La semana pasada hablábamos de una fuerte corrección en los mercados que continuó ésta. Se vio una muy fuerte salida de los mercados de acciones. Nuestro índice, el Merval, perdió 7,58% pero no estuvo ajeno a lo que pasó en el resto del mundo: Brasil -5,6%, Chile -5,3%; España -7,2%; Japón -6,7%, Inglaterra -6,8% y Wall Street -6,7%
Sin embargo pese a la fuerte salida, la economía mundial esta fuerte y los balances de las empresas vienen muy bien. Claramente las acciones habían subido mucho hasta el punto de la irracionalidad y era necesaria esta corrección, pero no parece ser una catástrofe, y una vez que pase el temblor entendemos habrá una muy buena oportunidad de entrar.
Un capítulo aparte es el dólar en Argentina que parece estar desafiando todo pronóstico y continúa al alza. Esta semana, es cierto, por el temor global que hubo en el mundo, el dólar se depreció en todos lados pero en Argentina mucho más. Incluso el Banco Nación tuvo que salir a ponerle techo para que no subiera más vendiendo USD 400 millones. En la semana, el mayorista cerró a 19,98 un 2,93% por encima del viernes pasado. Pero en lo que va del año la depreciación alcanza al 7,4%. Para poder comparar, en el mismo período México apreció su moneda un 4,9%, Brasil la apreció un 0,5% y la Unión Europea apreció un 2%. Aquí claramente se puede ver el impacto del cambio en las metas de inflación. El dólar se comportó en Argentina en sentido contrario del resto del mundo. Analizaremos las consecuencias de esto.
Un dólar más alto hace que nuestras exportaciones sean más baratas para el mundo y nuestras importaciones se hacen más caras. Esto trae una innegable mejora en la balanza comercial. Los efectos inmediatos deberían ser mayores expos, menores impos y mejora sustancial en la balanza turística que el año pasado fue negativa en USD 10.000 millones. Claramente viajar al exterior se encareció mucho en un mes. Por ejemplo México está hoy más del 12% más caro que en diciembre. O su inversa. Argentina está 12% más barato para los mexicanos.
Ahora, no debemos confundir aumento del tipo de cambio, con competitividad. La devaluación del dólar también trae consigo mayor inflación, que si no es complementada con otras políticas fiscales y monetarias termina comiéndose la devaluación. La suba del dólar impacta en el precio de todo lo importado encareciéndolo y también en el precio de los combustibles hoy liberados. Con lo cual genera importantes presiones de costos. Si esto no se compensa con baja de impuestos, menor emisión y menor gasto improductivo lo que ocurrirá es que tendremos mayor inflación.
En nuestro entender el Gobierno sólo se enfocó en dejar correr el tipo de cambio y bajar las tasas para generar mayor crecimiento, pero a costa de dejar de lado su lucha contra la inflación. La meta del 15% se ve imposible de cumplir ya en febrero y queda todo un año por delante.
Entendemos los múltiples desafíos que enfrenta este Gobierno y creemos que el trabajo realizado hasta aquí ha sido muy bueno con mucha realidad social contrariamente a lo que se predica desde la oposición. Sin embargo no estamos para nada de acuerdo en este cambio de política de más crecimiento a cambio de más inflación. Se privilegia un compromiso de corto plazo (deseable por supuesto) por uno de largo plazo que puede traer el crecimiento sostenido por muchos años. Conociendo la historia argentina en materia inflacionaria no parece una buena decisión.
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¡Hasta la semana que viene!