El titular del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, trazó un objetivo para lo que queda del año: fortalecer el nivel de reservas para que finalicen 2014 en u$s 30.000 millones, contra los u$s 26.939 millones que marcó el cierre de marzo. Así se lo comunicó el funcionario a sus más estrechos colaboradores, en lo que marcaría un cambio en la tendencia descendente que se viene observando en los últimos años, incluso antes de la instauración del cepo cambiario.
Este eventual fortalecimiento gradual de las reservas permitiría una reducción adicional del riesgo-país, ya que mostrará una mayor capacidad de pago del Gobierno. Las últimas bajas de calificación que sufrió la deuda argentina están relacionadas justamente con la acelerada caída del stock de dólares en poder del Central.
El último trimestre que el nivel de reservas mostró un incremento (muy leve por cierto) fue el segundo de 2012. Esta recuperación se repetiría en el trimestre que comienza hoy, ante la gran liquidación de agrodólares. Los números que manejan en el Gobierno son por demás alentadores, ya que la cosecha de soja se ubicaría en torno a los 55 millones de toneladas, a un precio promedio de 500 dólares. La diferencia respecto del año pasado es que esta vez los productores tendrán menos incentivos para retener la cosecha, debido a que el tipo de cambio es más competitivo que en aquel entonces, pero también porque financiarse en pesos se encareció significativamente.
El objetivo de no perder reservas ya había sido planteado por el BCRA en su informe anual al Congreso en el que adelanta los objetivos de política monetaria y cambiaria. Pero el primer trimestre resultó por demás complicado, ya que la caída se acercó a los u$s 3.500 millones. Buena parte de esta merma se concentró, es cierto, en enero, que terminó con un rojo de u$s 2.500 millones. Pero la devaluación, la suba de la tasa de interés y también la decisión de obligar a los bancos a deshacer posiciones en dólares permitieron suavizar la tendencia descendente tanto en febrero como en marzo.
Ahora, los pilares en los que se basa la estrategia del BCRA son los siguientes:
• Gran ingreso de agrodólares: Se trata de un año excepcional por el elevado monto de la cosecha y por los valores sostenidos, cuando los cálculos preliminares estimaban un precio de u$s 480 la tonelada de soja. Son más de u$s 27.000 millones que comenzarán a liquidarse a partir de la segunda semana de abril, pero que se harán sentir sobre todo después de Semana Santa. Esto permitirá al Central terminar la jornada con fuerte saldo comprador en el mercado cambiario.
• Se ahorra mucho por el no pago del Cupón PBI: La reestimación efectuada por el INDEC le permitirá al Central no tener que utilizar casi u$s 3.000 millones para cumplir con ese compromiso, lo que hubiera tenido un importante impacto en el stock de reservas en diciembre. Esos fondos, en cambio, podrían utilizarse, por ejemplo, para efectuar un pago inicial al Club de París.
• Más ingreso de dólares por colocación de deuda: YPF buscará u$s 1.000 millones en los próximos días. No está claro si ingresará los fondos o directamente los utilizará para pagar otros compromisos en el exterior, pero el resultado es el mismo. Desde el Gobierno descartan efectuar colocaciones propias, pero alientan a que otras empresas sí lo hagan, siguiendo los pasos de la petrolera. Como está bajando el riesgo-país, el costo de financiamiento de mediano plazo ya no es tan alto.
• Créditos e inversiones directas: Más allá de lo que provenga del sector privado, se están cerrando transacciones que también implicarán un ingreso adicional de divisas. Por ejemplo, el financiamiento chino para las represas en Santa Cruz, y nuevos acuerdos para explorar Vaca Muerta. Se habla, en ese sentido, de una segunda tanda de aporte de Chevron, más allá de los u$s 1.200 millones ya desembolsados el año pasado. Los préstamos de organismos multilaterales por el momento alcanzarían sólo para cubrir los vencimientos.
• Menor salida de dólares por otros conceptos: Los principales rubros que habían explicado la salida de dólares en 2013 han caído sustancialmente en su participación. El caso más notorio es el del turismo. Según reconocen en el propio BCRA, la merma de u$s 58 millones diarios cayó a menos de u$s 25 millones. La suba de la percepción al 35% y el aumento del dólar oficial permitirían que el rojo de casi u$s 9.000 millones baje a menos de la mitad este año. También se está reduciendo el rojo del sector automotor, aunque en este caso el peligro es un parate de las plantas y la amenaza de despidos. Por último, el sector energético mantendría un déficit cambiario constante, del orden de los u$s 6.500 millones.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=734946