Desde temprano fijó un alto rendimiento para seducir a los inversores. Si bien subió el tipo de cambio, estuvo en línea con lo sucedido regionalmente
Aunque el dólar terminó subiendo en la primera jornada de la semana, en los despachos oficiales había una lectura favorable sobre lo sucedido. «El real se devaluó 0,7% hoy, el peso mexicano un 1% y el chileno 1,2%. Acá la depreciación del peso fue mucho menor, no llegó al 0,3%», señalaban fuentes del equipo económico tras la reunión con el Presidente Mauricio Macri.
Desde temprano el BCRA salió a actuar para evitar lo que le venía sucediendo en los últimos días, es decir correr el mercado de atrás. Por eso, ya en la primera operación marcó la tasa de Lebac con vencimiento en junio al 38% anual en pesos, cuando el viernes había operado en 33%.
Este ajuste de tasas generó un fuerte volumen operado en Lebac a junio y ya va enviando señales sobre cuál será el nivel de rendimientos cuando llegue la licitación de la semana próxima. El objetivo es que la tasa permanezca bien alta para seducir a los inversores y esperar a que se queden en pesos en vez de pasarse a dólares.
Un aspecto notable del mercado cambiario fue el bajísimo nivel operado, que se ubicó en menos de USD 600 millones, el menor prácticamente en los últimos dos meses. Los operadores coinciden en que hay poca oferta de dólares porque no aparecen las divisas del campo. Tampoco se sintió significativamente la norma del BCRA que obliga a los bancos a reducir del 30% al 10% su Posición General de Cambios en relación a su patrimonio. «La intención fue más que nada restar demanda más que aumentar de manera sustancial la oferta», resaltan en el BCRA.
La incógnita ahora en el mercado es si finalmente el Central saldrá a operar en el mercado de futuros. La evaluación es que ayudaría de manera significativa a bajar la demanda de dólares en el mercado contado y por lo tanto no habría que seguir usando reservas para evitar nuevos saltos del tipo de cambio. Sin embargo, el hecho de que hay varias causas judiciales cruzadas y que Cristina Kirchner debe afrontar un juicio oral por las ventas en 2015 complican el panorama.