• Será con emisiones de bonos en el exterior, luego del arreglo con Repsol
YPF será una pieza clave del Gobierno para recuperar el acceso a los mercados internacionales. El objetivo es que la petrolera salga a buscar recursos financieros agresivamente una vez que el Gobierno termine de arreglar la indemnización que pagará a Repsol por la expropiación del 51% de la compañía. Tal como adelantó este diario, Morgan Stanley ya está trabajando junto al Itaú y al HSBC para una inminente colocación de u$s 300 millones. Pero los planes que baraja Miguel Galuccio van mucho más allá: incluyen un programa de emisión de bonos por no menos de u$s 2.000 millones, que comenzaría a cristalizarse no más allá de enero del año que viene.
Estas futuras colocaciones de la petrolera ayudarán a hacer frente al déficit energético del año que viene, que se ubicaría entre los u$s 7.000 y u$s 8.000 millones, y al mismo tiempo ayudaría para que las pérdidas de reservas del Banco Central que manejó Juan Carlos Fábrega, no sean tan significativas. Este modelo de endeudar a la principal petrolera estatal lo aplica especialmente Venezuela, a través de PDVSA, aunque lógicamente las diferencias son abismales. Esa compañía explica el 90% de las exportaciones venezolanas y factura 125.000 millones de dólares anuales, mientras que la capitalización bursátil de YPF apenas supera los 10.000 millones de dólares.
La expectativa de los ejecutivos de YPF y también de los bancos de inversión es conseguir un nivel de tasa de interés por debajo del 7% anual. Aunque luce complicado, en realidad hoy luce como un objetivo completamente cumplible. Y marcaría el regreso a pleno de la Argentina a los mercados financieros, en este caso a través de la petrolera estatal.
Sin ir más lejos, YPF tiene un bono internacional que vence en 2028 y que cotiza a u$s 112, lo que representa una tasa del 8,55% anual. Para un plazo de cinco años, por ejemplo, la tasa debería ser sensiblemente inferior. En realidad, en el listado de bonos corporativos, las compañías energéticas son las que menor rendimiento presentan. Un título de Pan American Energy al 2021, por casi, rinde menos del 7% anual en dólares. También ajustaron fuerte los bonos de bancos. El Macro 2017 rinde un 9% y el Galicia 2018 presenta una tasa anual del 8,7%.
Esto implica que las empresas argentinas, al igual que las provincias, vuelven a estar a tiro de colocar deuda en el exterior. Sin embargo, por ahora prefieren financiarse en el mercado interno, ya que las tasas locales son mucho más baratas en relación con el costo de financiarse en dólares (ni hablar del efecto que genera la acelerada devaluación de los últimos meses).
YPF ya efectuó su primera colocación en los mercados internacionales desde la expropiación hace un par de meses, a través de un bono garantizado con exportaciones de soja. Consiguió algo más de u$s 150 millones y la tasa se ubicó levemente por debajo del 8% anual.
Pero además el Gobierno busca otras estrategias para mejorar el nivel de reservas, que el viernes quedó al borde de perforar los u$s 31.000 millones. Una alternativa es colocar una Letra entre las cerealeras por u$s 2.000 millones. Sería un puente de seis meses que permitiría justamente fortalecer las reservas hasta que el sector cerealero comience a liquidar las divisas de la cosecha gruesa, algo que sucederá recién a partir de abril.
El problema es que el aumento del dólar oficial, si bien mejora la situación de competitividad de las compañías locales, al mismo tiempo actúa en contra de lo que busca el Gobierno. Sucede que los productores agropecuarios tienen incentivo para esperar todo lo posible para que siga aumentando el tipo de cambio oficial y poder liquidar a un precio mucho más conveniente.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=718481