También incidió en la decisión de vender el ingreso esperado de los USD 10.835 millones del FMI que aunque se descontaba este movimiento, tiene un efecto psicológico en la plaza
La Argentina son dos países. Uno donde el dólar es el rey y el otro habitado por los demás activos del mercado financiero.
Esto se vio claro en la última ronda. Mientras el dólar caía de forma sorpresiva y alejaba la idea de una disparada y se renovaron casi en su totalidad las Letras del Tesoro en dólares, en el otro país se desplomaron la Bolsa, los papeles argentinos que cotizan en Nueva York y los bonos de la deuda en dólares.
Si el precio del dólar en baja reflejara credibilidad, el riesgo país lo contradijo abiertamente. Los inversores desconfían hasta de los bonos que vencen el año próximo. Por eso, el título de referencia de la deuda, el Bonar 2024, cayó 0,55%, pero se encontró con la suba del bono del Tesoro en Estados Unidos. Esto hizo que el riesgo aumentara 5 puntos básicos (+1,37%) al máximo del año de 814 puntos básicos.
Las pantallas de los operadores estaban sobrepobladas de ofertas de bonos argentinos, algo que no sucede con los títulos de la deuda de otros países del continente. En Chile y México el riesgo país bajó un punto y en Brasil quedó sin cambios.
Fue un día que tuvo varios elementos para animar a los exportadores a liquidar casi USD 100 millones y volcar a un mercado mayorista que venía en fuerte alza. En el mejor momento del día cotizó a $43,90. El Banco Central salió a contenerlo en el mercado de futuros y siguió vendiendo posiciones de fin de mes, fin de mayo y de junio en menor medida.
Pero los exportadores decidieron que ese era un buen precio para vender, dado que el dólar estaba débil en el mundo. Ante las seis principales monedas perdió 0,38% y en la región se equilibró con el real brasileño, tuvo una leve baja ante el peso chileno y también ante el peso mejicano.
La caída a una hora del final fue estrepitosa. Primero hizo escala en $43,70 y luego no dejó de bajar hasta cerrar en el mínimo del día de $43,41 que significa una baja de 34 centavos, o 0,77%. En dos ruedas, la divisa perdió 56 centavos (-1,27%).
Por supuesto, que el monto de negocios creció por encima de lo habitual. Se negociaron USD 645 millones, contra 568 millones del día anterior. La diferencia en el volumen la marcaron los exportadores.
También incidió en la decisión de vender el ingreso esperado de los USD 10.835 millones del FMI que aunque se descontaba este movimiento, tiene un efecto psicológico en la plaza. Estos dólares comenzarán a venderse a razón de USD 60 millones diarios desde la semana que viene. Los exportadores se cubrieron de esa oferta y prefirieron pájaro en mano, que era el dólar tocando $ 43,90, a arriesgarse a una próxima baja.
El dato final que los animó a vender más dólares de lo habitual fue enterarse que las Letras del Tesoro en dólares se renovaron casi en su totalidad. De los USD 1.016 millones que vencían, algo más de 200 millones están en poder del Estado. Por eso, los privados ofrecieron 814 millones de los cuales se aceptaron USD 700 millones a 4,50 por ciento. El temor era que la renovación estuviera acotada porque vencen después de las elecciones presidenciales y antes de la fecha del probable ballotage.
Tampoco le fue mal con las Letras Capitalizables. Colocó los $38 mil millones que tenía previstos con una tasa de interés de 55% que equivale a una renta de 4,59% mensual y a una tasa de interés efectiva de más de 66,4% por el acumulado de los intereses que se capitalizan mensualmente.
«Los planetas estuvieron alineados para el mercado cambiario», comentó un operador. Y fue así. En Bancos y casas de cambio se vendió 33 centavos por debajo del día anterior a $44,50 (-0,76%). El «blue» a su vez, perdió casi 1% y cerró en 43,60 pesos.
El Banco Central siguió adelante con la baja de las tasas en la licitación de Letras de Liquidez (Leliq). Colocó $204.751 millones a 66,94% anual a 7 días (-0,23 puntos). Como no pudo cubrir todos los vencimientos liberó alrededor de $ 2.300 millones para la rueda del miércoles.
Las reservas aumentaron USD 10.819 millones a 77.478 millones por el ingreso de otro tramo del crédito del FMI por 10.835 millones y marcaron un récord absoluto. Además, se ganaron 33 millones por la suba del euro, de otras monedas y del oro y solo se pagaron USD 3 millones a Brasil.
La Bolsa fue un tobogán que terminó en el mínimo de la rueda. El S&P Merval perdió nada menos que 4,04% con elevados negocios por $ 777 millones, que le dieron sustentabilidad a la caída. Lo peor pasó por las empresas de gas que perdieron más de 7 por ciento. Supervielle estuvo entre los bancos más castigados con un retroceso de 6,3 por ciento. El mismo porcentaje de baja tuvo Ternium.
En Wall Street, la debacle se prolongó con el derrumbe de los ADR’s argentinos, certificados de tenencia de acciones que cotizan en dólares, que no tuvieron un solo papel en terreno positivo. Supervielle (-6,28%), Transportadora Gas del Sur (-5,83%) y Central Puerto (-5,67%) fueron los que más perdieron.
Para el miércoles se espera otra rueda donde el Banco Central parece haber completado el arsenal que necesitaba: los dólares del FMI y las liquidaciones de la cosecha. Pero en la Argentina, todo sucede con la rapidez del relámpago. El humor de ahorristas e inversores dirá si la oferta de dólares seguirá el ritmo del martes.