El Gobierno busca bajar 20 puntos la inflación en sólo un año. La recesión, estabilización del dólar y contracción monetaria ayudarán a contener subas
Mientras septiembre se encamina a marcar la inflación más elevada de los últimos años, el apretón monetario pactado con el Fondo Monetario Internacional, que buscar secar de pesos la economía, promete empezar a causar su efecto a partir del año próximo. No obstante, una estabilización del valor del dólar impactaría ya en los dos últimos meses de 2018, teniendo en cuenta, además, que en noviembre y diciembre no habría tantas subas de los precios de los servicios.
La meta de agregados monetarios no tiene un target de número de inflación a perseguir. La idea es que con una restricción del circulante a través de nulo crecimiento de la base monetaria provoque su efecto en los precios. No obstante, para este año las estimaciones privadas, no bajan de 42%, que comparte el Gobierno. El REM del BCRA pronostica 44,8 %. Y, para el próximo, la ambiciosa apuesta es bajarla 20 puntos, a en torno a 23% anual, de acuerdo con los números plasmados en el proyecto de Presupuesto.
El combo de pocos pesos en circulación (que, entre todos los bienes y servicios menos que se podrán comprar está el dólar), una estabilización del tipo de cambio pero también la profundización de la recesión harán que los precios empiecen a comprimir su expansión.
«Si el apretón monetario estabiliza el mercado cambiario de aquí a fin de año, va a evitar mayor aceleración de inflación. Asimismo, al profundizar recesión (tasas elevadísimas para firmas y familias) va a disciplinar la puja distributiva (contiene reclamos salariales por temor a perder empleo). Obviamente, el mayor impacto sobre los precios vendrá en 2019», razonó Lorenzo Sigaut Gravina de Ecolatina.
Sin embargo marcó una preocupación. «El problema es cómo llegar al año que viene: se viene un último trimestre muy duro en términos socio-económicos», describió.
Gabriel Zelpo de Elypsis enumeró que hay varios canales en los cuales puede influir: el cambiario, vía demanda y expectativas. «Lo más relevante hoy para frenar una dinámica de aceleración de inflación es dar cierta estabilidad al tipo de cambio. En conjunto, pero en menor grado, las elevadas tasas de interés disminuyen la demanda mediante un menor consumo/inversión y un mayor ahorro. La menor demanda dificulta a los agentes económicos subir precios debido al bajo nivel de ventas», razonó. Por este motivo, señaló que la estabilidad cambiaria y una menor demanda terminarán influyendo para que las expectativas no continúen escalando en términos de inflación.
¿Alcanza para morigerar la inflación esperada de este año?, preguntó El Cronista. «Si se logra estabilizar al tipo de cambio, principal actor en esta pulseada, creo que podemos empezar a esperar registros más bajos», dijo. No obstante, espera «meses difíciles» ya que «hace mucho que no vemos un salto del tipo de cambio de estas características desde una dinámica inflacionaria elevada».
Desde EcoGo, Juan Ignacio Paolicchi marcó que la inflación viene con una inercia muy fuerte y con precios que todavía no ajustaron al nuevo tipo de cambio. «Quizás en diciembre algún efecto se pueda notar, pero creo que va a ser muy moderado», sostuvo.
Y agregó: «De todas formas, por ahora son los salarios, los márgenes y la recesión los tres factores que están conteniendo la suba de precios producto del salto en los costos. En cuanto se reabran las paritarias y empiece a aparecer la recomposición de márgenes, la inflación se va a volver a acelerar, y eso posiblemente suceda hacia fin de año, pese al apretón monetario o al contexto recesivo».
Coincidió Camilo Tiscornia, de CyT Asociados. «No creo que lo monetario pegue tan rápido. Pero si el dólar se estabiliza y no habiendo tanto precio regulado en noviembre-diciembre la inflación debería ser menor en esos meses», identificó y agregó que se podría pensar que «una eventual estabilización del dólar es resultado de la política monetaria pero el efecto monetario más estricto se va a ver el año que viene».
En ese sentido, al hablar de cuánto puede ser la inflación mensual en el inicio del año próximo, dijo que va a depender de cuánto sea el tipo de cambio, salarios y tarifas. Se imagina que en el comienzo de 2019 estará «algo arriba de 2% los primeros meses y, si todo va bien, bajaría a 1,5% hacia fin de año».