Mi reflexión cívica sobre el G20: Peronia se disfrazó de República Argentina, sublime y hermoso. Escuché en este fin de semana repetidamente la frase: “Estamos vivos”, contundente e inspiradora expresión. Y sí… seguimos de pie después de un año brutal, pataleando y respirando todavía, con un montón de kilombos no resueltos, pero con el corazón latiendo y eso en sí mismo es un mundo de esperanza que como ciudadano argentino me permito celebrar. A pesar de tanta torpeza, a pesar de tanta improvisación innecesaria, a pesar de tanto ego injustificado, a pesar de tres largos años desperdiciados alimentando deuda externa en defensa de un gradualismo errático y perdedor, a pesar del 28D, a pesar de Renta Financiera, desde la crítica más ácida posible seguiremos bancando Presidente, para no retornar al pasado K, porque en su regreso, no hay país posible, se cae la república, se nos muere la democracia. Una amplia mayoría de argentinos está enojada, está decepcionada, pero esa misma mayoría no es tonta, el rechazo K en las urnas del 2019 será contundente, otra vez más y a pesar de una economía que llegará en estado de coma a las PASO de agosto.
El viernes pasado fue la primera vez en muchos años que pude observar con sumo agrado una ciudad sin piquetes, en paz y con respeto al prójimo, muy lejos de la cotidiana y caótica locura K. Primó el orden, la seguridad y el sentido común. Me pregunto entonces: ¿no sería posible aprender de este día y hacerlo extensivo al resto del año o sólo nos comportamos bien cuando hay visitas y si se van, volvemos a ser la enardecida tribu salvaje de siempre? Los derechos esenciales del ciudadano entre ellos, transitar libremente por nuestro país, están protegidos en la Constitución Nacional, con o sin visitas presentes. Espero que alguna vez nuestra querida República Argentina le gane la pulseada a la inefable Peronia de todos los días para retornar a lo que alguna vez supimos ser.
¿Cambio de aire en mercados emergentes? Dos factores podrían modificar esta dinámica que tanto le ha costado a las acciones y bonos argentinos, dado que además de un contexto internacional complejo, han tenido que sobrevivir a una serie de dificultades muy serias que enfrenta la economía local. Primero, de acuerdo a lo comentado por la Reserva Federal la semana pasada, parecería que considera que el nivel de tasa de referencia está casi a punto de neutralidad, aspecto que parecería sugerir un Banco Central norteamericano con intenciones claras de desacelerar la suba de tasas en la parte corta de la curva de caras al 2019. Segundo, quizá se dé una tregua entre la disputa comercial entre China y Estados Unidos, lo sugerido durante este fin de semana parecería apuntar en dicha dirección. ¿Comenzarán entonces a alinearse los planetas para un mercado emergente que ha sido severamente castigado durante todo el 2018?.
Observamos un EMBI cerrando el viernes en 103,58 con ganas de acercarse a 104 al ritmo de una tasa de 10 años en USA que quebró el 3% hacia abajo, recordemos que el nivel de 104 ha sido para el EMBI un formidable soporte en estos últimos años. ¿Se viene entonces de golpe un mundo más laxo a nivel de tasas internacionales de interés y por lo tanto, más benigno para emergentes? Ojalá así sea por el bien de la Argentina. Una tasa de 10 años que cerró el viernes debajo de 3%, no pudo quebrar hacia arriba el máximo de 3,23% de este año, ¿podrá ahora quebrar consistentemente hacia abajo el número clave de 3%? Eso sería muy beneficioso para emergentes si el evento ocurre no por aversión al riesgo, sino por el descuento de una Reserva Federal más laxa a nivel monetario y en ese sentido, la frase de la semana pasada referida al “just bellow neutral”, resulta enormemente significativa y podría cambiarlo todo en emergentes.
En lo que va del año la tasa de 2 años en USA subió 91 puntos básicos y la de 10 años hizo lo propio en 60 puntos. Claramente la presión de tasas desde Estados Unidos significó un año durísimo para emergentes tanto en renta variable como fija. El EEM (ETF que replica acciones diversificadas en emergentes) está en lo que va del año 13% negativo y el EMBI (portfolio diversificado de bonos emergentes) exhibe en el mismo periodo un retorno negativo del 11%. Claramente, el embate de tasas convirtió a Estados Unidos en una aspiradora de dólares con un S&P que en lo que va del año exhibe un retorno positivo del 3%. De esta forma, todo aquel que estuvo largo acciones norteamericanas y corto acciones emergentes está en el año 16% positivo.
En este contexto, acciones como Banco Galicia ADR están 57% abajo y desde los máximos de enero, 61% abajo. Los bonos largos argentinos como el AA46, está en su precio clean 32% abajo en lo que va del año y uno así podría seguir con una lista interminable de activos financieros argentinos que han exhibido una performance calamitosamente negativa de la mano de un entorno internacional muy duro para emergentes y de una economía local que en 2018 dio para cualquier locura posible. Lo cierto es que a pesar de todo seguimos vivos y esto nos obliga a preguntarnos qué economía internacional y local podríamos imaginarnos de caras a un 2019 que como mínimo tendrá un riesgo político alto para lo que es el contexto local. Parecería que a nivel internacional una economía global que denota una generalizada debilidad y una economía norteamericana que se acerca a una eventual recesión están enviando señales para que la Reserva Federal comience a aflojar el acelerador en su política de suba de tasas en la parte corta de la curva.
Los comentarios provenientes de la Reserva Federal referidos a que el nivel de tasa de referencia está “justa bellow neutral” parecería indicar a un Banco Central norteamericano muy cerca de pausar su ritmo de suba de tasas, aspecto que sería muy beneficioso para la diezmada renta fija y variable a lo largo de todo el espectro emergente. Esta coyuntura ya se hizo sentir en el mundo de tasas internacionales. Por ejemplo, la tasa de 2 años norteamericana, tasa muy correlacionada a las decisiones de la Reserva Federal en la parte corta de la curva, en las últimas tres semanas ha descendido 16 puntos básicos y la tasa de 10 años lo hizo violentamente en 23 puntos. El pasado viernes, la tasa de 10 años volvió a cerrar debajo del nivel del 3%, lo cual es todo un evento y ha motivado positivamente al diezmado EMBI y EEM. De hecho, la pendiente de la curva norteamericana medida como la diferencia entre la tasa de 10 y de 2 años está actualmente en mínimos de los últimos meses, en 20 puntos básicos y todo parecería indicar que durante el 2019 intentará seguir horizontalizándose, aspecto de beneficiaría a emergentes.
Un detalle para remarcar es que aun con la pronunciada negatividad con la que operaron el S&P y el EEM recientemente, las acciones argentinas han estado muy lejos de los mínimos alcanzados en agosto, lo cual parecería reflejar a un mercado internacional que considera que las acciones argentinas están baratas relativas a su precio y a la coyuntura que enfrentarán en breve en especial, para los fondos de mercados emergentes obligados a comprar Argentina para replicar los índices. De esta forma, el 2019 va a colocar a la Argentina en un escenario político complejo pero que a nivel macro parecería tener bajo control a las principales variables económicas y monetarias de caras a las presidenciales del 2019. De esta forma, resultará clave que el embate negativo contra mercados emergentes afloje de la mano de una Reserva Federal bajando la aceleración en la suba de tasa de referencia y si Dios nos ayuda, con una conflicto comercial entre China y USA en descenso.
Para que los activos argentinos puedan recuperar parte de todo lo perdido durante 2018 es absolutamente esencial que se calme el mal humor en emergentes tanto en renta fija como variable. El “just bellow neutral” quizá sea para emergentes un evento mucho más significativo de lo que hoy podemos observar. No es casualidad que el EEM esté operando sobre la media de 50 días, lo cual en este último tiempo ha sido una inquebrantable resistencia. Veremos si el 2019 permite que dicha media de 50 días cambie de rol y se convierta en soporte. Por el bien de Argentina, ojalá que un año muy duro en lo político, pueda ser navegado al menos con mayor tranquilidad a nivel internacional y tengo la sensación que desde la semana pasada bien podría comenzar a darse dicho escenario. Dedos bien cruzados y muy atentos a un EEM que finalmente opera sobre la media de 50 días. Bien por Argentina.