La devaluación de enero cambió la oferta de promociones. Adquirir electrodomésticos a un año con tarjeta ahora tiene un interés superior a la inflación prevista. Sólo hasta 6 meses no se cobra de más.
En los últimos años, los consumidores se habituaron a pagar sus compras durante uno o dos años en cadenas de electrodomésticos, tiendas de artículos para el hogar y agencias de viajes, sin que eso tuviera costo adicional. Si se “tarjeteaba” por $ 5.000, sólo eso se devolvía en 12, 18 o 24 cuotas, con la ventaja de que la inflación iba “licuando” el impacto de las últimas. Pero este mes, tras la gran devaluación de enero, la fiesta terminó. En cuestión de días, la mayoría de los planes de cuotas sin interés se redujeron a la mitad o menos, hasta quedar en general con un máximo de 3 o 6 meses. Y de repente, pagar a plazos mayores pasó de ser algo casi gratuito a tener recargos que hasta superan el 80%.
Un relevamiento de Clarín mostró que, por vender en 12 cuotas, los principales minoristas ya aplican recargos que van del 30 al 40% promedio (en algunos casos superan el 50%), por encima del nivel de inflación. Así, por cada $ 1.000, ahora pagar a un año implica devolver eso más $ 300 o $ 400 extra que antes no se cobraban. Por 18 pagos, los negocios calculan las cuotas sobre precios 45 a 60% más altos. Y con dos años de plazo, el adicional oscila entre el 65 y 85%.
Para los electrodomésticos, los cambios fueron notorios. Desde mediados del año pasado, las principales cadenas y los hipermercados venían ofreciendo 18 y 24 cuotas sin interés en ciertos productos, y 12 para todos. Pero este mes, tras el acuerdo con el Gobierno para retrotraer subas de precios con un techo del 7,5%, las cuotas sin recargo bajaron a 6.
Así, por ejemplo, un smartphone Samsung que sale $ 6.126 en efectivo puede pagarse hasta en 6 cuotas de $ 1.021 manteniendo el precio final. Pero si se compra a un año, los pagos no serán de $ 510 sino de $ 694, elevando el costo total un 36%. Y al abonar en 24 meses, el cálculo se hará sobre un precio final de $ 11.184, 83% más alto. Por un lavarropas Whirpool de $ 4.616 hay que poner $ 1.672 más a 12 meses, $ 2.544 más a 18 meses y $ 3.471 más a 24.
“El costo de financiar se hizo muy grande. Por eso, la mayoría de la gente dejó de pagar en 12 cuotas: trata de ajustarse un poco y pagar todo en 6 meses”, contó a Clarín un vendedor de una tienda líder.
En las grandes cadenas de artículos para el hogar hubo planes de 15 cuotas sin interés que bajaron a 6, unos de 6 que quedaron en 3 y otros que dejaron de ofrecerse, con efectos similares. Por ejemplo, que el costo final de un taladro Bosch en 15 pagos haya saltado de $ 854 a $ 1.162, y que el de una grifería FV se haya ido de $ 1.446 a $ 1.968.
Por otra parte, las grandes agencias de turismo redujeron los planes sin interés, en general, de 18, 15 o 12 cuotas a sólo 9, 6 o menos, salvo en ciertas empresas y con algunos bancos. Así, mientras el año pasado se podía pagar en 12 cuotas con la mayoría de las tarjetas, hoy eso suma recargos del 25 al 40%, y ya no se ve los planes de 18 o 24, comunes en otra época.
El fenómeno pega también en el rubro automotor y en comercios chicos de muebles, ropa y calzado, entre otros. “Si en enero uno podía comprar un colchón en 24 o 12 cuotas sin recargo, ahora tiene sólo 6 o nada. Sin esa posibilidad, cada pago se hace más caro y la gente no compra: entonces, el consumo se está retrayendo con fuerza”, afirmó Vicente Lourenzo, secretario de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
“Los costos de operar con tarjeta son altos y hoy los comerciantes necesitamos el cash. Por eso, este año intentaremos seducir a los clientes más con ofertas en efectivo que con beneficios bancarios”, agregó Fabián Castillo, titular de la Cámara de Comercio de Calzado.
Con estos cambios, los expertos advierten que cae uno de los grandes sostenes del consumo de los últimos años: la posibilidad de “ganarle” a la inflación pagando a uno o dos años. Ahora, el sólo acceso al crédito tiene un recargo tan alto o más que la inflación proyectada.
Según Daniel Vardé, socio líder de Consumo Masivo de Deloitte, la reducción de las promociones se debe al aumento de las tasas de interés y a que la devaluación tendió a encarecer el precio de los productos. Aún así, cree que las cadenas de electro, para vender, tendrán que “reimplantar” algunas promos de cara al Mundial.
“Las cuotas sin interés tuvieron su auge en 2010. Los planes llegaban a 50 pagos, la gente veía los bienes durables baratos y compraba mucho. Pero este año las tasas subieron, el costo financiero se disparó y, al crecer también los precios, prevemos que el consumo al menos se estanque”, advirtió Soledad Pérez Duhalde, analista de la consultora Abeceb.com.
Tras todos estos cambios, según la Universidad Di Tella, la predisposición de la población a comprar inmuebles y bienes durables se derrumbó en febrero un 59%. Fue la mayor caída mensual registrada en los últimos 16 años.
Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/comprar-cuotas-cobran-recargos_0_1093090714.html