Las medidas cambiarias que podrían implementarse luego de las elecciones entran a partir de hoy en tiempo de descuento. El reposo de la Presidente agrega una incógnita en relación con el momento en que podrían definirse los pasos a seguir. Pero el objetivo de la Casa Rosada está claro y pasaría por suavizar la pérdida de reservas -ya supera los u$s 9.000 millones en 2013- en los dos años que restan de gestión. Nuevas restricciones cambiarias aparecen en el horizonte como la alternativa más probable, especialmente en relación con el sector turístico.
Dentro del set de alternativas vuelve a mencionarse la posibilidad de un desdoblamiento cambiario, que implicaría dólares diferenciales para distintos tipo de actividad. El viceministro Axel Kicillof es uno de los defensores de este tipo de mecanismos, que apuntan a devolverle competitividad a algunos sectores y al mismo tiempo encarecer el acceso a las divisas a otros.
Sin embargo, ir hacia un esquema de cambios múltiples tiene serias complicaciones. Por un lado, porque la sofisticación de las operaciones comerciales y financieras es mucho mayor que hace treinta años. Pero además, porque provocaría graves efectos en distintos sectores que hoy se benefician de un dólar oficial que sube entre el 2% y un 3% mensual. Un sistema de tipo de cambio múltiple podría generar millonarios quebrantos. Éstos son algunos de los sectores que se verían especialmente afectados por un posible desdoblamiento:
* Provincias: muchas tienen deuda en el exterior, como la Ciudad y las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Neuquén. Actualmente acceden al dólar oficial, es decir que pueden conseguir dólares "baratos" para cumplir con sus compromisos con el exterior. Un dólar oficial que aumenta alrededor del 30% anual no resulta un grave problema, ya que básicamente acompaña el aumento de la recaudación. En cambio, si se introdujera un dólar financiero encarecería notoriamente la cancelación de los compromisos externos, tanto a la hora de pagar los intereses semestrales como a la cancelación de capital.
* Empresas: se da un caso similar, ya que muchas compañías tienen deuda tomada en el exterior. El tipo de cambio les complica la competitividad, pero al mismo tiempo se abarata la cancelación de deuda en el exterior. En caso de que se desdoble el mercado, deberían calcular sus balances de acuerdo con el nuevo tipo de cambio, lo cual provocaría notables quebrantos por el aumento de los pasivos.
* Inversores: en el último año se multiplicaron las emisiones atadas a la evolución del dólar oficial, es decir bonos "dollar linked", especialmente de parte de las provincias. Un desdoblamiento podría significar un virtual congelamiento del tipo de cambio oficial, lo cual representaría fuertes pérdidas en términos reales, considerando que la tasa de interés de estas emisiones es mínima (no supera el 4% anual) y que la inflación supera el 25% anual.
* Real estate: la mayoría de las obras se ajusta de acuerdo con el costo de la construcción, en las zonas premium hay contratos que se pagan en pesos al tipo de cambio oficial, pero con una cláusula por la cual en caso de un desdoblamiento la constructora tiene facultades para comenzar a tomar el tipo de cambio más elevado, lo que representaría un fuerte encarecimiento de las cuotas para los inversores.
Ante este panorama, todo indica que el Gobierno optará por no apartarse demasiado del camino que fue transitando en los últimos dos años. Esto significa que lo más probable es que se apliquen nuevos recargos a la compra de pasajes o paquetes turísticos. También podrían imponerse trabas para el uso de tarjetas de crédito, particularmente en lo que respecta a las compras on line de sitios del exterior. Además, con la introducción del BAADE la idea es que los dólares que entran para inversión puedan hacerlo a un tipo de cambio diferencial, es decir sin pasar por el mercado oficial.
El sector turístico sí presiona para un dólar específico, que desaliente los viajes y las compras en el exterior, sino que además permita a los jugadores locales (como hotelería o agencias de turismo) a cobrarle a los extranjeros un tipo de cambio mucho más elevado que el actual de $ 5,9. Sin embargo, como resulta difícil de implementar un desdoblamiento cambiario para un sector específico, lo más probable es que esta propuesta tampoco sea tenida en cuenta.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=713338