La medida más fuerte en danza es una baja temporal de retenciones para que las cerealeras apuren la liquidación de divisas. Pero también hay negociaciones con China para activar el swap de monedas
En medio de fuertes presiones sobre el tipo de cambio y las reservas, el Gobierno avanzaría hoy con una serie de anuncios desde el ministerio de Economía y el Banco Central para descomprimir el mercado. El objetivo es aumentar de manera inmediata la oferta de divisas y evitar el escenario más temido por las autoridades: una devaluación brusca del tipo de cambio oficial, lo que generaría más inestabilidad y además un importante salto adicional en los niveles de inflación.
Lo más fuerte del paquete de medidas para estabilizar al mercado cambiario pasaría por una baja de retenciones temporal para la soja y que podría ser permanente para la carne bovina. En el caso de la oleaginosa, el objetivo es mejorarle a los exportadores el tipo de cambio al que ingresan las divisas, que actualmente apenas supera los $ 50. Sin embargo, una versión mencionaba ayer a la noche que la disminución podría ir desde el 33% actual al 30%, que en el sector consideraban como “insuficiente” si el objetivo es que entren los más de USD 7.000 millones que el campo aún tendría pendiente.
Para incentivar el ingreso de esos dólares, a su vez, el Tesoro ofrecería a las cerealeras la posibilidad de suscribir un bono en pesos con tasas de interés más elevadas que las actuales, que están apenas por arriba del 30%. De esta forma, las cerealeras no sólo conseguirían una mejora cambiaria, sino que además tendrían un destino más atractivo para los pesos mientras esperan para la próxima cosecha.
Al mismo tiempo, el diálogo que esta semana mantuvo el presidente Alberto Fernández con su par chino, Xi Xinping, también aumentaron los rumores sobre un acercamiento estratégico con el país oriental. La posibilidad de activar el swap de monedas por el equivalente a USD 18.000 millones es la opción más cercana. Claro que habrá que ver cómo se instrumenta. Si ese dinero se utiliza en yuanes para pagar importaciones de ese país le permitiría al BCRA ahorrar dólares destinados a ese fin.
Ayer uno de los economistas más escuchados entre los inversores indicó que la situación del Banco Central es extremadamente delicada: “Reservas netas quedan USD 5.000 millones, pero la verdad es que si sacás el oro y los derechos de giro del FMI están con reservas líquidas en cero”. Es decir que el BCRA ya no tendría prácticamente capacidad de intervención en el mercado para calmar las presiones sobre el tipo de cambio oficial.
El comportamiento del mercado tras las últimas medidas cambiarias que profundizaron el cepo causaron gran preocupación en el equipo económico. Desde que se implementaron las nuevas restricciones aumentó la incertidumbre entre los inversores y los ahorristas.
Los depósitos en dólares están cayendo a un ritmo de alrededor de USD 200 millones diarios y por el momento no se percibe una desaceleración de la tendencia. La preocupación crece porque muchas sucursales dan turno a una semana o diez días para aquellos que quieren buscar los billetes por ventanilla.
Pero además el BCRA debe intervenir diariamente en el mercado para satisfacer la demanda, aún con el dólar ahorro virtualmente suspendido. El último viernes la entidad que preside Miguel Pesce terminó con un balance negativo de USD 160 millones y acumula un rojo de más de USD 470 millones desde que se anunció el cepo recargado. Como consecuencia las reservas brutas ya bajaron de los USD 42.000 millones cuando hace pocas días superaban los USD 43.000 millones.
Al mismo tiempo, la brecha cambiaria continuó en ascenso. El dólar libre se mantuvo firme en $ 147 y el contado con liquidación ya superaba ayer los USD 148, con lo que la distancia en relación al oficial supera el 90%.
El plan oficial de bajar la brecha y empezar a acumular reservas a partir de mayores controles cambiarios no dio resultado hasta el momento. Por eso, ahora se busca una nueva vuelta de tuerca con medidas que aumenten la oferta de dólares, pero los niveles de desconfianza hacen que nada por el momento devuelva la calma.