El esfuerzo de esterilización está surtiendo efecto. El circulante avanza sólo 15% interanual. Pero advierten sobre el nivel de financiamiento al Tesoro
El avance de la base monetaria es el más lento de los últimos cuatro años como resultado de la política de esterilización del Banco Central (BCRA). Hasta mediados de febrero la entidad conducida por Juan Carlos Fábrega redujo el circulante en $ 38.461 millones, casi lo mismo que se expandió durante el mes de diciembre. La contracción, producto de fuertes colocaciones de letras y pases de la autoridad monetaria, se da a pesar de que la emisión para financiar al sector público se mantiene alta para esta parte del año.
El comienzo de 2014 no tiene comparación dentro de la década kirchnerista. El ajuste que lleva adelante el BCRA y la pulseada por cuidar el nivel de reservas mantienen al frente monetario convulsionado.
“La base monetaria se desacelera a su menor registro desde mayo del 2010 (…) Al 21 de febrero la base monetaria se expandía en términos interanuales al 15,7%”, resaltó un informe de Elypsis, la consultora que dirige Eduardo Levy Yeyati.
El factor que explica la mayor parte de la contracción monetaria es la colocación de Lebac y Nobac, las letras y notas con las que el BCRA regula la base monetaria. Para evitar que la devaluación del 18% que experimentó el peso en enero se trasladara a precios, Fábrega elevó en 13 puntos porcentuales el rendimiento de las Lebac y las llevó a un nivel cercano al 28%. Como resultado, hasta el 21 de febrero (último dato oficial disponible) la autoridad monetaria retiró de la plaza $ 32.155 millones a través de esos títulos (con la licitación de la semana pasada, la cifra se acercará a los $ 40.000 millones).
El segundo factor más contractivo es la colocación de pases pasivos. Con un efecto monetario similar al de las letras, pero a más corto plazo, los pases explicaban hasta mediados de febrero una reducción de $ 15.116 millones en lo que va del año.
La compra de divisas, por otra parte, fue fuertemente contractiva en enero pero se volvió expansiva en febrero luego de la norma del BCRA que obligó a los bancos a reducir su exposición a moneda extranjera al 30% de su patrimonio y sus tenencias de contratos a futuro al 10% de su patrimonio. En enero, con ventas del BCRA por u$s 1.753 millones para conducir la devaluación, la intervención de la entidad en el mercado de cambios redujo la base monetaria en más de $ 12.000 millones. Tras la norma impuesta a bancos el BCRA debió emitir más de $ 12.000 millones para pagar por los u$s 1.500 millones que compró.
El rubro “otros”, por su parte, aportó a una expansión monetaria de más de $ 5.000 millones en lo que va del año. En “otros” se incluye el efecto monetario del pago de contratos futuros (el BCRA estaba muy vendido en futuros cuando devaluó en enero) y el pago del vencimiento de un bono en pesos. Todos fenómenos que no se repetirán.
El punto más preocupante viene por el lado del financiamiento al sector público, que sumó más de $ 4.000 millones (se transfirieron al Tesoro $ 8.500 millones en enero y se cancelaron más de $ 4.000 millones en febrero).
Semejantes transferencias en una época del año en el que suelen ser menores abren un interrogante respecto a si la prudencia monetaria será sostenible en el tiempo. “La estacionalidad de la base monetaria exhibe que, hasta fines de abril, debería mantenerse relativamente estable. A partir de mayo, no obstante, comienza el momento de mayor exigencia para el BCRA”, advirtió un informe de Delphos Investment.