Ladislas Paszkiewicz, senior Vice President de Total para las Américas, reconoció que el proyecto interesa a la firma, aunque marcó trabas en la operatoria
Desde el último piso de una de las torres más altas de París las miradas están puestas en Vaca Muerta, una de las reservas de petróleo y gas más importantes que la Argentina anunció en las últimas décadas, y a través del cual el gobierno argentino busca atraer nuevas inversiones extranjeras.
Este edificio ubicado en La Défense, el distrito de negocios situado en las afueras de París, alberga a la sede de Total, el cuarto grupo privado petrolero y gasista a nivel mundial y la primera empresa del sector en Francia.
Si bien hasta ahora casi todas las fichas en Vaca Muerta están puestas en el polémico contrato firmado entre YPF y el holding norteamericano Chevron, las autoridades argentinas también intentan cerrar acuerdos similares con multinacionales europeas que puedan ayudar a la petrolera estatal a explotar el potencial de esta zona situada en un área que se extiende entre Neuquén, Río Negro y Mendoza. Es allí en donde se centra el interés de Total. En analizar la viabilidad de invertir en una zona cuyas reservas probadas podían estimarse en torno de los 927 millones de barriles equivalentes de petróleo, de los cuales 741 millones corresponden a ese comoditie y el resto a gas.
Y es Ladislas Paszkiewicz, senior Vice President de Total para las Américas, quien admite que su compañía se siente atraída por Vaca Muerta. Lo hace ante un grupo de periodistas argentinos que visita París, invitados por el gobierno de François Hollande.
El directivo brindó definiciones sobre la mirada de Total no sólo sobre Vaca Muerta sino también sobre el mercado energético y petrolero argentino. Sus palabras llegan a casi sólo 20 días de un encuentro que tuvo el CEO de Total, Chirstophe de Margerie, con la presidenta Cristina Fernández, durante la gira que la jefa de Estado argentina realizó por este país en marzo pasado.
En ese momento, se conversó sobre las posibilidades de que Total participe en la explotación del yacimiento que, entre otros logros, podría permitirle a la Argentina ser energéticamente autosustentable de nuevo a partir de la explotación de shale oil y shale gas.
Paszkiewicz admitió el interés de Total por participar, pero también hizo referencia a ciertos aspectos o condiciones que deberían modificarse para viabilizar esa decisión.
En la situación actual, para justificar las inversiones en Vaca Muerta, los costos deben bajar, sostuvo. También pidió que el país reconozca lo que hasta ahora ha hecho Total en la Argentina, como los u$s 1.000 millones que destinará para la explotación off shore de Vega Pléya, en Tierra del Fuego. El dinero se usará para la perforación de tres pozos de una nueva plataforma de producción que debería entrar en operaciones a finales de 2015, muy cerca de las próximas elecciones presidenciales en la Argentina.
Pero además, Total ?que está en la Argentina desde 1978? entre 2000 y 2012 incrementó su producción de gas en un 50%, mientras la del país bajó 20% en el mismo período. ?Necesitamos señales que el país esté reconociendo el esfuerzo que está haciendo Total en Argentina, dijo.
Además, pidió facilitar la inyección de capitales necesarios en el yacimiento neuquino. Es decir, a la forma de obtener divisas en la Argentina, en plena restricción de dólares, para poder financiar las inversiones. Necesitamos tener acceso al mercado de divisas para invertir en los proyectos mayores de Tierra de Fuego, y así permitir la producción de nuevos recursos de gas para satisfacer la demanda domestica argentina?, señaló, a la vez que agregó que ?el país tiene que comprometerse a tener términos contractuales estables que correspondan a las inversiones a largo plazo que estamos haciendo en Argentina?.
De sus palabras, se puede inferir que Total quiere participar en Vaca Muerta, con una visión a largo plazo optimista. Además, que pese al contexto no teme seguir invirtiendo en la Argentina y que busca ser un socio confiable para el gobierno argentino.
Sin embargo, también queda claro que para llevar a cabo ese proceso, la Argentina debe devolverle a los inversores internacionales un escenario de previsibilidad y estabilidad; una mayor confianza en el cumplimiento de los acuerdos y los contratos; reglas de juego claras y estables; permitir la obtención de las divisas necesarias para viabilizar las inversiones y no demorar los proyectos; y convertirse en un socio a la hora de reducir los altos costos que estos proyectos tienen y por los cuales, en muchas ocasiones terminan siendo solamente anuncios.
En el mercado energético francés se asegura que Total mira Vaca Muerta de manera cautelosa, precisamente por este escenario que no permite confiar del todo a los inversores internacionales.
Un ejemplo es la actual política energética. Otro, el precio diferenciado y menor al internacional que le paga a los productores por el gas que compra.