactorio para las acciones en la bolsa: en pesos subieron 16% y en dólares ofrecieron nuevamente un resultado estelar; continuación de las subas vistas el año pasado, en parte explicadas por la devaluación del peso (las acciones ofrecen una cobertura parcial), y en parte porque es muy factible que en el mes de mayo el mercado argentino sea considerado como ‘mercado emergente’ por parte de MSCI».
En este sentido, Neffa apunta que otra parte del éxito se debe a la «continua suba de los mercados externos». «Veo al mercado con potencial de suba todavía, por las valuaciones moderadas en muchos casos y porque las acciones argentinas son muy favorecidas por las expectativas que los inversores extranjeros tienen sobre nuestro país, basándose en las nuevas oportunidades abiertas para nuevos negocios; tanto en el sector energético, como en el financiero, el agro, la construcción y en medios/tecnología. Específicamente recomendamos comprar Pampa Energía y Central Puerto (después de la caída post-suscripción), Grupo Clarin, Telecom, Boldt, Banco Macro y Grupo Financiero Valores».
El economista Germán Fermo opina que el 2018 probablemente será un año muy distinto al anterior para el armado de carteras locales, y que apuesta más a los activos en dólares que en pesos. «En el 2017, hacer la plancha con el carry trade resultó en un posicionamiento más que razonable, en especial para aquellos que la vieron venir y dolarizaron de cara al último mes del año. Quienes por el contrario apostaron a la parte larga de la curva soberana también vieron a la Argentina comprimir riesgo país fuertemente, sobre todo hasta antes de las PASO 2017. Y los que decidieron jugar más tranquilos posicionados en bonos provinciales cercanos a duration 5, han tenido un razonable devengamiento, expuestos a poco riesgo duration», dice.
Para el economista desde la «sorpresiva» conferencia de prensa del 28 de diciembre del 2017, en donde se anunció el cambio de meta, parecería que el «apetito» por activos de renta fija argentina ha cambiado significativamente. «No me sorprendería observar un renovado equilibrio en la triada tasas, inflación y tipo de cambio que se sincere especialmente después de marzo, cuando se cierren paritarias. Me imagino a un dólar yendo mucho más de la mano con la inflación y en ese entorno el carry trade dolarizado, sucumbiría. Por lo tanto, estoy más para navegar un 2018 en dólares que en pesos».
Fermo explica que la «sorpresiva debilidad de la política monetaria» generará probablemente un «swap de cartera» que, ante tasas nominales más bajas y una inflación más alta, «seduzca» al inversor a buscar una dolarización «mucho más agresiva».
«Lo que podremos ver en 2018 quizá no sea un tema de flujos como el año pasado, sino una rotación de stocks que irán desde los pesos hacia los dólares y si eso ocurre se estaría dando el escenario que busca el Gobierno: mayor tasa de devaluación, menores tasas de interés y mayor inflación», advierte, y aclara que no coincide «en absoluto» con esta medida. «Este entorno de una macro más complicada se está notando desde New York y está impactando el pricing, en especial, de los bonos largos. El equilibrio general macroeconómico de la Argentina enfrenta todavía muy serias dudas a largo plazo y en este 2018 al menos dos grandes grupos de activos capturaron dicha dinámica: parte larga de la curva soberana en dólares y las clásicas Lebacs en pesos».
Además señala que, «lentamente parecería que el entorno macroeconómico en vez de mejorar empeora presa de un gradualismo que, al final de cuentas, no corrige ninguno de los dramas heredados con excepción del cepo y el default».
«El tiempo no es eterno para ningún emergente y mucho menos con una tasa de 10 años subiendo como lo está haciendo. El ajuste que estamos viendo convalida a un equipo económico que sigue enviando un mensaje esperanzador pero van ya dos años de mucha fe y pocos resultados. Wall Street es nuestro gran socio actual pero no es eterno».
En tanto, el análisis de inversiones de Santiago López Alfaro, socio de Delphos Investment, es más bien cauto. Cree que habrá «oportunidades selectivas» en acciones y en instrumentos en pesos, porque el dólar está más cerca del techo que de un piso, y sobre todo considerando que en marzo comienza la liquidación de divisas de la cosecha de soja. El experto recomienda bonos en dólares, Lebacs a corto plazo, y también posicionarse en algunas acciones líquidas como YPF y Pampa.
«En general, hemos tenido un arranque de año muy bueno. Delphos había recomendado en noviembre dolarizar las carteras ante la posible suba de tipo de cambio por razones estacionales y la debilidad del balance del BCRA. Para febrero recomendamos para un inversor local de corto plazo pesificar mayormente las carteras e invertir en Lebacs cortas, atentos a que el BCRA bajaría las tasas de interés más gradualmente de lo que el mercado espera», sugiere.
En cuanto a las inversiones en dólares, para López Alfaro deberán ser en bonos de corto o mediano plazo, para resguardarse ante la posible suba de la tasa de los bonos largos americanos. «Creemos que en acciones en general es tiempo de tomar ganancias y tener más cautela. En particular mantenemos nuestra recomendación de comprar YPF y PAMPA».
En referencia a los bonos en dólares, aconseja: «Para los inversores que mantienen su cartera dolarizada, La Reserva Federal decidió mantener el rango de la tasa entre 1,25-1,50% anual, elevando su perspectiva respecto la evolución esperada de la inflación al durante los próximos 12 meses. Esto podría continuar impactando en la tasa a diez años de EE.UU. que ha subido de 2,20% a 2,75% en los últimos meses. En este contexto, sugerimos ser cautelosos con los bonos largos argentinos en dólares y recomendamos posicionarse en la parte corta y media de la curva. Aquí recomendamos el Bonar 2020 y 2024 que rinden 4,60% y 5,0% respectivamente y el Bono 2027 que rinde 6,20%. Preferimos descartar los bonos más largos del 2027 hasta ver donde se estabiliza la tasa larga americana».
En tanto, con respecto a las inversiones en pesos, el especialista manifiesta que, para un inversor local de corto plazo, «creemos adecuado proceder a una mayor pesificación de las carteras, acorde al perfil de riesgo de cada inversor». «Esperamos una estabilización del dólar en el corto plazo, lo cual mantiene el atractivo de estrategias de carry trade, con las Lebacs a la cabeza, al ser las que mayor rendimiento real ofrecen. En cuanto al instrumento, preferimos las Lebacs más cortas (Marzo) que rinden aproximadamente 26,75% en pesos, ya que consideramos que el BCRA va a bajar las tasas en forma más gradual de lo que espera el mercado», afirma.
Por último, manifiesta que la bolsa americana cerró con «el mejor enero desde los años 90» y por eso se observa un mercado local, en general, con «valuaciones elevadas». En este sentido, insta a «tener cautela en general» y «posicionarse en papeles con buenos fundamentals y valuaciones razonables, como PAMPA e YPF».
El analista Salvador Di Stefano, Director de Di Stefano & Asociados destaca los siguientes aspectos para decidir una inversión en pesos o en dólares. «En primer lugar lo que hay que saber es que el costo de oportunidad de la inversión del 27% en pesos y del 7,5% en dólares no hace amigable invertir en la economía real , y gano mucho más dinero sin riesgo y no pago el impuesto a los bienes personales y menos ganancias, solo renta financieras cuando lo definan, pero retroactiva a enero de 2018».
Para Di Stefano, comprar un bono argentino en dólares «parece una buena opción». «El mayor valor del dólar no paga el impuesto a la renta financiera y la tasa de retorno del Bonar 2027 es del 6,3% anual, con lo cual pagaría una tasa del 15% sobre la renta que equivale al 1,0%; si compras una Lebac al 27% anual, pagas un impuesto a la renta financiera del 1,35%». Además, agrega que los bonos en pesos «pagan mucha más tasa que las Lebac», con lo cual se dará «un arbitraje entre Lebac y bonos del Estado» y esto puede plantear un escenario de mayor cantidad de pesos en el mercado y que resurjan «presiones inflacionarias».
«Hay que trabajar en un modelo económico con un tipo de cambio alto, que nos permita exportar, incrementar los ingresos fiscales y asistir a lo más necesitados. Si seguimos por este camino, el tipo de cambio bajo agrava el problema estructural de una economía que depende del ingreso de dólares de la exportación, las exportaciones dependen del campo, y el campo depende del clima», sostiene el analista.
Los expertos destacan que uno de los puntos clave en los análisis del momento, y en particular con el ojo puesto en los mercados emergentes, debe ser el brusco ascenso de la tasa norteamericana de diez años. La misma hoy se encuentra en torno al 2.79% anual -nivel que no tocaba desde marzo de 2014.
Las proyecciones de la tasa para finales de 2018 de los analistas en Wall Street no se modificaron significativamente en el último tiempo. Hace un mes atrás (con la tasa rondando la brecha de 2.4-2.45%) el consenso proyectaba una tasa alrededor de 2.80%.
Otro tema a monitorear es la meta de inflación luego de las modificaciones anunciadas del 28 de diciembre del año pasado. Los resultados del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) dados a conocer ayer muestran un aumento en las expectativas de inflación, básicamente por una mayor inflación núcleo proyectada. Para 2018 la inflación proyectada medida por el IPC subió a 19,4% frente al 17.4 % de la medición de diciembre pasado. En tanto la inflación núcleo aumentó al 16,9% frente al 14,9 % anterior. Para 2019 la expectativa de inflación se ubicó en 13,5%.
Por otro lado, las expectativas de crecimiento económico se redujeron en relación con el relevamiento previo. Los pronósticos de expansión del PIB se ubicaron en 3%, 3,1% y 3% para los años 2018-2020, reduciéndose 0,2 p.p. en cada año. Se corrigieron al alza los pronósticos de tipo de cambio nominal y se redujeron las proyecciones de tasa de política monetaria, ya que los participantes prevén que antes de que finalice febrero se reducirá nuevamente la tasa en 25 p.b., perfilándose en adelante un sendero de reducción gradual.
El viernes el dólar en el mercado minorista cayó 19 centavos hasta $19.76, mientras que en el segmento mayorista, la divisa norteamericana se hundió 27 centavos hasta $19.40.
Para algunos analistas estos niveles alcanzados representan una zona de techo, aunque dentro en un rango con un piso más arriba (de entre 18.7-19), apuntando incluso a una oferta que podría aparecer más firme en las próximas semanas. Aunque la debilidad del dólar a nivel mundial y la apreciación de las monedas emergentes podrían ayudar a una recuperación del peso argentino en el corto plazo.