Son los empleados que trabajan en los sectores ligados a la industria. Casi todas las marcas suspendieron personal y se temen despidos.
La industria automotriz está en estado de shock, y la onda expansiva de esta crisis ya derrama en toda la economía y repercute con particular dureza en el empleo. La producción de autos representa el 1,5% del PBI, según datos de Ecolatina, pero Juan Pablo Paladino, jefe de Investigación de esa consultora, interpreta que su relevancia es mucho mayor, si se tiene en cuenta que es “un indicador líder, una vidriera que muestra lo que ocurre con toda la producción industrial”. Dante Sica, director de la consultora abeceb, lo traduce en números: “El sector automotor representa el 6,5% del PBI industrial y el 7,5% del empleo en forma directa”. Por tal motivo, agrega, “la crisis automotriz pone en riesgo más de 165.000 empleos”.
Tales consideraciones se justifican: el nivel de actividad del sector automotor depende de la demanda interna y de Brasil, y eso impacta en un universo de alrededor de 400 empresas autopartistas y también tracciona otros segmentos, como el caucho, vidrio y metalmecánica, metalurgia y química, entre otros. Se estima que por cada puesto de trabajo generado en una terminal automotriz, se crean otros 3,7 empleos en empresas vinculadas a la cadena de producción, distribución y comercialización.
Tras un 2013 con récords de ventas (955.000 unidades nuevas) y producción (791.000), todas las variables vinculadas a la industria en el primer cuatrimestre del año cayeron dramáticamente: ventas de 0 km (-18%), producción (-17,9%) y exportaciones (-18,6%). Estos son algunos de los indicadores en los que se observa el claro deterioro del sector. Sin embargo, la tendencia se profundiza aceleradamente, según informaron las cámaras sectoriales la semana pasada. ACARA indicó que en abril se vendieron 52.901 coches 0 km, esto es un 35% menos que el mismo mes del año anterior. Por su parte la producción local cayó un 21,6% y las exportaciones, un 20,5%, según datos de ADEFA. Casi en paralelo, las ventas de motos cayeron en abril mucho más: 45%.
Hay múltiples causas para explicar cada variable. Sin embargo, todo confluye en un universo muy focalizado de problemas, que podrían resumirse así: el sector tiene unos 100.000 empleados. De ese total, 35.000 trabajan en las plantas de las 11 terminales instaladas en el país, y los restantes 65.000 son operarios de empresas autopartistas. Esto sin computar los 50.000 empleados de los concesionarios, que padecen por partida doble, ya que muchos de ellos complementan salarios básicos con comisiones por ventas realizadas.
Varias terminales suspendieron personal. Salvo Ford y Toyota, todas las marcas anunciaron suspensiones de personal, o analizan hacerlo en los próximos días. Renault, Iveco, Volkswagen, Peugeot y Fiat son algunas que aplicaron este tipo de medidas. “La crisis recién está comenzando y todos los fabricantes se ajustan a la nueva realidad. Algunos venían trabajando en tres turnos y tratan de eliminar uno, o negocian con los gremios cómo eliminarlo”, dijo Gonzalo Dalmasso, de la consultora abeceb. Los sindicatos ya contabilizan alrededor de 12.000 suspensiones.
De las 791.000 unidades fabricados en el país, ADEFA prevé para este año una caída importante, por debajo de los 685.000. Al igual que otros analistas, Paladino, de Ecolatina, coincide en líneas generales con esa pálida proyección, cuyas consecuencias recién empezaron a verse. Abeceb estima una caída cercana al 1,5% del PBI para 2014. “La producción automotriz caería cerca del 7%, es decir, más que el cuádruple de la economía en su conjunto”, pronosticó.
De concretarse las previsiones de producción, sería el peor registro de la industria desde 2010, cuando las terminales despacharon un total de 662.000 unidades. Para Paladino, el gran interrogante es lo que ocurra de acá en adelante: “La suba de impuestos y las condiciones crediticias complicaron al sector. Si no se relajan esas condiciones, la demanda ajustará hacia abajo”, dijo el analista de Ecolatina, que luego destacó que a las dificultades existentes con la demanda interna habría que sumarle el enfriamiento de la economía brasileña, sobre todo el consumo. “Más del 60% de la producción nacional se exporta a Brasil”, recalcó Paladino.
Con respecto a Brasil, las noticias tampoco son buenas: se ajustaron las proyecciones de crecimiento: del 2% que se esperaba en enero al 1,63%. A esto habría que añadirle un encarecimiento del crédito y una caída “en la confianza del consumidor en niveles inferiores a la crisis de 2008/2009 y un alza en los precios de los automóviles”, indica un informe del sector automotriz elaborado en exclusiva para iEco por abeceb. Ese mismo estudio destaca que de enero a marzo las exportaciones de vehículos argentinos a Brasil cayó un 16,9%.
Casi la mitad del comercio bilateral con Brasil (el 45%, para ser exactos), son exportaciones e importaciones de vehículos. Y un dato alcanza para graficar esa incidencia: en abril, “el intercambio entre ambos países cayó un 24%, y en lo que va del año, la caída acumulada es del 19%”, según abeceb. Debido a esto, industriales y funcionarios brasileños y argentinos negocian estímulos para apuntalar la brusca desaceleración del consumo.
Para los fabricantes locales, las razones de la crisis son obvias: “Devaluación, impuestazo, restricciones a las importaciones, suba de tasas y la inflación que le pega al bolsillo de la gente”, se quejó una fuente de una de las terminales instaladas en el país. A pesar de todo, Juan Pablo Paladino, de Ecolatina, cree que la industria podría encontrar con facilidad una salida. “En 2009 y 2012, la industria se contrajo pero se recuperó rápidamente. Depende de lo que haga el Gobierno si pretende proteger el empleo”, finalizó el analista.
Fuente: http://www.ieco.clarin.com/economia/Crisis-automotriz-puestos-trabajo-riesgo_0_1136286722.html