Llegó el primer desembolso del FMI y el 2018 está más cerca de cerrar en materia de financiamiento. No obstante, el año próximo luce complicado
Con los u$s 7500 millones que ingresaron para que el Tesoro disponga del primer desembolso del préstamo stand-by del Fondo Monetario Internacional, se asume que las necesidades de financiamiento quedaron más cerca de ser cubiertas para lo que resta del 2018. Aunque restan unos u$s 4000 millones, ahora el que luce complicado es el 2019. Cálculos privados indican que se precisarán entre u$s 34.000 millones y u$s 37.000 millones.
El jueves pasado ingresaron los primeros u$s 15.000 millones del financiamiento del FMI, de los cuales la mitad fue a engrosar reservas y los otros u$s 7500 millones, a cubrir el déficit fiscal del tercer trimestre, confiaron desde el Gobierno. Si bien el monto total del préstamo son u$s 50.000 millones, hasta fines de 2019 (cuando termina el mandato de Mauricio Macri) se accederá, de acuerdo con el cronograma de desembolsos trimestrales, a una cifra en torno a los u$s 30.000 millones.
Guido Lorenzo, de la consultora ACM, identificó que «en 2019 el programa financiero, suponiendo la renovación total de las Letes en dólares y en pesos, se presenta desafiante. En este escenario, las necesidades de mercado alcanzarían los u$s 37.000 millones, que podrían ser cubiertas parcialmente por el financiamiento acordado con el FMI. En ese caso las necesidades de financiamiento remanentes serían bastante menores, en torno a los u$s 24.000 millones. Sin embargo, el monto mencionado no es menor y representa un desafío para la actual administración en un entorno financiero global más complicado».
Aunque ACM reconoce por un lado la relevancia del préstamo del FMI, sostiene también que se relativiza la ayuda en función de los mayores requerimientos financieros implícitos en el programa: la programación financiera del Tesoro no se relaja, sino que se vuelve más desafiante.
«Principalmente por el compromiso de rescatar hasta 50% del stock de letras intransferibles que el Tesoro le emitió al BCRA como contrapartida del uso de reservas, y de la reducción de la asistencia financiera por parte de la autoridad monetaria, los requerimientos financieros netos para lo que resta de este año y el próximo, se incrementan en aproximadamente u$s 2600 millones y u$s 2088 millones para el próximo, respectivamente», destacó la consultora.
Eric Ritondale, de Econviews, detalló que las necesidades totales llegan a u$s 34.000 millones en 2019. «Esto incluye déficit primario, intereses y todos los vencimientos de deuda con el mercado y con multilaterales», describió. Y dijo a su vez que la mitad de estos u$s 34.000 millones es en pesos y la otra mitad, en dólares, conformada por intereses y bonos en en moneda extranjera.
«Es muy probable que el financiamiento nuevo (el que no es un rollover) en pesos pueda cubrir el déficit primario y buena parte de los intereses en pesos, mientras que seguramente se va a poder renovar los bonos en pesos que vencen, con ese supuesto, el numero baja a u$s 18.000 millones o u$s 17.000 millones. Si además se cuenta con que multilaterales van a dar financiamiento como todos los años sin incluir aquí al Fondo, el numero baja a unos u$s 15.000 millones. A eso agregamos que el Gobierno puede volver a los mercados, y refinanciar los bonos en dólares que vencen, y quedan unos u$s 10.000 millones que los aportaría el financiamiento del FMI», contabilizó.
En EcoGo, Juan Ignacio Paolicchi identificó que la meta de cancelar las letras intransferibles con el Banco Central implican $ 156.000 millones para este año, que equivalen a 1,1% del PBI. Aún con esta mayor necesidad de fondeo, al 2018 lo ve cumplible.
En cambio, para 2019 las calificó de «bastante altas». Suponiendo un financiamiento del 50% de las Letes las necesidades llegan a u$s 28.000 millones, contabilizando los desembolsos del FMI. «Es bastante ambicioso en un contexto en el que no tenés la certeza del que el mercado de capitales va a estar abierto», advirtió.