La devaluación, la suba de tasas, salarios negativos y un menor ritmo en las inversiones son algunas de las causas. Advierten que un arreglo con holdouts mejoraría el cuadro
Los datos de actividad del primer trimestre de 2014 confirmaron un escenario que algunos especialistas anticipaban antes del arranque del año. El país entró formalmente en recesión.
El Indec ayer informó que en los primeros tres meses de 2014, el Producto Bruto Interno (PBI) cayó un 0,8%, con relación al trimestre anterior. El número exhibe un retroceso de la economía por segundo trimestre consecutivo, medido de modo desestacionalizado (que es el dato que miran los especialistas para apuntar tendencias), lo que en la jerga indica técnicamente un cuadro recesivo. En el cuarto trimestre de 2013, el organismo oficial había informado una baja de 0,5%. Este escenario no se veía desde el primer semestre de 2012 cuando el Gobierno ajustó la tuerca del cepo cambiario y la ampliación de restricciones al sector importador.
Según el Informe de Avance del Nivel de Actividad, la estimación preliminar de actividad económica (que se confirmará en septiembre) muestra una variación negativa con relación al mismo período del año anterior de 0,2%, que ubicaría al PBI en $ 816.749.407, a precios de mercado. En el documento se explica que la retracción obedece “fundamentalmente a la reducción de las importaciones de bienes y servicios reales de 3,8%”. En la demanda, a su vez, se observó una variación negativa del 6,4% en las exportaciones de bienes y servicios reales; un crecimiento de 1,9% en la inversión o la formación bruta de capital o inversiones; un aumento de 3,4% del consumo público; en tanto que el consumo privado bajó un 1,2 %.
Las cifras no sorprenden entre los economistas y consultoras privadas. Las expectativas convergían para este período una caída como respuesta a la devaluación de 20% que convalidó el equipo económico de Cristina Kirchner en enero que impulsó una suba de tasas de interés, motorizando aún más la inflación, que hoy muchos ya estiman en el orden del 35% anual. Por otra parte, los salarios reales también cayeron y en la actualidad se ubican por debajo del índice de precios. “Hay dos razones para explicar el cuadro recesivo: por el lado de la oferta, la capacidad productiva del país está estancada y las inversiones no son las que la Argentina necesita, son ineficientes. Por el lado de la demanda, los salarios son negativos, se empezó a encarecer el crédito y el empleo empezó a crecer menos”, explicó Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de Orlando Ferreres y Asociados. Y es que el retroceso también está vinculado con la disminución en el ritmo de inversión, que apenas es del 16,7% del PBI. Si bien mostró un avance de 6,9% en equipos durables de producción, se exhibió una caída de 3,2% en construcción.
Para Ramiro Castiñeira, de Econométrica, en la caída también influyó que el hecho de que “Brasil no tuvo buen arranque del año”. Para adelante los especialistas aseguran que buena parte depende del rumbo que tome el Gobierno en el conflicto con los holdouts. “Ahora con el giro hacia la negociación, si se llega a un acuerdo rápido puede ser positivo para el segundo semestre, porque es el punto pendiente de la agenda del crédito que le queda al país y podrá conseguir más dólares”, opinó Marina Dal Poggetto, directora del Estudio Bein. Spotorno agregó que también “hace falta soltar trabas de la economía para que aumente la productividad”.