El Estado destinará unos u$s 700 millones hasta 2017 a pymes que eleven su producción de gas. Lo anunciaron ayer Kicillof y De Vido. Buscan reducir las altas importaciones
En una nueva, y urgente, señal de sinceramiento del relato con la realidad, el renovado gobierno de Cristina Kirchner decidió aumentar los subsidios a todas las petroleras para combatir el ya inocultable déficit energético que asfixia las arcas del Banco Central (BCRA) y que profundiza cada vez más la sangría de dólares. Así lo anunciaron el ministro de Economía, Axel Kicillof, junto al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, que ayer en el quinto piso del Palacio de Hacienda presentaron el Programa de Estímulo a la Inyección Excedente de Gas Natural para pequeñas y medianas empresas del sector.
La medida, que se calcula estará hoy mismo publicada en el Boletín Oficial, le costará al Estado unos u$s 700 millones hasta 2017 (el plan estará vigente por cinco años desde 2014, en el que se prevé un primer desembolso de u$s 100 millones) y reconoce un precio más caro para al menos 50 petroleras que se comprometan a elevar su producción y que hoy tienen una inyección reducida o directamente no producen debido a los bajos precios actuales. Según detallaron los ministros, las empresas cobrarán el incentivo por aquella producción que se ubique por arriba de un piso garantizado, equivalente a su producción actual menos una merma de 15%. De esta manera, por el excedente producido percibirán un pago adicional a lo que cobran actualmente, que irá entre u$s 4, a u$s 7,5 por millón de BTU. Pero si no alcanzaran a producir el volumen mínimo garantizado, deberán hacerse cargo de importar el adicional necesario hasta completar dicho mínimo, es decir que se les aplicará un esquema de "pone o paga", según precisó el jefe de la cartera económica.
Kicillof, quien se mostró amigable con el sector privado y la prensa, resaltó en todo momento que el plan será "voluntario" pero que las firmas que deseen ingresar (aquellas que produzcan menos de 3,5 millones de metros cúbicos día) deberán presentar un programa con metas e inversiones. Por su parte, De Vido, enunció que hasta el 2017 las proyecciones estimadas son una inyección adicional de 5 millones de metros cúbicos diarios, inversiones por u$s 2.500 millones, la creación de mil nuevos puesto de trabajo en la actividad, y una sustitución de importaciones por u$s 3.000 millones.
El programa complementa al Plan Gas 1 como se lo conoce en el sector, que fue lanzado por la Comisión Hidrocarburífera que dirige Kicillof a fines de 2012 y que está dirigido a grandes petroleras. A esta primera iniciativa, que sirvió de ensayo al Gobierno, adhirieron 9 petroleras entre las que se encuentra YPF, Pae y Total que, según los datos oficiales "revirtieron la tendencia al declino de la producción" y se espera que en cinco años sustituyan compras al exterior por u$s 15.000 millones.
La prisa de esta segunda etapa está dada por los números que hablan por sí mismos: un déficit energético que en los primeros 10 meses del año superó u$s 6.000 millones, importaciones que se acelerarán hasta u$s 12.000 millones en 2013 y un declino en la producción del gas que sigue en un nivel preocupante del 5%.
Ayer entre los asistentes (estuvieron presentes directivos de todas las grandes petroleras, gremios y cuatro de los gobernadores que integran la Ofephi) se respiró una atmósfera optimista. Un ejecutivo del sector confió a El Cronista el entusiasmo que generó el nuevo gabinete ante la celeridad de varias medidas.