El Banco Central tuvo que vender otros USD 853 millones para atenuar la estampida de la divisa. Cerró en el récord de $20,837 para la venta a clientes de entidades
Ni la suba del tipo de cambio que aceptó el Central desde el principio de la jornada frenó la gran demanda de dólares por parte de los inversores. Al final del día, las ventas de reservas superaron los u$s 1.000 millones. En el medio, las tasas pegaron un salto y en el caso de las Lebac cortas (menos de 28 días) llegaron a 28,5%. Sin embargo, la coincidencia entre los operadores es que aún queda mucho camino por recorrer para frenar la minicorrida sobre el dólar.
El mercado cree que el BCRA deberá subir las tasas de las Lebac de manera mucho más agresiva que hasta ahora para volver a atraer a los inversores, tanto locales como extranjeros, que decidieron polarizar sus portafolios.
¿Dónde deberían llegar las tasas? El nuevo piso que se percibe en este contexto es el 30% anual en pesos, pero probablemente deba ser superior para que aquellos que se pasaron a dólares quieran volver a pesos y volver a hacer negocio con el «carry trade».
Por otra parte, la contratara a la venta de dólares es una gran absorción de pesos que sólo esta semana superó los $60.000 millones, con ventas de reservas cercanas a USD 3.000 millones. Esa disminución de liquidez también debería ir impulsando las tasas para arriba.
El titular del BCRA, Federico Sturzenegger, tuvo que aceptar un salto del dólar, pese a que se venía comprometiendo a mantener la estabilidad del tipo de cambio.
Presiones del frente externo
Sin embargo, la devaluación del resto de las monedas emergentes y la suba de la tasa de interés en Estados Unidos cambiaron drásticamente el escenario y aceptó un incremento de casi 30 centavos hasta finalizar en $20,84 en las pizarras.
Claro que sin la fuerte intervención que llevó adelante hubiera finalizado mucho más arriba todavía, seguro por encima de los $21 por unidad, a tono con la inflación acumulada en el cuatrimestre.
Pero este ajuste cambiario no fue suficiente para convencer a los inversores a quedarse en pesos. El «manual» para estos marca que sólo una suba significativa de las tasas debería ser el antídoto para calmar al mercado.
Mayo quedó lejos
Sin embargo, hasta ahora el BCRA venía resistiendo esta movida y en su momento manifestó que prefería esperar a los datos de mayo para determinar si era necesario ajustar la política monetaria.
Ahora las urgencias son otras y se trata de recuperar la calma de los inversores. Las fuertes caídas de las principales acciones argentinas que cotizan en Wall Street, que perdieron entre 3% y 5%, no fueron desestimadas.
En un mercado enrarecido, ahora el BCRA esperará que llegue el fin de semana largo para definir cuál será la estrategia que se seguirá desde ahora.
Pero la vuelta a un esquema de tipo de cambio flotante y sin intervención oficial luce poco probable en medio de un clima enrarecido. Sin embargo, la entidad optó también por dejar deslizar el tipo de cambio, mostrando algo más de flexibilidad y con la intención de no vender las reservas demasiado baratas.