El Tesoro nacional tiene todo listo para salir a colocar un bono por entre $ 4.000 y $ 5.000 millones. El objetivo de esta emisión es básicamente ayudar al Banco Central en la tarea de absorción de pesos, en el ingreso de la "temporada alta" de liquidación de divisas del sector agropecuario. Como la mayor cantidad de esos dólares serán comprados por el BCRA, es necesario quitar parte de ese dinero del mercado para evitar dos efectos ya conocidos: más presión sobre los precios y especialmente sobre la cotización del dólar.
El título nominado en pesos se ajustará por Badlar más una sobretasa que rondaría los 200 puntos básicos. El plazo de emisión ya quedó estipulado en tres años. De esta forma, el Gobierno sale a ofrecerles a los bancos un nuevo instrumento que reemplazaría parte de los títulos en dólares, luego de la venta forzada por el Banco Central. En febrero, la entidad que preside Juan Carlos Fábrega reflotó una norma de 2003, que restringe la tenencia de divisas al 30% del patrimonio de cada banco. La normativa obligó a llevar adelante ventas de activos por más de u$s 2.500 millones, incluyendo bonos dolarizados, títulos atados al tipo de cambio oficial (dollar linked), como también contratos a futuro.
Pero al mismo tiempo esa masa de recursos quedó sin destino. Como paralelamente la colocación de créditos se frenó por el fuerte aumento de las tasas de interés activas, los bancos quedaron con mucha liquidez sin aplicación. Ante esta situación, el bono en pesos atado al nivel de la tasa de plazo fijo mayorista resulta un instrumento razonable.
En enero, el Tesoro ya había emitido bonos en pesos, Bocan, pero con el objetivo de renovar el vencimiento de un bono en poder de los bancos que debía pagarse, lo cual hubiera significado una fuerte emisión de dinero. Finalmente el nuevo título sirvió para canjear el viejo bono.
Ahora se busca no dejar totalmente sólo al Central en la absorción de pesos, lo cual viene llevando adelante a través de la emisión de Lebac y Nobac, por lo que se incorpora otro "player" que colabore en esa tarea. Sólo en lo que va de 2014, la autoridad monetaria acumula una absorción superior a los $ 47.000 millones. Esto representa un fuerte aumento del costo que deberá enfrentar la entidad en el futuro cercano, ya que además la tasa de interés aumentó sustancialmente (se ubica en alrededor del 28% anual para los plazos más cortos). Ya hubo distintas advertencias sobre el peligro de la aparición de un déficit cuasifiscal, ante el fuerte aumento de la deuda emitida por el BCRA y la suba del costo.
Repasando la historia reciente, se observa una paradoja: aún en el período más fuerte de liquidación de divisas, crece la presión sobre el tipo de cambio cuando debería suceder lo contrario. El mejor ejemplo es lo sucedido en mayo del año pasado, cuando el "blue" saltó prácticamente de $ 8 a $ 10 en el arranque de mayo. Como los pesos que utilizó el Central para comprar dólares no fueron absorbidos, una parte de ese dinero terminó presionando sobre el tipo de cambio. Ahora se quiere evitar que suceda algo similar a lo ocurrido en el segundo trimestre de 2013.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=734142