Cuando se suman las restricciones para mercado secundario con el nivel de tasas de 45% convalidadas en el «súper martes» más reciente, las letras dejan de ser atractivas para los minoristas que antes corrían para adquirirlas
La renovación de $150.000 millones fue la primera señal de que las Letras del Banco Central, con todos sus momentos positivos y negativos para el Gobierno, ya son cosa del pasado. Las tasas convalidadas por la autoridad monetaria, 45% para todos los vencimientos ofrecidos en lo que en los hechos fue el último «súper martes», terminaron de dejar en claro que el negocio de las letras se acabó.
Entre un mercado secundario cada vez más acotado, e instrumentos que buscan desvincular la volatilidad del tipo de cambio de opciones de inversión, las tasas de Lebac que en un momento las posicionaban entre las más atractivas para invertir ya no le llevan tanta ventaja a la inflación. El consenso de los analistas consultados por Infobae es que la «era de las Lebac», iniciada por Federico Sturzenegger, oficialmente terminó bajo el mandato de Luis Caputo al frente del Central.
«Hoy en día es un instrumento que objetivamente pierde contra la inflación, está en sus últimas patas de atractivo para el minorista que accedía a través de home banking o un fondo común de inversión», explica Nery Persichini, gerente de inversiones de GMA Capital.
El analista considera irónico que el legado de las Lebac se centre en el aspecto minorista: «Las Lebac son fundamentalmente un instrumento de política monetaria, el problema para el BCRA es que estaban en manos de inversores minoristas que las volvían combustible al fuego ante cualquier fluctuación del dólar».
Para evitar crear otras opciones de inversión minorista que estén tan atadas al tipo de cambio, en los últimos meses el Gobierno creó varias alternativas basadas en pesos y tasas de interés agresivas. «En términos de tasas las Lebac ahora están abajo de las Letes en pesos de las últimas licitaciones e incluso cerca de algunos plazos fijos», compara Martín Vauthier, director de Eco Go.
Durante la semana pasada, el Ministerio de Hacienda convalidó tasas de 54% y 50% anual para Letras del Tesoro en pesos.
«Hay que ver el resultado final de la licitación de Lecaps y si las tasas son suficientes para terminar de seducir hasta al inversor que seguía en Lebac por costumbre», coincide Persichini.
Además de desactivar posibles presiones futuras sobre el tipo de cambio, el último capítulo del desarme de Lebac también será positivo desde un punto de vista de enfoques de la política del BCRA, según consigna Amilcar Collante, economista de CESUR (Centro de Estudios Económicos del Sur). «Con el cierre de este capítulo, y una conclusión favorable de las negociaciones del Fondo, se desactivarían muchas de las amenazas cambiarias de cara al corto y mediano plazo», considera Collante.
«También permite que por primera vez en mucho tiempo el Central cuente con posibilidades de esquemas de políticas monetarias que antes no podía», agrega.
Las Lebac empezaron en 2002, pero vivieron su momento de gloria en los últimos tres años como una herramienta fundamental durante la presidencia de Sturzenegger del Banco Central para pelear contra la inflación al absorber pesos del mercado. Con un stock total que llegó hasta $1,4 billones, pasó de una solución a un problema, que todo indica el Gobierno está bastante cerca de sacarse de encima.