Hacienda mostró una vez más el rol de «otros ingresos» para nivelar las cuentas de julios y las proyecciones hasta fin de año
Unas de las preocupaciones de «los mercados» tras el resultado de las PASO y el severo giro negativo que tuvieron los precios de las acciones y, en particular, de la renta que ofrecen los bonos emitidos por el Gobierno nacional, es la capacidad de pago de los vencimientos a partir de 2020, si se cae el Acuerdo con el FMI.
Más aún después del paquete de medidas de emergencia, para resignar recursos tributarios y aumentar los gastos en asistencia a los sectores de menores recursos para compensar aquellos efectos, que se expresaron con contundencia en el salto del tipo de cambio, la caída de reservas en divisas en el Banco Central, y el punto de quiebre de la desaceleración de la inflación.
De ahí que la primera acción del flamante ministro de Hacienda fue explicitar las cuentas fiscales con los datos cerrados a julio y las proyecciones trimestrales hasta fin de año, con un ajustado sobrecumplimiento de las metas con FMI, las cuales serán analizadas «pronto» por los técnicos del organismo de crédito multilateral.
Y como ya ocurriera en los meses previos, un factor clave para generar excedentes de recursos fiscales en una economía recesiva pero con alta inflación fue el singular aumento de «otros ingresos», a tasas de tres dígitos al año, más que duplicando a la inflación en 12 meses.
Si bien en esta oportunidad se evitó presentar un análisis con las explicaciones de las variaciones de los principales rubros de la hoja de balance de Hacienda, Infobae pudo observar, que un aporte significativo hasta el primer tercio de agosto fueron las ganancias del Banco Central transferidas al Tesoro, pero que se espera continúe hasta fin de año, con la batería de medidas activadas desde la última semana para estabilizar el mercado de cambios en un sendero acorde con la tasa de inflación esperada. También se suman las utilidades de la Anses y ventas de activos del Estado.
Números contundentes
Si en julio los ingresos extraordinarios hubiesen mantenido la dinámica de los recursos tributarios y crecido 53,2% en lugar de 125,3% hubiesen aportado $19.500 millones menos, y determinado la persistencia de un déficit primario algo superior al de un año antes.
Mientras que en las proyecciones a septiembre y diciembre el aporte extra de «otros ingresos» respecto de lo esperable en línea con el comportamiento del resto de los recursos se estima el necesario para cumplir con lo justo con la meta comprometida con el Fondo Monetario Internacional de déficit fiscal antes del pago de intereses de la deuda de 0,5% del PBI.
La base de las ganancias del Central están en las rentas que la entidad ha venido obteniendo, y espera volver a repetir con las ventas de dólares a futuro a una valor determinado, en base a la proyección de las altas tasas de interés y de inflación, y un cierre de contrato a fin de período a un precio inferior, si logra estabilizar los mercados y recrear la confianza de los fondos de inversión del exterior.
Sin duda, se trata de un supuesto fuerte en perspectiva, dada la incertidumbre que ha generado el escenario preelectoral de octubre tras el contundente resultado de las PASO.