La disparada del dólar oficial repercutió en el paralelo, con una suba de 30 centavos. Las trabas de la AFIP a las compras por Internet en el exterior también ayudaron. Estiman que recién a partir de abril podría comenzar a bajar el blue, al compás de las liquidaciones de la cosecha de soja. Advierten que el oficial lo corre de atrás. Y dicen que para saber el precio del dólar informal para fin de año hay que sumarle el avance de la inflación
"La suba del dólar es estacional”, dice el jefe de gabinete, Jorge Capitanich. “O sea, se estaciona en $ 12, se estaciona en $ 13, se estaciona en $ 14. Cuando llegue a $ 20 pueden hacer un estacionamiento muy amplio”, bromean en las cuevas de la City porteña, donde ayer el billete escaló 30 centavos, de $ 11,85 a $ 12,15, y todos los corretas (mayoristas del blue) se quedaron comprados (o sea, con dólares en sus arcas, ya que compraron divisas).
Ahora, la gran incógnita es qué puede pasar de aquí en adelante con el precio del dólar para todos y todas. “Si querés saber a cuánto estará el blue a fin de año sumale la inflación y ahí tendrás el valor”, pronostica Aldo Pignanelli, ex presidente del Banco Central.
Andrés Méndez, director de AMF Economía, piensa que el blue no tiene techo y, con la estrategia actual, el Banco Central lo corre de atrás: “Estimo que durante este trimestre la brecha va a resultar elevada, pero a partir de abril debería producirse un descenso del diferencial. De todos modos, no me cierra esta forma de manejar el dólar oficial. Venía siendo muy previsible la forma en la que lo maneja el BCRA y esto contribuye a ampliar el déficit de divisas: quien tiene que liquidar trata de dilatar las ventas y quien tiene que comprar se anticipa”.
Por otra parte, advierte que el Central debería poner una pata en el blue legalizándolo y, de esa forma, manejarlo y aprovechar las divisas que se pierde: por ejemplo, por turismo de extranjeros resigna u$s 2.000 millones al año: “Por este camino, vamos por el mismo sendero que el transitado desde que se puso el cepo. La diferencia es que tiende a recuperarse el tipo de cambio oficial. Pero de ahí a que se le acerque al blue hay un trecho significativo”, estima Méndez.
Su colega de AMF,Gustavo Perilli, agrega que la tendencia en el precio del dólar informal es alcista: “Si proliferaran las operaciones de las familias en el blue, quizás esta cotización ya estaría siendo cara y la carrera debería concluir. Pero como no es así, la situación es preocupante. Puede seguir alcista porque los que operan blue parecen estar jugando a todo o nada, porque piensan que cada día es un día más de devaluación del peso”. A su entender, la dirección es un poco irracional, porque los agregados macroeconómicos no ameritan esta tendencia vertiginosa: “Es pura expectativa negativa que ni siquiera parece detenerla el avance de las negociaciones con el Club de París. Además, sustenta este rumbo no sólo el hecho de intentar desesperadamente cerrar la brecha, sino también la mala recepción que tienen las medidas en el mercado, como sucede con la reciente restricción de las compras por Internet”.
Nicolás Litvinoff, director de Estudinero, calcula que, en caso de repetirse la suba del blue a comienzos del año pasado (de $ 7,41 el 21 de enero a $ 10,40 el 8 de mayo, para luego descender violentamente hasta $ 7,81 el 18 de junio), el billete podría escalar hasta los $ 16,50 para mayo (40% de suba desde los niveles actuales), para recién comenzar su camino descendente al compás de la entrada de divisas por la soja y el eventual arreglo con el Club de París y demás.
¿Un dólar blue en $ 16,50 para mayo significaría el colapso de la economía? “No me parece en absoluto, sino que podría volver a dinamizar el sector de construcción, dado que los insumos en pesos (a pesar de la inflación), volvería a estar baratos para los desarrollistas e inversores inmobiliarios”, afirma Litvinoff.
A su juicio, la brecha entre el oficial y el paralelo va a seguir agrandándose, “pues todavía no se ve reflejado las últimas restricciones impuestas por el gobierno a la compra de autos y ahora a las compras online con tarjeta de crédito. Además, el blue se encuentra actualmente con una inercia alcista bastante importante, que podría durar hasta marzo o abril. De todas maneras, me parece que lo que le interesa al gobierno no es la brecha entre el oficial del paralelo, sino entre el paralelo y el dólar tarjeta, que se acerca al 30% y podría seguir creciendo”.
Para Nadin Argañaraz, presidente del IARAF, la devaluación del oficial, originada en un exceso de demanda de dólares, consolida las expectativas de devaluación: “El blue puede verse influenciado por esto en la medida que haya pesos excedentes para su demanda. Pero a su vez, estás perdiendo reservas, lo que te marca que la devaluación del oficial sería mayor todavía si lo permitieras. El objetivo de tener una brecha determinada puede distraerte del verdadero problema que es la inflación. Bajar la brecha a cualquier precio puede generarte un señal hoy, pero no es sostenible”.
Se refiere a la venta de bonos por parte de ANSeS para bajar el dólar MEP y de ese modo arbitrar. El atraso cambiario se está viendo reflejado en caída de reservas. Una manera sólida de parar el deslizamiento nominal de las variables es bajando la inflación: “El BCRA empezó a levantar las tasas de interés de Lebacs, lo cuál era algo lógico y seguramente tenga que subirlas todavía más. El precio será la ralentización de la economía. Pero las reservas, combustible básico de la economía, no pueden seguir cayendo a la velocidad que lo están haciendo”, sostiene Argañaraz.
Fernando Baer, director de Bconomics, asegura que la brecha irá y vendrá: “La tendencia es que el paralelo siga moviéndose hacia arriba. Al igual que el oficial, en la medida en que no reacomoden la política fiscal y monetaria”.