Apuran también renta financiera para no residentes y el “revalúo”. Aunque la reforma tributaria prevé cambios, están estipulados para pymes. Se busca incluir a grandes empresas tras reencauzar relación con la UIA.
Mientras apura la reglamentación de lo más urgente de la reforma impositiva (aquello que le permitiría recaudar más), el Gobierno analiza cumplir con una promesa realizada a los industriales en los últimos tiempos de fumata blanca en su relación. Por un lado, ya están a la firma de Mauricio Macri los decretos para legalizar el pago de renta financiera para los no residentes y el «revalúo» como alternativa al ajuste por inflación. Por el otro, se estudia una regulación más laxa para las medianas y grandes empresas de modo que puedan tomar a cuenta el impuesto a los créditos y débitos bancarios. La intención es que ocurra antes de los tiempos que manejaba el Gobierno en la previa a la reunión entre el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de la Producción, Francisco Cabrera, y la conducción de la Unión Industrial Argentina.
La mejora en al impuesto al cheque está incluida dentro de la reforma impositiva, pero con alcance sólo para las pequeñas y medianas empresas, y comenzaría a aplicarse el año próximo. La intención oficial, luego de las conversaciones mantenidas hace una semana en la Casa de Gobierno es cumplir la promesa de reducir la presión impositiva comenzando por el tributo que, luego de Ingresos Brutos, es el que más se criticó en esa mesa. Desde el Ministerio de Hacienda y la AFIP se está analizando la posibilidad de avanzar con el beneficio también para las grandes empresas, comenzando por las industriales, en el caso que pueda reglamentarse la distinción con las compañías de servicios. El tributo se podría tomar a cuenta de Ganancias u otros impuestos nacionales, con una carga anual (operaría desde 2019), y tendría alícuotas diferenciales cuando se trate de débitos o créditos de las empresas. Actualmente, la presión es de 1,2% (0,6 y 0,6 tanto en los débitos y créditos), alícuota que podría bajar a 0,4 en alguna de las puntas. La decisión final se tomará en el Ministerio de Hacienda de Nicolás Dujovne, una vez que se mida el impacto negativo de la recaudación de 2019.
La medida, obviamente, tendrá para los privados «gusto a poco», como lo definió ante este diario uno de los tres dirigentes de la UIA presentes en la reunión con Peña y Cabrera. Sin embargo, el hombre de la entidad reconoció que sería un avance hacia el Norte que debería tener la política fiscal del Gobierno: bajar la presión sobre las industrias si realmente hay voluntad en mejorar la situación de los costos internos.
El pago del tributo a la renta financiera para no residentes y del «revalúo» son las últimas medidas en las que trabajaba Alberto Abad antes de retirarse de la conducción de la AFIP, cumpliendo una promesa que le hizo a Macri. Junto con la aplicación del IVA y el Impuesto a los Combustibles (otros dos tributos que le permiten al Gobierno comenzar a recaudar), son las primeras reglamentaciones de la reforma impositiva aprobada en diciembre pasado, que ya pueden comenzar a tomar vida y que pueden ejecutarse en el corto plazo. El resto del cuerpo de la megaley deberá esperar un poco más para ser reglamentado, lo que en realidad no influye en su instrumentación ya que en su mayoría se trata de impuestos de ejecución anual. En especial los cambios en Ganancias y el tributo a la renta financiera para residentes.
En el caso de las personas físicas no residentes, se trata de una reforma introducida en las negociaciones en el Congreso de diciembre pasado por presión del Frente Renovador como condición para aportar sus votos en la aprobación de la ley. La inclusión no cayó mal al Gobierno, que vio en el impuesto una vía más de aumento en los ingresos. A diferencia de ese tributo para residentes, que declaran sus movimientos una vez al año (con lo que la reglamentación puede esperar), en el caso de los extranjeros (que no presentan declaraciones juradas), la liquidación debe concretarse cada vez que se obtiene una renta, con lo que el pago es inmediato a cada operación financiera que genere ganancias. Esto quiere decir que, aunque modestamente, puede aportar todos los meses algo de dinero a la recaudación. Y lo puede aportar rápidamente, un día después de su reglamentación. Sobre el «revalúo», el Gobierno quiere que el sistema que reemplace la amenaza de una aplicación del «ajuste por inflación», esté ya vigente antes de abril.
Fuente: http://www.ambito.com/915582-impuesto-al-cheque-gobierno-analiza-mejoras-para-industria