Se toman el ferry y van con u$s 10.000, que dejan en los bancos para que luego se los transfieran a cuentas en Suiza, Panamá, Estados Unidos, Alemania y España
Le dicen en el ambiente la fuga hormiga. Cada vez más argentinos se toman el ferry a Montevideo con u$s 10.000 (lo máximo permitido por Aduana para salir del país), que camuflan en riñoneras debajo de la ropa. Si se va un matrimonio, cada uno de sus integrantes lleva ese importe, para sumar u$s 20.000. De paso, pasean por Montevideo y Punta del Este. Muchos se toman un fin de semana largo, ya sea aprovechando el viernes o el lunes posterior, para poder hacer los trámites bancarios.
Pero la mayoría de los dólares que llega al país charrúa lo hacen simplemente como lugar de escala técnica, ya que desde la Argentina no se puede girar fondos a otros destinos, pero en realidad el dinero va luego hacia cuentas en Suiza, Panamá, Estados Unidos, Alemania y España. Además, los bancos offshore se están yendo de Uruguay porque se les hace muy peligroso seguir atendiendo a argentinos con el riesgo de que ingrese dinero de la corrupción y del narcotráfico. Van a seguir teniendo los clientes, pero ahora atendidos a través de asesores de inversión registrados ante el Banco Central del Uruguay. Los bancos onshore, en cambio, se van porque los márgenes de ganancia son cada vez menores. Uruguay es un mercado muy chico, con costos cada vez más altos, especialmente los laborales. En esta línea, Julio de Brun, director ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados de Uruguay y ex presidente del Banco Central, advierte que “el HSBC está vendiendo la sucursal local a un grupo colombiano y en el marco de la transacción está cerrando la oficina de servicios para no residentes. El Lloyd’s está vendiendo su sucursal a otro banco suizo con presencia en Uruguay, Heritage, y me imagino que el cierre de la oficina para no residentes está relacionado con lo mismo”.
Por otra parte, este diario pudo saber que Raymond James está en proceso de due dilligence para vender la operación a Biscayne Capital. “La representación en Uruguay del banco suizo Rothschild analiza modificar su operativa en el país con una reducción drástica de personal, en lo que sería el paso previo al retiro del mercado local”, informó El Espectador.
“Para los que trabajamos y vivimos en Uruguay no es un secreto que los costos bancarios locales son muy altos. En muchas ocasiones y pensando en beneficio del cliente, sugerimos optar por alternativas internacionales mucho más convenientes. Para el caso de las sociedades anónimas uruguayas, se hace necesario modificar sus estatutos y anular la posibilidad de emitir acciones al portador. De esta manera, quedan habilitadas para abrir cuentas bancarias y de inversión en otras jurisdicciones”, señala Mariano Sardáns, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI.
Fuerte competencia
Actualmente la plaza tiene sólo 13 bancos (hace una década había 20): BROU (es estatal y el más grande), Santander, BBVA, Itaú, Discount (en venta), HSBC (vendido al banco colombiano GNB Sudameris, de la familia Gilinski), BANDES (pertenece al gobierno venezolano y es candidato a venderse porque da pérdida todos los años), NBC (comprado por el Scotiabank en el 2010), Citibank (vendió su negocio retail al Itaú; conserva por ahora el negocio corporate), Lloyd’s (vendido al Heritage), Heritage (candidato a venderse por más que haya comprado al Lloyd’s), Banco Nación (opera sólo con empresas argentinas y la repartición pública de Argentina) y el estatal Banco Hipotecario.
Desde el año 2000, cuando existían más de 20 bancos, la plaza financiera local registró una constante concentración, tanto por retiros como por absorciones. Hoy funcionan 13 instituciones, pero según declaraciones al semanario Búsqueda del ejecutivo principal del grupo canadiense Scotiabank en Uruguay, Diego Masola, “es ideal para cinco o seis bancos”. Scotiabank es dueño del Nuevo Banco Comercial (NBC) y de la financiera Pronto! El proceso de concentración del sistema bancario uruguayo seguirá, en opinión del ejecutivo: “Esto puede demorar 10 años o puede no pasar nunca. Pero por mi experiencia en otros mercados, con seis o siete bancos está bárbaro”, dijo Masola.
Los bancos chicos, al no poder competir por nicho, como lo hacía hasta ahora el Discount (ahora retirándose) y mucho menos ofrecer sus servicios en otros mercados por sus altos costos debido a que es una plaza poco eficiente y cara respecto a otras, terminan cerrando o vendiendo sus operaciones a los muy pocos grandes, que terminan quedándose con la totalidad del mercado (Santander, BBVA e Itaú entre los privados; y el BROU como estatal).
No cabe duda que la plaza uruguaya es cara, por eso los argentinos que la usan son en su mayoría los pequeños ahorristas desinformados que no tienen otra solución a mano que cruzar el río con los billetes, abrir la cuenta y depositarlos.
De hecho, hay u$s 2.780 millones de depósitos de argentinos en el país vecino, el 71% del total del dinero de no residentes. Claro está que apenas consiguen alguien que los ayude en otras plazas más convenientes y baratas, terminan dejando la cuenta charrúa con un monto marginal, si es que la mantienen abierta. “El horario de atención es de 13 a 17hs. Si es normal para los clientes de banca privada (los más selectos y en teoría los mejor atendidos), tener que esperar en el teléfono hasta más de una hora para que los atiendan y hasta días para que les contesten un correo electrónico, es fácil imaginar como es atendido un cliente normal (o no VIP)”, protestan.
Por otro lado, cuando los costos de mantenimiento de cuenta uruguayas son en promedio de u$s 35 por mes, en los Estados Unidos no se cobra. El precio para realizar una transferencia internacional en Uruguay es del 0,2% del monto de la transacción, con un mínimo de comisión de u$s 50 y un máximo de u$s 350. En los Estados Unidos el costo es de solo u$s 25 (flat-fee). La comisión que cobra un banco por recibir una transferencia internacional en Uruguay es en promedio de u$s 30; en los Estados Unidos hace ya años los bancos dejaron de cobrar estas operaciones.