Hay varios elementos destacables en el sector inmobiliario de gran escala que conviene remarcar. El primero se puede ver en la entrevista a Darío Lizzano publicada en La Nación días atrás. Se trata de uno de los inversores más relevantes en la actualidad, que ya trajo al país 3600 millones de dólares en la era Macri. Le compró a Marriott el Sheraton y entró en la desarrolladora TGLT, que a su vez se quedó con la constructora Caputo. Además está presente en energía y bancos.
Lizzano contó que cuando quedó claro que las aspiraciones de reelección de Cristina no iban a ocurrir, apostó a que el país iba a tener su punto de inflexión y no se equivocó. Pero también aseguró: “Nosotros creemos que este es un ciclo largo, que estamos recién al comienzo y que vamos muy bien. Y una de las cosas muy interesantes sobre qué pasa con los inversores es que, al ver los deals, tenemos muy poca competencia todavía.”
Pero en realidad Lizzano no está solo. Hace poco se supo que Goldman Sachs y Sam Zell, junto a Grupo Pegasus, la empresa que fundó Mario Quintana, anunciaron la conformación de ARG Realty Group, con un plan de inversión de US$300 millones principalmente en proyectos de oficinas y centros comerciales. Su CEO, Diego Chevallier Boutell dijo: “no somos un fondo que entra en el negocio porque los activos están baratos. Estamos armando algo institucional que apuntará a constituir un portfolio de activos de renta”. Por su parte, Tom Heneghan, CEO de Equity International de Sam Zell, uno de los principales inversores inmobiliarios del mundo, dijo haber estado observando el mercado inmobiliario argentino durante años esperando el punto de inflexión, que ahora ven.
Hay también otros movimientos no tan difundidos, aunque no menos importantes, que conviene resaltar. Uno de los más significativos es el caso del Fideocomiso BAP, que está posicionándose en tierras muy importantes en Catalinas, privadas y adquiridas al Estado. Se trata de un grupo de EEUU de primera línea, de una familia de banqueros, cuya identidad aún no es pública. Ya ha trascendido que prevén hacer un desarrollo gigante en el área. Y el otro es el vínculo entre Techint y Fortune, de Edgardo de Fortuna para encarar juntos Nueva Costa del Plata en Quilmes, una gran jugada.
En resumen más allá de la coyuntura teñida por los debates políticos, el dólar y la inflación, hay decisiones adoptadas por grandes inversores que no podemos dejar de tener en cuenta a la hora de mirar el sector inmobiliario a mediano plazo.
Real Estate: resumen semanal 01.05.2018
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