La condición es que hacia 2020 no vuelvan las acciones pendulares y que los argentinos comprendan el rol de la inversión productiva y la exportación como llaves para reactivar el empleo, el consumo y reducción de la pobreza y de la exclusión social
Muchos argentinos se han acostumbrado a la premisa que indica que el consumo es la clave de la contención social, a través del aumento de la producción y el empleo. Pero en las economías desarrolladas, y sobre todo en los últimos años en aquellas en desarrollo, quedó demostrado que lo más importante para la población en su conjunto es incentivar la inversión con foco principal en la exportación. Esto así porque contribuye no solo a generar empleos, sino también al aumento de la productividad y de los salarios, que luego contribuyen a la baja de la pobreza y la mejora del escenario social.
Eso es lo que se escucha a menudo en diferentes centros de opinión y de influencia de la capital de EEUU cuando se habla de la receta necesaria para romper con las décadas de estancamiento que afectan a la economía argentina.
Para lograr eso se requiere consolidar los objetivos de estabilidad macroeconómica, pero también de avanzar con reformas estructurales, porque se asegura serán los factores claves para disparar las inversiones productivas. Inicialmente estas llegarían en las áreas de las energías renovables, el litio, turismo, y naturalmente en las agroindustrias. Pero también se destaca que eso puede disparar avances en otras áreas de servicios, con actividades nuevas.
Eso requiere también reformas educativas para no perder esta nueva oportunidad que se le abre a la Argentina, sobre todo porque el mayor crecimiento de las economías emergentes tiene la ventaja de que son países populosos con alta propensión al consumo, más que al ahorro.
En una visita de 5 días a Estados Unidos por iniciativa de AmCham, la Cámara de Comercio del país norteamericano que en sus 100 años de existencia se consolidó como una entidad de peso, y de la que participó una vez más Infobae, surgió como común denominador que «la Argentina comenzó a ejecutar políticas largamente demoradas y que se consideran claves para que den pasa a la revitalización de las inversiones extranjeros directos, tras haber caído a casi un cuarto de su potencial».
Esos cambios, que aún no se han completado -como la reversión de los déficit gemelos, fiscal y de dólares (cuenta corriente de la balanza de pagos)- pero que se ven con mayor posibilidad de sustentabilidad con un segundo mandato de Mauricio Macri, ya permitieron identificar sólo en EEUU un potencial de inversión extranjera directa (IED) en firme por más de USD 4.500 millones. Estas se enfocarían principalmente en energías renovables explotación del litio, y turismo, pero también en servicios financieros, como medios de pago a través del celular, contactless, y la clásica agroindustria, con foco en la exportación, aumento de la productividad y la competitividad.
Qué miran en EEUU antes de decidir una inversión productiva
- La necesidad de adaptar, el sistema educativo a las necesidades de los trabajos futuros;
- Los progresos hechos en inversiones en infraestructura, pero aún falta mucho, para reducir los costos de traslado de los centros de producción a los de consumo y exportación;
- Respeto de los derechos de propiedad, protección de las patentes y libertad en los mercados, sea de bienes, financieros, como de servicios de tecnología y contenidos;
- Diversificación y mayor apertura de la economía al resto del mundo;
- Integración a la economía global;
- Recuperación del acceso al crédito internacional;
- La lucha contra la corrupción, con sanciones a quienes no cumplen códigos de ética, en la que se pueda diferenciar la responsabilidad de las personas de las empresas; y
- El incentivo al emprendedurismo, a quienes manifiestan clara posibilidad de hacer negocios.
Oportunidades
Aun así, en este gran centro gubernamental, donde están los principales organismos del planeta, se resalta el potencial que tiene la Argentina para desarrollarse, por el poder del conocimiento que se manifiesta en el crecimiento del área de los servicios de alta tecnología y financiera, que ha hecho que la industria de los servicios ya representa el 8,3% de las exportaciones y 6,5% del empleo, y que con su talento innovador y ventajas comparativas en la región pueden generar hacia 2030 unos 415.000 netos y elevar las exportaciones a USD 15.000 millones, a partir de la nueva Ley de Conocimiento.
También se observa el tradicional potencial de crecimiento del sector agroindustrial innovador, con alta tecnología aplicada, el cual ya en 2018 generó exportaciones por USD 30.000 millones y 330.000 empleos.
Otro rubro en pleno desarrollo es el de las energías renovables, donde ya se llevan invertidos en el país más de USD 20.000 millones, con más de 1.000 pozos perforados y más de 30 proyectos en desarrollo, que comprende sólo el 4% del potencial, que ya han permitido sustituir importaciones de gas y GNL líquidos. Y la perspectiva es que el consumo en los próximos 20 años alcance en el pais los 52 trillones de metros cúbicos y el excedente para la exportación a 324 trillones de m3, eso indica que el mercado externo es el futuro, para eso se requiere la construcción de una o dos plantas de GNL, gas natural licuado, en el Atlántico o Pacífico, porque el fluido no se puede almacenar, y par lo cual se necesita establecer un precio competitivo que tiende a USD 2,8 el millón de metros cúbicos, de lo contrario se quedará relegado frente los EEUU que será el principal competidor para abastecer la demanda potencial de China.
Se destaca que una decisión de semejante envergadura, que implica una inversión de unos USD 4.000 millones en los próximos 4 años, requerirá del acuerdo con todos los sectores, empresas, gobierno y sindicatos, transporte, sobre la base de una macro estable que permita ser más competitivo como industria y con visión estratégica del conjunto para los próximos 30 años.
Adicionalmente, se observa un alto potencial de desarrollo del sector turismo receptivo internacional, pero también de las áreas de las industrias del conocimiento, contenido y servicios financieros. en el crecimiento del área de los servicios de alta tecnología y financiera, que ha hecho que la industria de los servicios ya representa el 8,3% de las exportaciones y 6,5% del empleo, y que con su talento innovador y ventajas comparativas en la región pueden generar hacia 2030 unos 415.000 netos y elevar las exportaciones a USD 15.000 millones, a partir de la nueva Ley de Conocimiento.
También se observa el tradicional potencial de crecimiento del sector agroindustrial innovador, con alta tecnología aplicada, el cual ya en 2018 generó exportaciones por USD 30.000 millones y 330.000 empleos.
De todas formas, se cree que un eventual cambio de signo político gobernante a partir de 2020 no debiera cambiar la consideración de los EEUU con la Argentina porque siempre se ha guiado por la relación «país-país», que por un acercamiento entre líderes gobernantes, como la de Mauricio Macri con Donald Trump.