Economía está al tanto de la jugada, presentada como negociaciones entre privados. Crece en el Gobierno la opinión de que hay que cerrar los litigios con los holdouts
Un grupo de fondos de inversión con deuda argentina reestructurada propuso una solución para terminar de una vez con los juicios contra los holdouts y pidió a quienes tienen títulos del país aportar dinero a una suerte de fondo común para levantar los litigios, sacar al país del default y asegurar sus propios negocios. Aspiran a recolectar u$s 1.000 millones en cinco años para sumar a la oferta de reapertura del canje que hizo la Argentina y contentar a los fondos buitre.
La jugada cuenta, al menos, con el “dejar hacer” del Ministerio de Economía, que no quiso hacer comentarios. Según supo El Cronista de fuentes oficiales, se extiende cada vez más en el Gobierno la visión de que hay que darle un cierre definitivo a la ola de juicios.
El diario La Nación consignó que el fondo de inversión Gramercy se puso al frente de la propuesta, que consiste en que los tenedores de deuda regularizada resignen una parte de los intereses de sus bonos en favor de NML Capital, el fondo del magnate Paul Singer, y los otros litigantes.
Una fuente al tanto de las negociaciones detalló a El Cronista que la propuesta aspira a recaudar u$s 1.000 millones en cinco pagos anuales de u$s 200 millones. Ese dinero se sumaría a los bonos de la reapertura del canje. Pero no iría sólo a Singer, que tiene a su favor una sentencia por u$s 1.500 millones pendiente del veredicto de la Corte Suprema de Estados Unidos, sino al universo de bonistas con títulos impagos. Se calcula que éstos tienen bonos por u$s 6.000 millones que, más intereses y penalidades, se transformarían en u$s 17.000 millones.
La propuesta surgió de un experto en reestructuración de pasivos: Jim Millstein. Este estadounidense fue jefe de la oficina de reestructuraciones del Departamento del Tesoro de su país hasta 2009 y luego abrió su propia firma. Como funcionario, supervisó los rescates a American Internacional Group (AIG) y Citigroup, durante la crisis de las subprime.
Este experto convenció al trust de inversores liderado por Gramercy de que esto solucionaría el default y levantaría la cotización de los bonos argentinos, de manera tal que los bonistas del canje recuperarían con creces los u$s 200 millones anuales que deberían resignar.
Según la teoría, Singer aceptaría una quita, que no sería muy significativa, para cobrar por los bonos que adquirió a centavos de dólar. Sabe que difícilmente la Argentina respetará una sentencia en contra en la Corte Suprema. NML Elliot hizo saber que no participa de estas negociaciones, aunque Jay Newman, un ejecutivo de Elliot, escribió el 7 de octubre último un artículo de opinión en el diario Financial Times pidiendo a la administración de Cristina Fernández que se sentara a negociar.
En este caso, no sería el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, el negociador, sino los privados, lo que dejaría al Gobierno a salvo de otorgar un trato diferenciado a los fondos buitre.
Los privados deben lograr una aceptación a su propuesta del 85% del total de los tenedores de bonos regularizados. La cifra parece utópica, sobre todo porque Fintech, uno de los grandes tenedores de bonos argentinos no quiere saber nada con negociar con Paul Singer.
Fintech es el fondo de inversión del mexicano David Martínez, también accionista minoritario de Cablevisión. Martínez mantiene una pelea personal y judicial con Singer. La primera se originó cuando el mexicano aceptó entrar al canje de deuda de 2005 y aisló a Elliot. La segunda surgió tiempo después, cuando Martínez demandó a NML en una causa vinculada a Vitro, la mayor fabricante de vidrio mexicana.