Los analistas creen que el Banco Central recién va a “tocar” el tipo de cambio cuando finalice la liquidación de los agrodólares. Sin embargo, sostienen que si el ajuste se hace cuando la venta de soja terminó, solo quedarán las reservas para hacer frente a las consecuencias de la devaluación. Cualquiera sea la decisión del BCRA, la moneda estadounidense terminaría el año cerca de los $ 10
Si bien en la City porteña hay cierta resignación por la pasividad que muestra el tipo cambio oficial –anclado en $ 8 desde fines de marzo–, también advierten que es demasiado arriesgado esperar a que termine la liquidación de la cosecha de soja para devaluar el peso.
La compra de los agrodólares implica emisión, por lo que cuánto más pague el Banco Central (BCRA) a $ 8 será mejor en cuanto a la expansión de la base monetaria. En general, los operadores esperan que la afluencia de dólares se mantenga hasta julio, y que recién en agosto empiece a disminuir la venta.
Según comentó el presidente de una importante casa de cambios, el consenso del mercado es que el Central volverá a devaluar el peso de forma abrupta, como lo hizo a principios de año, y lo llevará a $ 9.50 o $10 antes de que termine 2014. Esto representaría una depreciación en el año de entre 45% y 53%.
“Ya descartamos una suba gradual del dólar oficial. Creemos que va a haber una meseta mientras siga la afluencia de dólares, y que después llegará el ajuste, que lo dejará casi a $ 10”, dijo la fuente, que por la sensibilidad del tema prefirió resguardar su identidad.
Mientras tanto, en la plaza porteña señalan que para junio la inflación “se habrá comido” todo el aumento que tuvo el dólar en enero.
Para el economista Jefe de Orlando Ferreres, Fausto Spotorno, la autoridad monetaria debe actuar ya: “Cuanto antes suba el tipo de cambio tendrá más posibilidad de maniobrar, de controlar la situación. Es mejor hacerlo cuando hay dólares”.
Es que el especialista comparó lo difícil que fue para el Central enfrentar las consecuencias de la devaluación en enero, aun cuando sabía que en pocas semanas comenzaban a entrar los dólares de la cosecha. En aquella oportunidad subió las tasas de interés, obligó a los bancos a desprenderse de parte de sus activos en dólares y abrió, levemente, el cepo cambiario.
“En un escenario en el que ya no van a entrar tantos dólares solo quedarán las reservas ¿las van a sacrificar?”, cuestionó Spotorno.
Cabe señalar que las expectativas respecto al dólar blue siguen siendo alcistas, pese a que se mueve en torno a $ 10,50 desde hace dos meses. Los analistas consideran que el atraso del dólar informal hará que de un momento a otro el blue despegue, mostrando un precio más realista.
Por otro lado, desde Economía & Regiones resaltaron que aunque se concrete una devaluación del 50% no le alcanza al sector agropecuario exportador. Según detallan en el último informe, los tipos de cambio reales de Latinoamérica se encuentran más apreciados que en la década del ’90 y hasta que la coyuntura internacional no se modifique, es muy difícil obtener ventajas de competitividad mediante el tipo de cambio nominal exclusivamente.
“Una devaluación del 50% para fin de año provocaría un incremento de costos tal, que dejaría la competitividad del precio efectivo del sector en los mismos niveles de diciembre de 2013”, indican. Para generar una mejora proponen reducir la presión tributaria de los productos exportados con excepción de la soja.