Se avanza en un nuevo esquema con mayor liberación para importar insumos, cupos para bienes producidos en el país y posibles licencias para productos sensibles
El flamante equipo económico tiene claro que el actual sistema de control de las importaciones caducará en breve. Luego de hacer trascender que aplicarán un esquema más flexible que no afecte el abastecimiento de insumos, los funcionarios avanzan en la letra chica de lo que será un programa a la brasileña: salida libre para los bienes intermedios, acuerdos entre importadores y productores con cupos para lo fabricado en el país; y eventualmente el regreso de las licencias no automáticas para unos 400 productos considerados sensibles.
Este es el combo que estaría analizando el ministro de Economía, Axel Kicillof, junto al secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, quien quedó a cargo de la administración de 6.000 Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) que los empresarios presentan diariamente para obtener el permiso de importar.
Fuentes de Economía admitieron que habrá un esquema totalmente sistematizado de aprobación de las DJAI a través del cual los importadores podrán cargar los datos de lo que desean comprar al exterior y luego los equipos de Costa puedan analizar el pedido con parámetros iguales. Las negociaciones con Brasil la semana pasada y las promesas de que liberarían los embarques de autos y calzado fue una clara señal en este sentido.
Allegados a Costa señalaron que en el Gobierno están estudiando un sistema de control de las importaciones compuesto por tres grandes capítulos: por un lado, los insumos no producidos en el país ingresarían al país casi automáticamente para evitar complicaciones en los procesos productivos, como hubo durante la gestión de Guillermo Moreno al frente del área.
Otro grupo de productos serían los “producidos en el país”, tanto bienes intermedios como finales. En estos casos, el equipo económico impulsará acuerdos entre productores e importadores para establecer cupos de importación avalados por los empresarios nacionales.
Un caso testigo fue el implementado por la industria metalúrgica meses atrás, con el aval de Moreno, en el que varias cámaras nucleadas en Adimra firmaron acuerdos con sus contrapartes importadoras para acordar cupos.
Un tercer grupo de productos serían los considerados sensibles que seguirán teniendo el ingreso al país prácticamente trabado en defensa de los intereses nacionales, ya que permitir su entrada afectaría seriamente la producción local. Es el caso de los textiles, el calzado, los juguetes, muebles, línea blanca, autopartes, neumáticos y productos metalúrgicos, entre otros.
Para este grupo de bienes, el Gobierno estudia la posibilidad de volver a implementar las licencias no automáticas, eliminadas a fines de enero como gesto a Brasil y los países europeos, Estados Unidos y Japón, que habían iniciaron una demanda contra la Argentina por las trabas a la importación en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Antes de su eliminación, tenían licencias 600 posiciones arancelarias. Ahora podrían volver con 400 productos, trascendió. De todos modos, esta posibilidad está en pleno debate sobre si la OMC tolera la convivencia de ambos instrumentos de control.
“La Argentina va hacia un esquema a la brasileña de importaciones administradas con sectores estratégicos y con negociaciones intersectoriales entre productores e importadores”, afirmó Gustavo Idígoras, de la consultora Business Issue Management (BIM).
El caso presentado por EE.UU., Europa y Japón contra la Argentina se encuentra en la etapa de defensa, por lo que cada uno presentó los escritos con las argumentaciones y habría un primer reporte en marzo. Los negociadores nacionales defendieron la postura argentina ha ce 20 días con el planteo de que las DJAI son instrumentos legales y que muchos de los productos bajo cuestionamiento registraron crecimiento en sus importaciones al país.