Analistas esperaban un resultado negativo. Sin embargo, no descuentan que los plazos judiciales se prolonguen, evitando por ahora el riesgo de cesación de pagos
La Corte Suprema de los Estados Unidos rechaza la apelación argentina del pari passu, pero esto no quiere decir que expulsa el caso”, señaló ayer el título del análisis que hizo JP Morgan, acerca de la decisión que tomó el máximo tribunal de no tomar el pedido de revisión que presentó el país el 23 de junio.
Se trata de un recurso de apelación respecto del fallo del 26 de octubre de 2012, por el que la Cámara de Apelaciones ratificó la sentencia del juez Griesa que condenó a la Argentina a pagar a sus acreedores.
En medio de un clima enrarecido tras los anuncios del estado de salud de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el consenso en Wall Street es que la decisión de la Corte era la esperada y que ésta no genera cambios sustanciales en las perspectivas futuras de análisis para la Argentina. “La decisión de la Corte no es sorprendente. La cuestión es cuánto se puede demorar el proceso legal” apuntó Diego Ferro, en declaraciones a El Cronista.
En lo inmediato, las miradas se centran en el siguiente recurso de apelación que deberá presentar el país ante la Corte en relación al fallo definitivo que la Cámara de Apelaciones dio a conocer el 23 de agosto, por el que ratificó los montos y mecanismos de pago, que todavía no incorporó el máximo tribunal.
“No esperábamos que esta primera apelación vaya a algún lado. Es la segunda apelación la que importa. La negación de la primera apelación no predice, necesariamente, cómo la Corte responderá a la segunda, sobre todo porque en un escrito la Argentina invitó a la Corte a esperar [para expedirse] la próxima apelación”, explicó Casey Reckman, analista de Credit Suisse para Argentina, en diálogo con El Cronista.
Por lo que Wall Street se enfoca en cuánto puede demorarse el proceso legal y en las chances de que la Argentina pueda caer en un default técnico. Cabe destacar que la Corte no comunicó si rechaza el caso por cuestiones procesales (la apelación no era sobre la sentencia final de Camara) o por falta de interes en el fondo.
Bajo este cuadro, JP Morgan plantea dos escenarios posibles y se juega por el más positivo: por un lado, que el litigio se prolongue en el tiempo, teniendo en cuenta que la decisión tomada ayer por la Corte sea por cuestiones procesales. Este escenario implica que el efecto suspensivo del fallo o stay no se remueva y que la Argentina presente la segunda apelación a la Corte Suprema luego de que el en banc (el pedido de revisión que hizo el país ante todos los jueces de la Cámara y no sólo los 3 que fallaron) sea rechazado por la Cámara de Apelaciones. Acto seguido, el máximo tribunal pediría la opinión al Solicitor General, quien podría recomendar a la Corte a que tome el caso.
El segundo escenario que plantea el banco, más pesimista, en el cual el litigio podría alcanzar un final “trágico”, es si el rechazo de la Corte refleja una consideración de fondo. En este caso, el riesgo sería que la Cámara de Apelaciones remueva el stay, que la Argentina decida desafiar la orden de pago para favorecer a los bonistas y por lo tanto, entre en default técnico en su próximo pago de la deuda.
En tanto, los expertos legales consultados por El Cronista sostuvieron que el stay permanecerá en efecto hasta que la segunda apelación concluya con su curso legal.
Sin embargo, para Marcelo Etchebarne, socio del estudio Cabanellas, Etchebarne, Kelly & Dell’Oro Maini, subyace el riesgo de que en diciembre, cuando la Argentina envíe los pagos del vencimiento de la deuda al BoNY (Bank of New York Mellon), el banco consulte con la Cámara de Apelaciones si el stay sigue vigente.