El Estado notificó la orden de pago a la Bolsa como si fuera a cancelar el vencimiento del Discount el próximo lunes y a pesar de que el juez Thomas Griesa no recompuso el stay. Los cupones de los inversores locales quedaron depositados en la Caja de Valores hasta que el gobierno transfiera los fondos. Si no lo hace, podrían determinar que el cupón impago se negocie en forma separada
En los hechos, el Ministerio de Economía coincidió con sus palabras ayer: por la mañana el Estado cortó el cupón del bono Discount que vence el lunes próximo a pesar de que el stay no fue repuesto por la corte estadounidense. Más tarde, el ministro exponía en Nueva York su voluntad de pagar, pese a no haber obtenido respuesta por parte del juez Thomas Griesa del pedido de suspender la sentencia a favor de los holdouts.
Antes de la apertura de negociaciones ayer en el mercado, la Bolsa de Comercio recibió la notificación por parte de Economía que pagará el cupón por los intereses semestrales.
“Se cumplió todo el procedimiento exactamente igual al proceso habitual. No se hizo algo distinto”, dijeron funcionarios del Merval que pidieron no ser nombrados. “Para nosotros fue absolutamente normal, como cualquier otro pago anterior”, agregaron. Si Economía no hubiera notificado el corte del cupón, automáticamente la Bolsa tenía que reclamar la información.
Así fue que el bono cortó el cupón 72 horas antes del pago, como estaba previsto. El lunes Economía debería pagar 228 millones de dólares por los títulos Discount bajo ley de Nueva York.
Esos cupones quedaron depositados en Caja de Valores (en el caso de los operadores locales) hasta que el Estado transfiera el dinero a las cuentas de esos inversores.
Con este trámite, el mensaje del gobierno es el de voluntad de pago. Deja abierta la posibilidad de hacerlo en caso de que Griesa reponga el stay, con lo que evitaría que los fondos transferidos por el Bank of New York (BoNY) para pagar este vencimiento sean embargados por los fondos buitre como forma de pago.
“Si no hubiera intención de pagar, no te informan”, agregó el funcionario. La voluntad de pago queda explícita porque, según explicaron, después de la declaración de default en 2001, el Estado no notificó ninguna orden de pago.
Ayer el discurso del ministro de Economía, Axel Kicillof, en la ONU fue en ese sentido: “La Argentina quiere seguir pagando pero no la dejan, es un caso inédito, insólito”. Y agregó: “La Argentina pidió negociar de buena fe y solicitamos una suspensión de la sentencia para poder tener una negociación justa y equilibrada”.
Ahora se abren varios escenarios. Si Griesa repone el stay hasta el lunes, Argentina pagará en fecha. Si no es así, el país cuenta con 30 días adicionales para efectuar el pago, durante los cuales podría suspenderse la sentencia. Si luego del 30 de julio, el embargo sigue siendo un riesgo, el país entraría en default. La razón por la cual el gobierno abrió posibilidad de cambiar la jurisdicción de pago, que ese juez volvió a prohibir.
Si la cautelar se repone, el Banco Central podría hasta el mismo lunes girar los fondos al BoNY para que éste envíe el dinero a las depositarias en todo el mundo.
Porque, en caso de cumplir con el vencimiento, el Estado puede abonarlo el lunes en cualquier momento del día, pero debe evitar generar incertidumbre notificándolo a las instituciones al principio de la jornada. Si no, de nuevo, la Bolsa, el Merval y la Caja deberían reclamar esa notificación.
Si no pagara, esas instituciones deberán decidir si habilitar la negociación por separado del cupón impago.
También, cómo retomar las condiciones de las operaciones de Discount que se pacten desde ayer hasta el lunes, ya que los precios contienen el descuento por el pago del cupón, a lo que se le agregaría la incertidumbre del default. Recomponer los valores teóricos en función de los precios operados no afectaría a los inversores porque las operaciones no estarán liquidadas, explicó el funcionario. “Son cuestiones que se determinan para afectar lo menos posible a los inversores”, agregó.
Sucede que ayer los inversores compraban el bono con la certeza que el pago del título sigue su carril normal: los compradores pagaban un precio con el descuento del vencimiento de intereses mientras los vendedores se quedaban con los cupones depositados en la Caja.
Después del discurso presidencial conciliador del viernes pasado, estos títulos ganaron u$s 11. El precio de u$s 88,42 de ayer refleja el riesgo de default, ya que rinde un 10%, pero también, que eventualmente se pagará el cupón.