Es una operatoria bursátil que permite alquilar un activo y venderlo en el mercado para apostar a la baja. Fue autorizada pero por problemas de agenda no se reglamentó
A mediados de enero pasado la Comisión Nacional de Valores (CNV) autorizó la operatoria conocida como «venta en corto» (short-selling, en inglés). Sin embargo, a casi dos meses de la publicación de la Resolución General 720 en el Boletín Oficial, estas transacciones no se realizan en el mercado debido a que el organismo aún no aprobó la Circular de reglamentación que Bolsas y Mercados Argentinos (Byma) debe emitir al respecto.
«Es un pedido que hacemos a la CNV desde fin de enero y estamos esperando su aprobación», le dijo el titular de Byma, Ernesto Allaria, a la agencia Bloomberg. Desde Caja de Valores se expresaron en la misma sintonía: «No entendemos por qué aún no se aprobó», sostuvo el CEO de la depositaria, Alejandro Berney. Y argumentó: «Hay que implementarla, porque de un día para el otro no empieza todo el mundo a vender en corto».
En pocas palabras, el short-selling consiste en que un operador apuesta a la baja de una especie (acción o bono) que no tiene en su cartera, por lo que toma prestada una cantidad de ese papel y la vende en el mercado. A cambio, debe constituir una garantía (que puede ser dineraria, o bien un activo inmovilizado) y pagar una tasa anual (de entre 2,5% y 3%) al propietario del activo alquilado. Ese préstamo tiene una duración determinada y puede renovarse hasta que quien vendió en corto considere que ya ganó lo suficiente con la baja y decida recomprar el papel para cerrar su posición.
La normativa aprobada por la CNV afirmaba que el precio de la venta en corto debía ser igual o superior al de la última operación concertada en el mercado. Sin embargo, las autoridades del mercado le habían propuesto al regulador que dicho precio pueda estar hasta un 5% por debajo del valor del activo en la jornada previa (algo similar a lo que sucede en Estados Unidos, donde ese porcentaje asciende a 10%). De todos modos, fuentes de ambas partes descartaron el viernes que la demora tenga que ver con este punto. Por el contrario, confirmaron a este diario que el retraso tiene que ver con una cuestión propia de la agenda del directorio de la CNV.
La venta en corto estuvo permitida en el mercado local pero se anuló durante la gestión kirchnerista en el ente regulador, en un intento por evitar al máximo la especulación financiera. Lo cierto es que esta operatoria funciona en todo el mundo porque contribuye a generar liquidez, algo que la actual conducción de la CNV está buscando. Además, su incorporación sería uno de los requisitos de «eficiencia operacional» que MSCI está esperando para recategorizar al mercado argentino como emergente.
Aun ubicada entre los países fronterizos, la bolsa local percibió una entrada de capitales muy importante desde la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia. El índice Merval subió un 18% en dólares durante 2016 y ganó un 52% en moneda estadounidense el año pasado. Por su parte, la acción de Byma que salió al mercado en mayo pasado ya tuvo un alza del 137%. Las autoridades del mercado apuestan a lanzar nuevas modalidades de operación para hacerle frente a la aversión al riesgo que domina en los mercados globales y que llevó a varias compañías a reconsiderar su decisión de salir a la Bolsa. Pese a esa tendencia, Allaria comentó que el mercado local «sigue en el candelero» y que se esperan alrededor de 10 salidas a la bolsa para este año.
Ojos sobre Central Puerto
La CNV abrió una investigación sobre posibles irregularidades en la operatoria de acciones de Central Puerto en el mercado local durante el día previo a su oferta pública en el exterior, según indicaron a Bloomberg tres personas con conocimiento directo del tema.
La investigación recae sobre transacciones realizadas por al menos tres agentes del mercado que negociaron las acciones de la energética. El regulador les pidió detalles sobre los clientes, los registros comerciales, las grabaciones de órdenes y los fundamentos de las transacciones porque busca determinar si los agentes o sus clientes tenían información privilegiada sobre el precio al que se ofertaría el papel en el exterior.
La acción de Central Puerto salió a cotizar en Wall Street el viernes 2 de febrero y debutó a u$s 16,50, por debajo del rango de precio indicativo, que estaba entre u$s 17,50 y u$s 21,50. En la bolsa local, el papel (que cotizaba a $ 29,85 el 1 de diciembre) subió y se mantuvo por encima de los $ 45 en la previa pero el mismo día de la salida en Nueva York se derrumbó hasta $ 35. Inversores minoristas afectados por la operatoria decidieron pedirle a CNV que iniciara una investigación sobre este hecho. Aunque la indagación está en curso, desde el organismo no hicieron comentarios sobre el tema dado que está protegido por secreto bursátil.
Por su parte, el asesor legal de Central Puerto le aclaró a Bloomberg que la compañía no está siendo investigada por el regulador y aseguró que la empresa «ha cumplido con todas las normas que le son aplicables en el proceso de colocación por oferta pública secundaria de sus acciones en la bolsa de Nueva York y en el mercado local».