La entidad sorteó una semana en la que los activos cayeron casi USD 4.000 millones y el dólar trepó 22%. El miércoles marcó un récord de 63 pesos en el Banco Nación, pero que después retrocedió a 57 pesos
La abultada derrota electoral del oficialismo en las primarias alteró el panorama de relativa estabilidad que el Banco Central había planteado para evitar una escalada del dólar, habida cuenta del incremento de la demanda de divisas que es habitual en la Argentina cuando se juega la Presidencia en las urnas.
Por primera vez desde que la entidad estableció el esquema de control de agregados monetarios en octubre pasado, el precio del dólar quebró el techo de la zona de referencia. Si bien ésta es testimonial, pues el Fondo Monetario Internacional (FMI) autorizó al BCRA a partir del 29 de abril la venta de divisas al contado hasta USD 250 millones diarios para evitar «movimientos disruptivos» en la cotización, el haber quebrado dicho techo es una señal de que el tipo de cambio superó todas las proyecciones oficiales.
El salto del precio del dólar, un 21,5% en una semana después de las PASO fue moderado por el aumento de las tasas de política monetaria a 75% anual. El mayor rendimiento de las Letras de Liquidez (Leliq) había funcionado de octubre a esta parte para disciplinar al mercado de cambios, aunque su utilidad para desacelerar la inflación fue escasa.
La divisa de EEUU llegó a subir entre el lunes y el miércoles un 33%, a máximos históricos de $60,40 mayorista y a 63 pesos al público en el Banco Nación. Desde ese pico recortó un 8,9% entre jueves y viernes, a $55 mayorista, $57 al público en el Banco Nación, y $58,12 promedio en bancos de la City.
Ahora, con un dólar mucho más caro que antes de las PASO y una expectativa anual de inflación por encima del 50%, el actual umbral de la tasa de Política Monetaria -el más alto desde julio de 2002- enfrenta serias limitaciones para anclar las expectativas de devaluación y devolver el atractivo por la inversión financiera en pesos.
Por eso, desde Ecolatina ponderaron que en la última semana «el único dato positivo fue que el Banco Central más que renovó todos sus vencimientos de Leliq sin subir la tasa de interés, por lo que la amenaza de una dolarización masiva de los plazos fijos no se ha concretado aún».
De todos modos, faltan semanas difíciles hasta fin de año, en las que habrá que seguir de cerca el indicador de depósitos en pesos, y también en dólares, que habían alcanzado a principios de agosto un récord histórico de 32.500 millones de dólares.
Eduardo Luis Fracchia, director del IAE Business School de la Universidad Austral, consideró que «el Gobierno no tuvo fuerza política ni convicción propia para encarar las reformas, lo que queda es aguantar la tendencia de los ciudadanos a atesorar dólares que actúan como refugio ante la crisis. Puede vender reservas, usar la venta de futuros, subir la Leliq».
Qué pasa con la salida de reservas
El candidato a presidente por Frente de Todos, Alberto Fernández, indicó esta semana que «el dólar está en un valor razonable» en torno a 60 pesos, a la vez que advirtió que «no tendríamos que dejar que se escape más y que las reservas se preserven». Y advirtió que «el último informe del FMI de hace 20 días estimaba que las reservas reales netas en diciembre llegarán a 11 mil millones de dólares. Me alarmó mucho eso, y en este proceso el deterioro puede ser mayor».
El Banco Central vendió esta semana USD 503 millones en el mercado de contado, más otros USD 236 millones a cuenta del Tesoro, fondos con los que atenuó la menor oferta de divisas en el marco de incertidumbre cambiaria y un volumen promedio de negocios bajo, apenas sobre USD 500 millones diarios.
Las reservas internacionales cedieron USD 3.900 millones en la semana (-5,9%), para quedar en el monto más bajo del año: USD 62.406 millones.
Un reporte de Portfolio Personal Inversiones señaló que el resultado adverso para el oficialismo en las elecciones «se materializó de forma inmediata en el precio del dólar, los bonos y las acciones, seguramente también comenzará a reflejarse en una salida de depósitos en pesos y dólares, y una mayor dolarización».
Agregó que «la salida de depósitos va a impactar sobre el tipo de cambio que a su vez se va a ver desafiado también por el uso que tendrán que hacer el Banco Central y el Tesoro de los dólares que tienen».
Devaluados, pero más competitivos
Un estudio de Juan Manuel Garzón, economista del IERAL de la Fundación Mediterránea, calculó que con un tipo de cambio estabilizado en $60 para el mes de septiembre, junto con un traslado a precios de 10% por la devaluación en el bimestre agosto-septiembre, garantizan un tipo de cambio real con el valor más alto de los últimos 12 años.
El Banco Central elabora un Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral, en base al precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto al de los de los principales socios comerciales, a partir de un promedio ponderado de los tipos de cambio reales bilaterales, los precios de las canastas de consumo, para medir la competitividad de la economía.
Según el BCRA, el tipo de cambio alcanzó esta semana el nivel más competitivo desde enero de 2010. Con una base de 100 puntos al 17 de diciembre de 2015 -cuando se eliminó el «cepo» cambiario- hoy ronda los 140 puntos: es decir que es 40% más alto que en el inicio del gobierno de Macri.
Garzón apunta que si el análisis se realiza en términos de períodos de gobierno, el tipo de cambio real simulado se estaría ubicando un 26% arriba del promedio del primer mandato de Cristina Fernández de Kirchner (2008/2011), que equivale a $47,60 de hoy, y un 69% arriba del segundo mandato de Cristina (2012/2015), unos $35,50 en el presente. En comparación con el tipo de cambio real durante la presidencia de Néstor Kirchner(2004/2007), todavía es un 9% inferior, cuando el valor proyectado del dólar a precios actuales se ubicaba en 65,90 pesos.