Los límites a la compra de dólar solidario no fueron suficientes para frenar la sangría de divisas. Lo que no logra el esquema cambiario es que aumente la oferta
El Gobierno no logra dar con el menú correcto de política monetaria y cambiaria que le permita al Banco Central dejar de tener que vender reservas para conducir la marcha del dólar oficial. A pesar de las renovadas trabas a la compra de dólares para ahorro, los incentivos orientados a aumentar la liquidación de divisas y los pequeños retoques a las tasas cortas, las ventas diarias de dólares por parte de la entidad conducida por Miguel Pesce se moderaron muy levemente.
En los menos de 20 días hábiles desde que la autoridad monetaria anunció el 35% de recargo a la compra de dólares para atesoramiento y para los consumos con tarjeta en moneda extranjera, el Central tuvo que vender cerca de USD 1.023 millones en el mercado cambiario mayorista, según datos oficiales hasta el 6 de octubre y estimaciones privadas para los días siguientes.
La cifra representa más de un cuarto de lo que vendió la entidad en lo que va del año y una desaceleración menor frente a los USD 1.506 que había tenido que vender en los 18 días hábiles previos a las nuevas trabas cambiarias.
La disparada de la brecha cambiaria luego de la emisión monetaria masiva que tuvo que encarar el BCRA al inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio volvió prácticamente infinito al apetito de ahorristas, importadores y empresas por el dólar a precio oficial y prácticamente nula a la oferta voluntaria en la misma plaza.
El proceso llevó mes a mes a récords de compradores de dólar “solidario”, que llegaron a rozar las 5 millones de personas en agosto, a medida que el tope de USD 200 mensuales autorizados para atesoramiento se derramaba a más ahorristas, familiares y hasta conocidos con el objetivo de aprovechar cada divisa posible dadas las expectativas de devaluación que acompañan a la brecha cambiaria.
El 15 de septiembre Pesce anunció nuevas trabas a las compras de personas físicas. Una percepción del 35% a cuenta del Impuesto a las Ganancias y el Impuesto a los Bienes Personales para el dólar solidario, que se sumó al recargo de 30% del Impuesto PAIS, y que aplica también a los consumos con tarjeta en moneda extranjera.
Además, achicó el cupo al incluir a los consumos en moneda extranjera dentro del monto mensual autorizado de USD 200 mensuales, lo que en los hechos disminuyó la capacidad de compra de quienes tienen parte de sus resúmenes de la tarjeta de crédito en dólares.
En tercer lugar agregó restricciones a quienes pueden acceder al dólar para ahorro, con medidas que dejaron afuera del mercado a los beneficiarios de planes sociales y los empleados de empresas privadas que cobraron su sueldo con ayuda del programa ATP.
Pero algo falló en el diagnóstico, porque las nuevas trabas no frenaron la sangría de reservas del Banco Central.
En los dieciocho días hábiles posteriores al anuncio, la mesa de operaciones del BCRA sólo pudo comprar dólares para sumar reservas en dos ocasiones. En una tercera terminó con un saldo neutro. En el resto de las ruedas vendió en promedio USD 71 millones diarios.
El problema es que además de cerrar el grifo, tanto Pesce como el ministro de Economía Martín Guzmán esperaban que además aumentara la oferta de dólares, pero nunca aparecieron. Poco después de anunciadas las nuevas trabas el Gobierno lanzó una rebaja temporal a las retenciones a las exportaciones del agro y otros sectores.
“Aunque las ventas parecen haberse acelerado según informaciones oficiales, las liquidaciones de divisas permanecieron en niveles moderados (USD 70-60 millones diarios promedio)”, analizó un informe de Delphos Investment.
Después siguieron leves subas de tasas cortas y la emisión de un bono del Tesoro a 2021 atado al dólar, un seguro de cambio para quienes liquiden divisas de exportaciones. Pero ninguna de esas medidas frenó la sangría de reservas.
“La novela del dólar sigue, donde cada semana que pasa, es una semana con menos reservas y menos dólares privados depositados en los bancos. El BCRA mantiene las ventas de dólares para mantener el tipo de cambio oficial con pequeñas devaluaciones, aunque con algo más de volatilidad por la nueva estrategia. La dinámica actual no puede mantenerse mucho más, con los actuales niveles de reservas”, analizó un informe de Portfolio Personal Inversiones.
“El Gobierno confía en que el sector agropecuario “beneficiado” por la baja reciente de las retenciones, empiece a liquidar mayor cantidad de granos generando un mayor ingreso de dólares. La realidad, es que el precio al cual los productores liquidan sigue siendo bajo con el nivel de retenciones (hoy 30% en la soja) más la brecha del dólar respecto al MEP o informal. Los productores liquidan lo mínimo y necesario para cubrir gastos y capital de trabajo, especulando también con una devaluación del dólar oficial en los próximos meses”, agregó.