La caída en la producción de petróleo y de gas impulsará un suba en las compras al exterior de al menos u$s 2.500 millones más. Podrían alcanzar los u$s 16.000 millones
El incesante declino en la producción de petróleo y de gas está golpeando fuerte las cuentas nacionales. Mientras que este año los dólares que necesitará el Gobierno para afrontar costos por importar cuantiosos volúmenes de combustibles y lubricantes escalará hasta una suma de u$s 13.000 millones, según cálculos elaborados por el sector privado, para el 2014 las proyecciones no son más alentadoras. Los expertos consultados por El Cronista, entre ex secretarios de energía y economistas, estimaron que a este ritmo de crecimiento y caída de producción, el año que viene las divisas que se irán por compras energéticas al exterior treparán entre un 20% y 30% más, lo que implicará un gasto oficial como mínimo de u$s 16.000 millones. El guarismo representa nada menos que el 45% de las reservas que hoy acumula en sus arcas el banco Central (BCRA).
Por el momento, las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) relevadas hasta el mes de agosto indican que en los primeros ocho meses del año los pagos significaron u$s 9.029 millones, frente a los u$s 7.020 millones que se desembolsaron en el mismo periodo de 2012. Las compras externas, de esta manera, aumentan a un compás acelerado – y récord– de entre u$s 1.000 y u$s 1.500 millones mensuales, lo que arroja un ritmo interanual de suba de 30%. El ex secretario de Energía de la Nación, Jorge Lapeña, sostuvo, sin mayor optimismo, que el rojo se seguirá acentuando. “La oferta de combustibles sigue en descenso y la demanda, en aumento. Bajo este escenario preveo importaciones escalando a un ritmo de 30% anual, como el actual”, manifestó. El ex funcionario fue enérgico en su pronóstico y aseguró que “la economía local no fabrica suficientes dólares para sostener un crecimiento importador con altas tasas, que ya son insostenibles para la Argentina”. “La solución YPF fracasó”, subrayó.
El principal inconveniente que destacan los especialistas es la permanente caída en la producción de hidrocarburos que, según las previsiones, no encontrará pronta reversión en el corto plazo. Los números avalan la preocupación. En el primer semestre de 2013, la producción de petróleo anotó una caída de 3,4%, mientras que en el desarrollo del gas, el golpe fue mayor y el derrumbe registró un 7% en ese lapso. A la luz de este contexto, otro ex secretario de energía, Daniel Montamat, también anticipó números parecidos para el año entrante. “Las compras al exterior en materia energética se incrementarán entre un 25% y 30%. Este año serán 81 los barcos que descargarán GNL en el país. El año próximo ascenderán seguramente a 100”, pronosticó.
Lo curioso es que las previsiones se basan en proyecciones de crecimiento económico muy bajos –mucho menores del cálculo que maneja el Gobierno de 6,2%–, o casi nulos. Desde una reconocida consultora económica, que aún no hizo públicas sus estimaciones de 2014, adelantaron que prevén que la economía no crecerá y que, aún bajo ese cuadro, las importaciones energéticas consumirán cerca de u$s 2.000 millones más que en 2013.