Fernández parece estar bajo presiones internas y con posturas que no quería asumir. Y los inversores ven que el nuevo escenario no favorece al futuro presidente
El riesgo país aumentó 4% y ya está en los máximos de los últimos cuatro años. El Embi+, el indicador de JP Morgan, marcó un aumento de 3,81% (+97 puntos) a 2.511 puntos básicos.
El derrumbe de los bonos de la deuda argentina, que les quitó todo lo que recuperaron tras la fuerte caída por la derrota del Gobierno en las PASO, y la suba de los bonos de Estados Unidos, que son la referencias para calcular el indicador, provocaron esta suba que acerca a la Argentina al incumplimiento.
Basta ver la caída de los bonos más transados del país para ver la desconfianza de los inversores en el futuro. El Bonar 2020 que vence en octubre próximo bajó 5%, mientras el Bonar 2024 retrocedió 4,53%. Los bonos más largos en dólares que están bajo las leyes de Nueva York y son los que más inciden en el cálculo del riesgo país, tuvieron derrumbes de hasta 7,11% como fue el caso del Discount y de 4% cuando se trató del Par en dólares.
“Esto cambió mucho en la última semanas», señaló un operador. «La caída de depósitos en dólares iba disminuyendo rápidamente, se parecía más a un goteo, y usted no conseguía quien le vendiera un Discount o un Par en dólares, que son los bonos más largos, porque descontaban un arreglo con el FMI y los acreedores privados”, agregó.
Pero la imagen actual de Alberto Fernández, después de la caída de Evo Morales en Bolivia y la posibilidad de que Uruguay salga del eje de la centroizquierda por un posible triunfo de Luis Lacalle Pou, cambió el humor.
La Argentina puede quedar aislada en el Mercosur al tener como principal contendiente a Jair Bolsonaro y a los otros países miembros y adherentes que tienen ideas cercanas a las de Brasil. Además, Brasil está logrando más peso en la región porque su economía comenzó a crecer a partir de la reforma previsional. La influencia en la región puede ser absoluta si consigue la reforma estatal.
Por de pronto el año que viene tiene un piso de crecimiento de 2% que podría favorecer a la Argentina si se calman las aguas. Con el triunfo de Mauricio Macri, Donald Trump imaginó a la región sin populismos. No imaginó que esa idea se iba a cumplir, después de que Macri fuera derrotado en las elecciones y diera lugar al peronismo y kirchnerismo unidos.
Por otra parte, el acercamiento que el presidente electo ha mostrado con Evo Morales, la falta de condena al régimen venezolano y la integración al Grupo de Puebla, no sentaron buenos antecedentes para renegociar la deuda externa. Mucho menos con el FMI donde Estados Unidos tiene casi la quinta parte de los votos.
Los inversores no encuentran explicación al giro del Fernández. El presidente electo no es el hombre moderado de los primeros tiempos y no vacila en tomar posiciones poco diplomáticas. Algunos dicen que ahora que hay que definir los cargos y el plan económico, no aparece la tan mentada unión de peronistas y kirchneristas. No todas las personas que están a su alrededor cuentan con la aprobación de la gente del Grupo Patria. Cierta o no la reflexión, los inversores salieron a cubrirse en dólares y a dejar en el camino a los bonos argentinos porque ven peligrar o prolongarse la renegociación de los vencimientos.
Por eso la diferencia de precios entre los distintos dólares. En el mercado oficial el dólar mayorista perdió 26 centavos y cerró en $59,70. Se negociaron USD 416 millones, un volumen elevado, porque los exportadores liquidaron lo que tenían pendiente del lunes -día feriado en Estados Unidos que incidió en el mercado cambiario- y lo del martes. El Banco Central fue el único comprador y se alzó con USD 240 millones que se reflejaron en el aumento de las reservas.
En bancos y casas de cambio, el dólar perdió 9 centavos y cerró a 62,98 pesos.
En cambio, en el mercado libre, el dólar subió $1,50 a 66 pesos. A la mañana había tocado $63,50 pero luego inició un rebote que o elevó al precio máximo del día por la aparición de fuertes compradores. Casi todos eran vendedores de bonos que cambiaron su cartera agregándole más billetes norteamericanos.
El contado con liquidación, también conocido como dólar fuga, subió 26 centavos a $76,93, mientras el dólar Bolsa O MEP, creció 50 centavos a 72,67 pesos.
Las reservas aumentaron USD 144 millones a 43.414 millones por las compras a los exportadores y por el aumento del oro y del euro. No subieron más por los pagos al exterior y porque siguen saliendo divisas de los bancos. Una parte de los depósitos está en forma de encaje en las reservas del Banco Central.
Por otra parte, el miércoles la plaza va a estar más líquida porque en la licitación de Letras de Liquide (Leliq), se licitaron $183.328 millones a 66% anual. Esta cifra no fue suficiente para renovar los vencimientos y para hoy quedaron disponibles $21 mil millones. Una parte de ese monto irá tras los dólares.
La bolsa tuvo otra rueda negativa. Desbordada por los malos balances, se operaron apenas $504 millones, la tercera parte de una rueda normal. El S&P Merval perdió 0,69% y anotó su cuarta baja consecutiva. La caída más importante estuvo en los bancos. Banco Macro (-4,96%), BBVA –(4,93%), Supervielle (-4,31%) y Galicia (-3,82%), fueron los más afectados. Lo más destacado fue la suba de Central Puerto de 7,34%.
En Wall Street, los ADR’s argentinos –certificados de tenencia de acciones que cotizan en dólares y también se utilizan para hacer operaciones de contado con liquidación– padecieron fuertes bajas. Al igual que en Buenos Aires, los papeles de los bancos fueron los que más sufrieron la salida de inversores. Galicia encabezó el ranking con una caída de 5,11%, seguido de Galicia con 4,97% y Supervielle con 4,46 por ciento.
Si sirve de consuelo, todas las bolsas de la región cerraron desfavorablemente.
Fernández parece estar bajo demasiadas presiones internas y el sorpresivo cambio de en los gobiernos latinoamericanos lo obligó a tomar posiciones que no quería asumir.
Los inversores, más allá de lo político, observan que el nuevo escenario no favorece al futuro Presidente. Por caso Chile, en la última semana devaluó más de 10%, es decir cinco veces su inflación anual. A la Argentina el cepo lo salva de esa debacle cambiaria, pero es una solución temporal.