Sólo se pagarían los títulos bajo ley local por aproximadamente u$s300 millones. El Gobierno buscará encaminar las negociaciones con los holdouts y los bancos asesores que le llevarán opciones a Axel Kicillof
La Argentina pagará hoy sólo una porción de los vencimientos del Discount en dólares que tenía. De los u$s832 millones que el Ministerio de Economía debe pagar en moneda extranjera, sólo podrá efectivizar alrededor de u$s300 millones. Ese monto corresponde a los bonos con ley local que se pagan vía la Caja de Valores y que está fuera de la órbita del juez Thomas Griesa.
Los u$s539 millones que el Gobierno depositó en la cuenta del Bank of New York Mellon (BONY) para hacer frente a los bonistas extranjeros (u$s228 millones bajo ley Nueva York) no llegarán a destino. Es decir, esos tenedores de bonos no verán acreditados sus dólares en sus cuentas este lunes.
La decisión del magistrado neoyorquino, avalada por el BONY que quedó en medio de una batalla legal con consecuencias directas para ellos mismos, hace que el país quede a sólo 30 días de un nuevo default de la deuda.
Argentina no tiene, al no pagar la totalidad del vencimiento este lunes, un problema legal. Sucede que, tal como consta en los prospectos de emisión de los bonos, el país tiene unos treinta días de gracia para cancelar ese vencimiento que por alguna razón no pudo cumplir. En otras palabras, el eventual default sobre esos u$s539 millones que hoy no puede pagar, sería efectivo el 30 de julio.
Más allá de que Economía dice que el dinero "bloqueado" por Griesa es de los bonistas y que ellos ya pagaron ese vencimiento, ese argumento es sólo para consumo interno ya que saben que ahora tiene un plazo de tiempo (acotado) para esquivar caer en cesación de pagos.
Por eso empezaron las negociaciones en Nueva York entre el mediador impuesto por Griesa. Daniel Pollack, y los abogados de los fondos buitre. También, Axel Kicillof retomó las negociaciones con los bancos que le proponen soluciones para acordar con los holdouts.
Desde el Gobierno saben que las negociaciones serán duras y que el margen de tiempo no es el mejor. "Es difícil negociar así, no es imposible pero el país está en una situación muy complicada", decía un abogado especialista en esta clase de litigios. Lo concreto es que si en ese lapso el gobierno y los fondos litigantes no llegan a un acuerdo, entonces la Argentina podría enfrentar finalmente un nuevo default.
Según el Banco Ciudad, "de darse este último escenario, se reabriría el drenaje de reservas, desembocando inevitablemente en un nuevo salto devaluatorio, con fuertes costos para la economía real. Las provincias, YPF y el sector privado verían imposibilitado su financiamiento, limitando el ingreso de dólares al país, al mismo tiempo que se retrotraería la oferta de los exportadores, ante la expectativa de un nuevo salto cambiario".
"Para compensar esa falta de divisas deberían restringirse las importaciones o el Banco Central se vería obligado a soltar el tipo de cambio y subir las tasas de interés, con la consecuente caída del nivel de actividad y del empleo", agregan.
"Si los problemas que aquejan a la economía son la estanflación y la falta de divisas, un nuevo default empeoraría ambos frentes. Ahora bien, aún en caso de llegarse a un acuerdo, las posibilidades de conseguir financiamiento voluntario a tasas razonables se reduce en la medida que la incertidumbre se agrava y la credibilidad del gobierno se ve aún más dañada, poniendo en riesgo la estrategia oficial de reponer reservas vía crédito externo, como forma de facilitar la transición hasta las elecciones presidenciales de octubre 2015", concluye el Banco Ciudad.
En lo financiero, seguramente el mercado irá viendo el día a día de las negociaciones para definir el rumbo de los activos. Argentina tiene una posición endeble que deberá revertir rápidamente. Por un lado, será clave que las calificadoras de riesgo no declaren el default de la Argentina (Standard and Poors le bajó la nota hace una semana) y se disparen los Credit Default Swaps (seguros contra una cesación de pagos). Todo eso generaría más ruido en medio de las negociaciones que empiezan hoy y que tendrán como corolario, eso se supone, un arreglo que evite otro default de la deuda.