Será dentro de las discusiones con los técnicos que llegan el próximo lunes. El equipo liderado por Roberto Cardarelli empieza reuniones con funcionarios y representantes del sector privado, la academia y sociedad civil.
Desde el lunes próximo, una misión del Fondo Monetario Internacional desembarcará nuevamente en Buenos Aires: será la primera del año y la cuarta desde que el Gobierno decidió recurrir al organismo en mayo de 2018 para pedir el préstamo stand-by, que se amplió a unos u$s 57.000 millones en septiembre.
El objetivo será confirmar que se cumplieron las metas a diciembre, principalmente la fiscal, para que se gatille el desembolso en marzo por u$s 11.000 millones, el monto más importante para el Tesoro desde el acuerdo inicial anunciado en junio del año pasado.
Pero lo más importante pasará por las discusiones sobre algunos aspectos a pulir del programa acordado con el FMI. En concreto, la modalidad que se adoptará para pasar los dólares del organismo a pesos y, desde lo monetario, el debate se centrará en la pendiente de las curvas que delimitan la zona de no intervención en el mercado cambiario, además de la monetización máxima de las compras de dólares que está acordada hoy con el Fondo en u$s 150 millones diarios. No obstante, el Banco Central se autolimitó primero a u$s 50 millones, cifra que amplió el jueves pasado a u$s 75 millones de compra de dólares en el mercado de cambios.
Desde el Ministerio de Hacienda van a mostrar que en 2018 se cumplió la meta fiscal de déficit primario equivalente al 2,7% del PBI, porcentaje en el que incorpora las PIP (programa de inversión prioritarias), requisito que el propio FMI había pedido incorporar al Gobierno dentro del rojo fiscal.
Para los próximos meses, intercambiarán visiones con los técnicos del FMI, liderados por el italiano Roberto Cardarelli, sobre la evolución de la economía: se esperaba que se tocara fondo entre el último trimestre del 2018 (en el caso del consumo) y el primero de 2019 (para la inversión), pero en el Gobierno aún tienen interrogantes de cuándo se concretará la reactivación.
Tras las ventas de dólares a través de subastas que hizo el BCRA en nombre del Tesoro entre julio y septiembre por unos u$s 3400 millones, de las divisas que había dado el FMI, definirán también cómo se irán pasando ahora los dólares a pesos para cuando se termine la caja.
En lo monetario, una fuente del Banco Central confió que las principales discusiones con el FMI pasará por cuál será la pendientes de las curvas que delimitan la zona de no intervención y la monetización máxima de las compras de dólares que hacen.
Respecto a la pendiente, en el inicio del programa monetario, la zona de no intervención se actualizó a un ritmo de 3% mensual. Eso fue entre octubre y diciembre. Desde enero (y hasta marzo, según está anunciado), el incremento diario es una tasa de 2% mensual.
Sobre la monetización de las compras, se trata de evaluar con el FMI la cantidad de dinero que el Banco Central deja en la calle por adquirir divisas. Es decir, si se esterilizarán o no esos pesos.
«Básicamente se centrarán en cómo pensamos encarar el segundo trimestre. Nada de grandes cambios, más bien ‘finetuning’; calibración monetaria pura», sintetizó.
Desde el FMI confirmaron ayer que «un equipo del FMI encabezado por Roberto Cardarelli estará en Buenos Aires el 11 de febrero en el contexto de la tercera revisión del plan económico de Argentina que respalda el acuerdo stand-by de 36 meses. Durante la misión, el equipo del FMI se reunirá con funcionarios del gobierno y el Banco Central, así como con representantes del sector privado, la academia y sociedad civil».