El indicador de riesgo argentino se alejó de la zona de los 800 puntos, hacia la que se encaminaba a principios de septiembre. De todos modos, el costo adicional de la deuda soberana argentina todavía es casi el doble del que pagan los países vecinos.
El riesgo país recortó algo más de 120 puntos desde sus máximos de este año, que se vieron a principios del mes pasado. El 4 de septiembre, el indicador había alcanzado los 783 puntos y el viernes cerró en 661 unidades. Pese a al recorte, el riesgo país sigue muy por encima del nivel de otros países latinoamericanos. Los seguros contra el default de los bonos argentinos (CDS) a 5 años también cayeron más de u$s 200 dólares desde sus máximos y el viernes pasado cotizaban a u$s 626,23.
Según un informe de Quantum Finanzas, la reducción del riesgo local coincide con una caída en los spreads de los países emergentes en general. «Esta evolución se alinea con la idea de que existe una asociación entre la corrección cambiaria y la mejora en el precio de los bonos, aun cuando también juegan ciertos avances concretos en el diseño e implementación de la política económica, dentro del marco del nuevo acuerdo con el FMI, que mejora las perspectivas de los programas financieros de este año y de 2019, sujeto a cumplir meta de déficit primario cero el próximo año», sostuvo.
La consultora de Daniel Marx analizó el rendimiento de la deuda soberana a 10 años en dólares entre fines de 2017 y el pasado jueves 18 de octubre. El resultado arrojó que en dicho período el rendimiento argentino aumentó 533 puntos básicos. Sin embargo, desde principios de septiembre hasta la actualidad mostró una caída superior a los 100 puntos básicos, mientras que en la región se mantuvo prácticamente estable y la tasa base aumentó 30 puntos básicos.
Si bien la curva de riesgo país muestra una tendencia descendente, la caída no es lineal y permanece en niveles elevados. La marca más baja del año fueron los 347 puntos del 2 de enero. Entre ese momento y el viernes pasado, el indicador argentino sumó 314 unidades aunque parece haber dejado atrás los máximos que arañaban los 800 puntos.
«La zona de 630 a 650 puntos básicos de riesgo país no es buena. Es casi el doble de las 350 a 450 unidades que habilitan a un país a tomar deuda en los mercados voluntarios. Argentina va a tener que recurrir a ellos hacia 2020 y en ese momento debería converger a ese nivel», indicó Gustavo Nea, socio y director de Research for Traders.
Para los analistas, la estabilidad tiene que ver con la relativa tranquilidad que el dólar viene mostrando desde que se anunció el nuevo esquema monetario y el segundo acuerdo con el FMI. «El principal fondo que desarma Argentina ya no lo está haciendo más porque estabilizó en la ponderación de activos locales en su cartera. El FMI le dio al país los pagos completos hasta abril de 2020 y estabilidad cambiaria porque le permite intervenir en las bandas del dólar y con venta de futuros», explicó Mauro Mazzo, del área de research de Bull Market Brokers.
El análisis de Quantum coincidió: «Haber logrado un nuevo acuerdo con el FMI aunque el programa es mucho más duro en términos fiscales y de reducción de la inflación y reducir la volatilidad del tipo de cambio son elementos que ayudan en esta primera etapa de ajuste en los rendimientos de la deuda».
Las opiniones están divididas al momento de proyectar si el riesgo país seguirá bajando. Ezequiel Zambaglione, jefe de research de Max Valores, cree que continuará estable. «Mi perspectiva es que se mantenga en estos niveles, de alrededor de 600 puntos. No esperaría que recorte y creo que las elecciones de 2019 todavía no están en los precios. Hasta fin de año, el factor clave va a ser el éxito de la política monetaria: si sigue conteniendo al dólar con tasas altas, va a ser positivo. No obstante, me parece que la recesión va a ser importante y no me imagino los spreads comprimiendo», dijo. Neffa también se refirió a las consecuencias del esquema monetario: «Esta calma relativa es artificial, con una tasa de interés prohibitiva para las empresas, que ahoga a la inversión productiva. Es una herramienta ortodoxa, cuyo costado negativo es que la caída del PBI puede llegar a superar el 3% este año».
Mauro Mazzo, en cambio, aportó un argumento en el sentido opuesto. «Este año habrá pago de capital e intereses de títulos por casi u$s 2000 millones, que irán a manos de privados. Potencialmente, eso se iría al mercado de deuda porque yo, a estos precios, compro. Si un 20% o 30% vuelve a la renta fija argentina, puede bajar fuerte el riesgo país», opinó.